En los últimos meses dos reconocidos pintores portuenses, Enrique Ochoa y Eulogio Varela, han protagonizado sendas exposiciones retrospectivas fuera de la ciudad, en Málaga en el caso del primero y en Madrid en el caso de Varela. Cuesta creer que este reconocimiento fuera de las fronteras portuenses choque de plano con el lamentable trato que se ha dispensado a su obra desde hace años en la ciudad, máxime cuando El Puerto fue receptor de la donaciones de buena parte de los cuadros de ambos artistas.

En el caso de Enrique Ochoa, nacido en El Puerto en 1891, la donación de 17 de sus cuadros la realizó el mismo pintor a su ciudad natal a finales de los años 40, con la condición de que los lienzos fuesen expuestos. El Ayuntamiento no ha cumplido su palabra y apenas una mínima parte de estas obras ha podido ser vista por portuenses y visitantes, aunque ahora 13 de los 17 cuadros legados han viajado a Málaga con motivo de esta muestra retrospectiva. Lamentablemente una de sus obras más famosas, La metamorfosis de Dafne, no ha podido ser cedida por el Museo para la exposición, ya que presentaba un estado de conservación lamentable, al igual que otras dos de sus obras.

Y es que el actual equipo que trabaja en el Museo desde hace aproximadamente un año se llevó las manos a la cabeza cuando comprobó el estado en el que se encontraba la pinacoteca municipal, con un inventario que es un auténtico desastre y con cuadros que han estado décadas arrumbados en dependencias municipales, algunas de ellas en edificios muy deteriorados e incluso con goteras, como la antigua sede municipal de Bienestar Social, en la calle Santo Domingo.

Pero no solo Enrique Ochoa ha sufrido las consecuencias del abandono. También el legado de Eulogio Varela se encuentra en almacenes con algunos de sus cuadros mal conservados, lo mismo que ocurre con la obra de otros pintores portuenses como Ricardo Summers, Serny, Juan Lara o Juan Carrero, aunque en general la obra de estos últimos está mejor conservada.

En estos momentos el Ayuntamiento está inventariando todos los bienes municipales y entre otras cosas se está tratando de poner orden en este importante legado pictórico, que ha sufrido años de abandono. También se van a restaurar las obras dañadas.

En el caso de Eulogio Varela, cuya obra se destaca ahora como la de una de las grandes figuras del modernismo español, su familia donó casi medio centenar de obras a la ciudad en 1980, coincidiendo con el 25 aniversario de su muerte, sin que hasta la fecha esta donación haya encontrado un enclave digno para su exhibición.

Los planes del Ayuntamiento pasan por poner en valor estas obras en la futura pinacoteca municipal que se ubicará en la primera planta del Hospitalito, aunque para ello habrá que terminar de rehabilitar el inmueble, sobre todo en lo referente a su accesibilidad, algo que hoy por hoy no parece ser una prioridad para el equipo de gobierno. En estos momentos, apenas un 15% de los fondos pictóricos municipales están expuestos, una pena en una ciudad que pretende vivir del turismo y de su patrimonio.