El Puerto de Santa María arranca la segunda quincena de julio con una tasa de incidencia que ronda los 590 casos por cada 100.000 habitantes (586,2), unas cifras que han crecido de forma alarmante desde hace varias semanas, cuando esta tasa llegó a estar por debajo de los 50 casos.

La llegada del verano y la relajación de las medidas de prevención, así como la incidencia entre la población más joven, que de momento no está vacunada, está haciendo saltar las alarmas y la preocupación se extiende ya también al ámbito hospitalario, donde durante bastantes semanas no había casos de coronavirus en la UCI y en estos momentos hay ingresada  una mujer de  de 65 años.

También la planta de aislamiento llegó a estar prácticamente vacía hace un par de semanas, mientras que ahora hay siete personas ingresadas, tres de ellas con 41 y 46 años y otra con 97 años de edad.

También destacan desde el hospital Santa María del Puerto que siguen siendo muchos los casos positivos que se detectan a diario en las pruebas de antígenos y PCR que se realizan en el centro, lo mismo que en otros centros públicos y privados. Tal es el crecimiento de la incidencia que las llamadas de los rastreadores para determinar los contactos estrechos de los positivos se están produciendo con más de una semana de retraso, lo que resta efectividad al seguimiento de los casos y a la aplicación de las medidas de aislamiento.

Desde El Puerto incluso se han estado derivando algunas pruebas PCR a otras localidades cercanas como Cádiz, ante la tardanza en atender la demanda en las últimas fechas en el punto Covid de El Puerto.

Tampoco ayuda a mejorar la situación la barra libre a prácticas que en teoría no están permitidas, como los botellones en la vía pública, que se dan con total impunidad en lugares nada apartados de la vista de cualquiera como el parque Calderón o los alrededores del aparcamiento de la pasarela, así como el polígono ubicado junto a la Nacional IV, frente al recinto del Soko, por citar algunos ejemplos.