Absuelto Nicolás Meca, el comisario de El Puerto que nunca fue

Una denuncia por traficar con especies protegidas le costó perder el cargo al frente de la Comisaría en 2017 y le acarreó graves consecuencias, como una depresión y el fin de su carrera profesional

El nombramiento del nuevo comisario de El Puerto se retrasa

Una imagen de archivo de Nicolás Meca.
Una imagen de archivo de Nicolás Meca. / D.C.

En el mes de abril de 2017 la Comisaría de la Policía Nacional de El Puerto-Puerto Real aguardaba la incorporación del que iba a ser su nuevo comisario, Nicolás Meca Rodríguez de Rivera, un experimentado funcionario que había ejercido en su último destino como consejero del Ministerio del Interior en la Embajada de España en Dakar (Senegal).

Poco antes un diario nacional había publicado un artículo en el que se destapaba que el futuro comisario se había visto implicado en un presunto caso de contrabando de especies protegidas, constitutivo de un delito continuado contra la fauna, al ser denunciado en diciembre de 2016 en el aeropuerto de Barajas cuando portaba 35 bolsos, diez de ellos confeccionados con piel de serpiente de pitón de seba, una especie cuyo comercio está sujeto a control, aunque no se encuentra en peligro de extinción. Además la Agencia Española de Administración Tributaria (AEAT) le impuso una multa de 6.000 euros en concepto de sanción por la comisión de una infracción administrativa.

Este periódico se hizo eco de aquella noticia y a raíz de ese artículo alguien movió hilos y la incorporación de Meca como comisario de El Puerto nunca se produjo, quizás por miedo a futuros problemas derivados de aquella acusación. Lo cierto es que esa decisión de algún dirigente del Cuerpo Nacional de Policía, alegando "circunstancias sobrevenidas", terminó por truncar la vida profesional de este funcionario con más de 37 años de servicio y un expediente, hasta entonces, intachable. Tras cerrarse aquella puerta se le había otorgado una plaza como secretario general en la Comisaría Provincial de Málaga, a la que nunca llegó a incorporarse a causa de una depresión por la que llegó a perder 11 kilos, tras la que hace dos años un tribunal médico decretó su jubilación definitiva.

La sentencia dictada por el Juzgado número 31 de Madrid exonera a Nicolás Meca, así como a su esposa y su cuñada, de toda responsabilidad tras aquella acusación por el tráfico de especies protegidas, ya que no se ha podido probar que el funcionario se aprovechara de su cargo, utilizando su estatus de diplomático para saltarse la aduana, para sacar de Senegal productos de marroquinería y proceder después a su venta en España.

En el juicio Meca explicó que llevaba los bolsos y monederos como regalos para su extensa familia -10 hermanos y 44 primos- y se demostró que las ventas que se habían producido en España por parte de su mujer y su cuñada -en un mercadillo y a través de una empresa legítimamente constituida- contaban con todos los permisos legales necesarios. También se constató que los bolsos y monederos que se le incautaron en el aeropuerto se habían adquirido en un mercado de Dakar, controlado para todas las cuestiones relacionadas con el medio ambiente por la Policía de Senegal.

La sentencia determina que la acusación de la Fiscalía, por la que se llegaron a pedir 18 meses de cárcel, se aproximaba demasiado al esquema de razonamiento de una "conjetura", por lo que se absolvió a los tres acusados de todos los cargos.

Volviendo la vista atrás Nicolás Meca cree que toda esta historia se produjo a raíz de un enfrentamiento que mantuvo con un mando de la Guardia Civil en Senegal, a raíz de una serie de cuestiones administrativas y de la falta de control que Meca detectó tras ser trasladado a aquel país africano como representante del Gobierno de España.

También en el procedimiento administrativo tras la denuncia hubo muchas lagunas. Por ejemplo, el atestado inicial nunca apareció y la Guardia Civil alega que se perdió en una mudanza, mientras que los diez bolsos de serpiente se quedaron en el aeropuerto sin cadena de custodia alguna, donde continúan siete años después. Los bolsos estaban valorados en 234 euros.

Para Nicolás Meca es importante que se conozca el final de la historia en la provincia de Cádiz, ya que aunque es natural de Cartagena y vive en Málaga tiene familia y amigos en El Puerto, y quiere que se conozca públicamente su absolución tras una denuncia que le cambió la vida, aunque haya tenido que ser después de siete años de espera.

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