El comité del Monasterio y Urbas negocian la extinción de contratos

Tras el cierre del hotel Monasterio de San Miguel el pasado lunes, el comité de empresa y la entidad Urbas, que ha estado administrando las instalaciones en los últimos meses, mantuvieron ayer un encuentro en la Inspección de Trabajo de Cádiz.

Con anterioridad los responsables de Urbas habían acudido a la Delegación Provincial de Trabajo de Cádiz, autoridad laboral en la provincia, donde les confirmaron el rechazo al Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que la firma había presentado alegando causas de fuerza mayor para la extinción de los contratos. De hecho, la nueva reforma laboral elimina el requisito de autorización administrativa de los despidos colectivos, salvo en los supuestos de fuerza mayor, algo que la autoridad laboral considera que no concurre en este caso, ya que el proceso de desahucio de las instalaciones hoteleras estaba en marcha desde hace meses.

Así las cosas, para la extinción de los contratos hay dos salidas. La primera sería que se llegara a un acuerdo entre la administradora Urbas (que es la que paga las nóminas) y el comité de empresa, de manera que se acordara una liquidación aceptada por ambas partes y una indemnización que oscilaría entre los 20 días previstos por la ley o los 45 días por despido improcedente.

La segunda opción, en caso de que no se llegara a un acuerdo, sería que la empresa presentara un ERE por causas técnicas, teniendo en cuenta que ha cesado la actividad que era objeto del contrato de la plantilla.

De momento, los trabajadores se encuentran en situación de vacaciones, y así seguirán hasta que se resuelva el procedimiento, que se estima que no se prolongue por espacio de más de un mes. El próximo miércoles, 25 de abril, se reunirán Urbas y el comité de empresa para tratar de cerrar un acuerdo.

Por otro lado, la plantilla del hotel continuó ayer con sus movilizaciones, con concentraciones en la calle Larga. El sindicato Comisiones Obreras ha pedido además la subrogación de los contratos con la nueva empresa gestora que venga a hacerse cargo del hotel, aunque antes esta tendrá que llegar a un acuerdo con el propietario del edificio, el BBVA.