José Rodríguez Domínguez ha sido elegido presidente de la Federación Local de Asociaciones de Vecinos (Flave) Sol y Mar, en un momento en que la entidad atraviesa una coyuntura complicada, con las relaciones con el Ayuntamiento bajo mínimos y muchas necesidades en la barriadas de El Puerto. "El panorama no pinta bien", reconoce el nuevo presidente, quien ya dirigió la federación años atrás y que cuenta con una amplia experiencia como negociador y sindicalista.

José Rodríguez, de 71 años de edad, pertenece a la asociación de vecinos Los Frailes y en ocasiones representa a San Jaime en los órganos de participación vecinal. Considera que hay mucho trabajo por hacer, y compara esta nueva etapa con un niño que empieza a andar. Durante la tarde de hoy martes, mantendrá con los ocho miembros de su candidatura una primera reunión en el local de la asociación Palmar de la Victoria para repartir las áreas de trabajo y responsabilidades dentro de la federación vecinal, para gestión interna y externa.

Dos áreas prioritarias en las que habrán de trabajar serán mantenimiento urbano y jardines, donde las barriadas quieren estar cuidadas, como otras zonas de la ciudad que son más turísticas. "Son áreas donde se trabaja día a día y a las que hay que prestar mucha atención", confiesa el nuevo presidente. 

Además, aunque la mayor parte de las asociaciones de El Puerto están integradas en la federación (actualmente la componen un total de 21) se da la circunstancia de que una parte de ellas "se despegaron de la Flave", por lo que otro de los objetivos será recuperar a esas entidades, lo que les permitiría llegar prácticamente a 28 miembros. 

También se marca la Flave el reto de recuperar la relación con el Ayuntamiento, que se perdió en el anterior mandato, un aspecto en el que reconoce que "habrá que ir paso a paso", donde José Rodríguez se muestra optimista. "Es necesario trabajar y recuperar esa relación, independientemente de que pueda haber altos y bajos". Esa conexión ha existido históricamente, y desde su experiencia reconoce que "nunca ha sido fácil del todo". No obstante, incluso llegó a cristalizar en un convenio que pretende renovar a medio plazo, aunque lo más inmediato es mejorar el estado de los barrios, en especial aquellos a los que no llega el turismo y que por lo tanto "reciben una atención algo menor".

Además de mejorar la atención a las barriadas otro reto es recuperar la participación. Para ello, rechaza que la Flave tenga que presentarse a las elecciones municipales, como algunos han sugerido, ya que no es esa su función. "Nuestra misión es trasladar al equipo de gobierno las deficiencias de los barrios, que el vecino tenga participación y las cuestiones que se pongan en marcha tengan el consenso vecinal. Esa partipación hay que recuperarla, porque antes existía", sentencia Rodríguez. 

"Los vecinos quieren que se les preste atención y quieren información sobre los proyectos que se vayan a llevar a cabo. Hay un Reglamento de Participación que contempla una relación muy amplia. Esto costó su trabajo y ha ido mejorando. Ahora se pretende al parecer que desaparezca con un modelo nuevo, que no sabemos cómo se va a a hacer", añade. 

Para el presidente de la Flave la participación es prioritaria también para que las propias asociaciones prioricen las intervención en una u otra barriada en función de las necesidades y para trasladar las decisiones que se toman en los órganos de la federación al Ayuntamiento. "La Flave también ha servido para dar prioridad a los barrios que más lo necesitan. Con el consenso de todas las barriadas se decidía qué barrios se priorizaban. En eso consiste la solidaridad entre los vecinos de El Puerto. No se puede cortar al vecino su opinión y su voto", insiste. 

Con el modelo de participación de Gran Ciudad los Consejos de Distrito dejarían de reunirse, con lo que dicho mecanismo se vería afectado, por lo cual "yo me niego a que los Consejos desaparezcan", indica José Rodríguez.

En cuanto a las acciones de reivindicación y protesta en la calle, estas seguirán en día a día de la Flave: "Vamos a dar caña. Eso beneficia al equipo de gobierno porque sirve para mejorar El Puerto, ya que se reivindican a otras administraciones cosas que son necesarias", como ha ocurrido con el centro de salud de la Zona Norte o el intercambiador de autobuses. "Al equipo de gobierno le interesa que se lleven a cabo las demandas de los vecinos, y eso no es nuevo. La Flave y el Ayuntamiento estamos condenados a entendernos; con las relaciones casi rotas perdemos todos", concluye.