"Dulce Madre, ten de tus hijos piedad"

La Virgen de Los Milagros puso anoche, un año más, el broche de oro al verano en El Puerto · La procesión tuvo que acortar su recorrido de vuelta por unas gotas de lluvia que amenaban con ir a más

"Dulce Madre, ten de tus hijos piedad"
"Dulce Madre, ten de tus hijos piedad"
Teresa Almendros / El Puerto

09 de septiembre 2008 - 01:00

Eran las ocho y media de la tarde cuando, ante una plaza de España atestada de personas y con las campanas de la Prioral repicando, hacía su aparición la imagen de Nuestra Señora de Los Milagros, cumpliendo así con un ritual que se repite cada 8 de septiembre y que en la práctica supone el broche de oro a la temporada de verano. Así lo entienden los portuenses, que salen a la calle para acompañar a su Patrona en su recorrido por las principales calles del centro y que ya en los días previos a la festividad acuden a obsequiar a la Virgen con varas de nardo y flores blancas, las mismas que lucía ayer el paso cuando se encontró en la calle con los fieles.

Desde las ocho de la mañana la Prioral había sido escenario de una intensa actividad, primero con la eucaristía presidida por el obispo de Jerez, Juan del Río, y posteriormente con la eucaristía principal de instituto y el rezo del ángelus. Era aproximadamente la una de la tarde cuando las puertas del templo se cerraban para que los miembros de la Archicofradía y Esclavitud de Los Milagros pudieran realizar el intenso trabajo que aún quedaba por delante, para que todo estuviera perfecto de cara a la salida procesional.

Desde primera hora de la mañana un amplio dispositivo de seguridad velaba porque todo estuviera en su sitio en la Plaza de España, más engalanada que nunca para la ocasión, con la gran mayoría de los balcones adornados con mantones y faldones bordados. De la fachada del templo también colgaban varios estandartes en los que se podía leer, distribuidas en cuatro piezas las estrofas de la siguiente oración: Pues por Divina Patona/ Te venera esta Ciudad/ Dulce Madre de Milagros/ Ten de tus hijos Piedad.

La procesión, abierta por la banda de cornetas y tambores Cristo del Amor, continuaba con la Cruz de Guía, el grupo de comunidades parroquiales, las hermandades portuenses por orden de antigüedad, el Consejo Local de Hermandades y Cofradías, miembros de la Corporación municipal, miembros de la Esclavitud, el Simpecado, los hermanos portando cabos de cera, el estandarte corporativo, los hachones, la junta de gobierno, la presidencia canónica, el templete de Nuestra Señora de los Milagros y finalmente, la banda de música Maestro Dueñas.

La imagen de la Virgen de los Milagros lucía en esta ocasión un vestido de una sola pieza bordado en oro, realizado en tejido blanco con trama de hilo de plata. El manto que lucía, de color azul celeste con brocados de hilo de seda de colores, procede del famoso taller de los hermanos Miralles en Burjasot (Valencia) de los más afamados de todo el país.

Desde media mañana un fuerte viento se empeñaba en tirar los múltiples macetones que adornaban la Plaza de España y aunque después amainó, sobre las nueve de la noche comenzaron a caer unos goterones de agua que obligaron finalmente a la comitiva a acortar el recorrido. Así, cuando la procesión discurría por la avenida Micaela Aramburu, acompañada por el sonido de las campanas de San Juan de Dios, los responsables del cortejo tomaron la decisión de acortar el itinerario dirigiéndose directamente desde la citada avenida hacia la Prioral por la calle Palacios, en lugar de concluir el itinerario por el recorrido previsto, que contemplaba las calles Larga, Luna, Juan Gavala y Plaza de España. En definitiva, el recorrido estuvo en la calle una media hora menos de lo previsto, pero teniendo en cuenta que las gotas de lluvia eran de gran calibre se optó por la decisión más responsable y menos temeraria. No en vano el valor del paso de la Patrona es importantísimo tanto desde el punto de vista histórico como desde el patrimonial.

Ya con anterioridad a este cambio de última hora estaba contemplado un nuevo recorrido para este año, a causa de las obras que se ejecutan en las calles Misericordia y Luna. De hecho, el tránsito peatonal por la calle Luna se hizo difícil para los cientos de personas que llenaban el centro, ya que se habían retirado las vallas de obra que normalmente protegen a los peatones y se dejó abierto, en bruto y sin asfaltar aún, el tramo entre Misericordia y Larga.

La alfombra de sal y serrín que cada víspera de Los Milagros se construye con primor en la calle Palacios ofrecía este año un tramo dedicado al cincuentenario de la Hermandad del Rocío, así como un cuadro con el episodio de la aparición de la Virgen a Alfonso X El Sabio. Especial atención se prestó también al exorno del recorrido, con hileras de bombillas en forma de uve invertida, aderezadas además con hojas de hiedra, para dejar paso libre al niño de plata que corona el templete con una palma en la mano.

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