Poco a poco parece que se va consiguiendo. Este es el segundo año que las Fiestas del Carmelo son organizadas por la gestora de la hermandad, al frente de la que se sitúa Mar Vázquez; y, por el momento, parece ser que están consiguiendo el objetivo que se propusieron: devolver a la festividad de El Carmen el esplendor y la importancia que siempre ha tenido.

Al menos así se apreció ayer durante toda la jornada de celebración donde, en comparación con años anteriores, se pudo observar a un mayor número de fieles y devotos que quisieron acompañar a la Virgen (tanto a la imagen terrestre como a la marinera). Aunque ya los actos y actividades para conmemorar dicha fiesta comenzaron hace un par de semanas -para ser más exactos el 7 de julio con el pregón de Javier Salguero Bocanegra-, no fue justamente hasta ayer cuando se vivió la jornada más importante. El día comenzó a las 11:00 horas con la celebración de la función principal en la iglesia de San Marcos y Nuestra Señora del Carmen. Durante la oración, que corrió a cargo del párroco Antonio Durán, se pudo observar a un gran número de personas que permanecieron de pie, junto a las puertas del templo, ya que la gran afluencia de gente que acudió a la eucaristía impidió que hubiese asientos para todos los asistentes. Más tarde la jornada continuaría a las 16:00 horas cuando la imagen marinera de la Virgen fue trasladada desde la parroquia hasta el Club Náutico. El recorrido fue similar al de años anteriores: calle Aurora, plaza de la Tradición, avenida de la Bajamar y Real Club Náutico. En este caso la imagen- vestida por el estudiante de arte portuense Isaías García Vega- estuvo acompañada en todo momento por la Cofradía de Pescadores quienes, tras realizar la habitual parada de la imagen en la capilla que dicha advocación tiene dedicada en la plaza de la Tradición, continuaron hasta la zona de embarque del club. Allí ya esperaba el Nuevo Río Cartuja, la embarcación en la que la familia Montoya surcaría las aguas del río Guadalete hasta su desembocadura con la Virgen a bordo. "Es un día muy especial para nosotros. Lo estamos disfrutando mucho", aseguraba Luis Montoya, armador mayor de la nave. Junto a él también se encontraban más familiares que vivían la experiencia con especial devoción. "Nos hace mucha ilusión", aseguraba Eva María Castro, esposa de Luis.

La nueva gestora se propuso devolver a la fiesta la importancia que siempre ha tenido

Tras embarcar a la imagen el barco partió hacia Puerto Sherry donde, por segundo año consecutivo, se vivieron momentos de gran emoción. La llegada de la imagen al puerto estaba programada para las 18.00 horas, pero ya desde antes se podía observar a los pies del pueblo marinero a una gran cantidad de fieles que se habían acercado hasta el lugar para demostrar su cariño y dedicar sus oraciones a la imagen. Junto a ellos también se encontraba el Orfeón Portuense (que recibió a la embarcación con cantos), y los alumnos más pequeños del equipo de optimist del Club Náutico Puerto Sherry quienes, tras rezar una salve, también realizaron una ofrenda floral. Así mismo, hay que destacar tanto la amabilidad como el cariño y servicio que demostró la familia Montoya quien, en todo momento, ayudó y permitió la entrada en el barco a todo aquel que quiso acercarse a la imagen.

Mientras en Puerto Sherry se vivía un ambiente festivo y familiar (donde destacó la presencia de muchos niños pequeños), distintos grupos de personas desde las 19:30 horas se preparaban a las puertas de la iglesia de San Marcos esperando la salida de la imagen que procesionaría por tierra, vestida por el artista David Calleja. Igualmente, como novedad este año se pudo ver a los acólitos vestidos con el color marrón del hábito del Carmelo. Así mismo destacaron las mujeres vestidas de mantilla y la gran cantida de personas que acompañaron a la imagen tras el paso. En este caso el itinerario tomado fue calle Aurora, Micaela Aramburu, Palacios, Misericordia, Luna, Virgen de los Milagros, Ganado, Plaza de la Herrería, Ribera del Río, Javier de Burgos, Ribera del Marisco, plaza de las Galeras Reales y avenida de la Bajamar. Allí estaba previsto que ambas imágenes, la marítima y terrestre, se encontraran a las 22:00 horas junto al monumento al Marinero. Posteriormente, ambas vírgenes continuaron el recorrido por Federico Rubio, Pedro Muñoz Seca hasta su recogida, aproximadamente a las 00:00 horas.