El Ayuntamiento baraja la demolición de la Sala Pozuelo

El edificio de propiedad municipal ubicado en la calle Federico Rubio, que hasta hace unos años albergaba la sede de diversos colectivos juveniles y culturales, se encuentra en estado de ruina integral y el Ayuntamiento estudia la posibilidad de proceder a su demolición. Así lo indicó ayer el concejal de Patrimonio, Francisco Aguilar, quien señaló que los técnicos municipales están estudiando la situación del inmueble para decidir su futuro, ya que cualquier uso que se determine necesitaría de una actuación integral en el edificio.

La sede municipal, que hasta finales del pasado 2007 mantuvo la actividad relacionada con los colectivos portuenses, fue en su día una de las sedes de la Concejalía de Cultura y posteriormente albergó también servicios municipales relacionados con la Juventud. Desde hace ya muchos meses el mal estado del edificio es notorio, e incluso se puede ver el interior de las dependencias a través de las ventanas rotas que dan a la calle Federico Rubio.

Ya en el verano del año 2007 los diversos colectivos y asociaciones que utilizaban esta sede dieron la voz de alarma y denunciaron el mal estado del edificio, que calificaban entonces de "lamentable".

Eran cinco las entidades que tuvieron su sede en el inmueble en los últimos años, y todas ellas pidieron al Ayuntamiento que cerrara el edificio debido al peligro que presentaba. Una situación similar se vivió hace unos años con el edificio de la calle Santo Domingo que albergaba el centro municipal de toxicomanías, que fue trasladado finalmente a otro inmueble también debido a su mal estado.

El problema de proceder a la demolición del inmueble es que en estos momentos el Ayuntamiento carece de presupuesto para construir allí un nuevo edificio, aunque desde luego el estado actual en el que se encuentra la antigua sala recomienda que se tomen cartas en el asunto. Curiosamente el Ayuntamiento tiene en vigor una ordenanza municipal que regula el procedimiento a seguir en el caso de los inmuebles en estado de ruina, de manera que una vez que un edificio se declara en dicha situación se le da al propietario el plazo de un año para que acometa las obras de restauración pertinentes, bajo amenaza de expropiación o venta forzosa.