Un inolvidable concierto de Antonio Orozco puso el miércoles el broche de oro al Cabaret Festival que desde el sábado anterior se venía celebrando en la Plaza de Toros de El Puerto de Santa María. Inolvidable no solo porque el artista catalán lo dio todo en el escenario, durante cerca de dos horas y media, sino porque el concierto contó con una sorpresa incluida, la presencia de Pablo López en el escenario en el tramo final de la actuación, con algunos duetos incluidos con el malagueño.

Pablo López, con su amigo Antonio Orozco en el escenario.

El vuelo de Aviónica, que es como se llama la última gira del cantante, partía del coso portuense al filo de las diez y cuarto de la noche. El tema Hoy, de su último trabajo, abría el repertorio en el que Orozco estuvo acompañado por seis músicos sobre el escenario.

Completamente vestido de negro y haciendo gala de una gran energía durante toda la actuación Orozco fue desgranando muchas de las canciones de su último trabajo, entre ellos A vuelos, una bonita canción dedicada a esos abuelos que nos inspiran.

De repente, en ese punto del concierto Antonio Orozco bajó del escenario y recorrió buena parte del coso, para sorpresa de los asistentes, llegando  hasta el final de la zona de sillas. Por el camino recibió como obsequio una bufanda del Cádiz que le entregó uno de los espectadores.

Ya de nuevo en el escenario se sucedieron otros conocidos temas de su repertorio como Temblando o Giran y van. Tras un breve descanso Orozco ofreció unas palabras al público,  dedicándole un largo aplauso que al final fue mutuo. "Ha sido un año y medio largo y difícil y este aplauso es para todos los que no os rendís, ya se ve la luz al final del túnel", dijo un emocionado Antonio Orozco. "Aviónica sois vosotros, estas canciones están hechas de pedacitos de vosotros. Ojalá seamos capaces de estar a la altura", dijo, y desde luego que lo estuvieron.

Varios temas más se fueron sucediendo, entre ellos Hoy será, hasta llegar a lo que supuestamente era el final del concierto, con Te esperaré, pero el público quería más y Orozco no se hizo de rogar.

El cantante, durante su actuación.

Ya en los bises interpretó uno de sus temas más conocidos, Devuélveme la vida, acordándose entonces de mucha gente "que se ha dedicado estos meses a regalarnos una vida más bonita, más digna, más sencilla. Gente que ha hecho nuestra vida mejor".

Llegó entonces otro de sus himnos, Estoy hecho de pedacitos de ti, que la gente coreó con él. Y entonces llegó la sorpresa, con un piano que comenzó a sonar en un lateral del escenario, y allí estaba Pablo López, que había acudido a ver el concierto de su amigo y terminó con él en el escenario.

Sonaron entonces los acordes de Mi héroe y más tarde ambos artistas interpretaron  Entre sobras y sobras me faltas, aunque el malagueño se arrancó también con fragmentos de Lo saben mis zapatos y El patio.

Los dos  terminaron abrazados junto al piano, demostrando en todo momento una gran complicidad.

Después de cerca de dos horas y media de concierto, con un Orozco incansable que se encontraba a gusto ante el público, finalmente llegó el momento de la despedida con Lo que tú quieras soy y el público en pie.

Un concierto difícil de olvidar que puso el punto y final al ciclo celebrado este verano en la Plaza de Toros portuense.