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Cádiz/La eólica marina es una fuente ilimitada de energía limpia. Actualmente, cuenta con 76 gigavatios (GW) implantados a nivel mundial, con hasta 371 parques en funcionamiento. Apenas 300 megavatios (MV) corresponde a eólica marina flotante, es decir, un 0,03%. Sin embargo, los objetivos de descarbonización señalan el camino hacia esta tecnología, aún incipiente y en proceso de desarrollo. Para que sea una realidad el sector apuesta por un modelo colaborativo de la industria española. Es una de las conclusiones de unas de las sesiones con expertos programadas en el III Congreso Eólico Marino que se celebra en Cádiz.
En el encuentro moderado por Almudena López del Pozo, de Pymar, sociedad integrada por astilleros privados españoles, varios fueron los argumentos que expusieron los invitados para explicar la realidad de la eólica marina flotante. "Es una tecnología hasta ahora no desarrollada por los precios", reconoció Javier Herrador, director de Navantia Seanergies. El megavatio hora de la eólica marina fija cuesta 65 euros, mientras que asciende a 175 euros en el caso de la eólica marina flotante, es decir 2,5 veces más. Eso hace que el desarrollador tienda a parques de tecnología fija. Sin embargo, dejó claro que no había que abandonar esta línea, y de hecho se refirió a las empresas que emprenden en este entorno. "Somos el primer país en número de patentes sobre soluciones de tecnología flotante", apuntó.
Navantia Seanergies es desarrollador de este tipo de tecnología. Es, en el marco de las "EPCistas", señaló Herrador, en referencia a las empresas de diseño, suministro y construcción de plantas de energía renovable, la que más soluciones a escala pre comercial ha construido. "Aportamos mucho valor a los promotores, dándole feedback sobre las soluciones que están sobre la mesa para la adaptación desde el punto de vista constructivo para que cada día seamos más competitivos", expuso. Su comentario refrenda la necesidad que el sector, a través de la Asociación Empresarial Eólica (AEE), organizadores del evento, pone de manifiesto: la importancia de contar con parques en España por el conocimiento que pueden aportar de cara a la competitividad en el mercado.
El responsable de Navantia Seanergies destacó los pasos que se dan en cuanto a la regulación, que considera que se encaminan hacia el interés de la explotación industrial. "No es una prioridad desde el punto de vista energético, sino industrial", abundó.
Pablo Finkielstein, responsable de Offshore para España de Siemens Gamesa, recordó la trayectoria de la empresa y la apuesta por la eólica marina fija para apuntar que el siguiente paso es la eólica marina flotante, que, eso sí, está en "fase incipiente" y en "proceso de desarrollo". "Se están dando los primeros pasos en España", resaltó, para mencionar otros casos cercanos, como el de Reino Unido con dos subastas y una apuesta fallida en Francia. A su juicio, los desafíos de este tipo de energía son económicos, puesto que al haber otras alternativas renovables más baratas debe tener sentido desarrollar esta. Un ejemplo claro puede ser Canarias, que no tiene condiciones para la fotovoltaica y la offshore. Por supuesto, el factor regulatorio es esencial, además del apoyo social.
Lara Cerdán Aznar, de Ramboll, planteó las razones por los que hasta ahora no hay eólica marina flotante: desde razones geográficas y sociales, a regulatorias y logísticas. "Necesita aguas profundas", mencionó. Aunque las aguas españolas cumplen este requisito y España es "pionera en desarrollo de tecnología", se encuentra con el escollo de los costes elevados. A eso se unen cuestiones sociales, donde resulta importante la labor didáctica de la AEE; y regulatorias, que ante la falta de especificidad antes del Real Decreto de septiembre que la regula y los trámites extensos por las distintas competencias administrativas y la regulación medioambiental, ha hecho que Dinamarca y Holanda, con un modelo integrado, estén más adelantados, a su juicio.
En el plano logístico, defendió la certidumbre que necesita los puertos y las cadenas de suministro para realizar las inversiones necesarias para responder a las exigencias de espacio de producción, de almacenamiento y de transporte de las grandes estructuras. Incluso avisó de ante las previsiones la industria tiene por delante un gran reto a nivel productivo y logístico. De hecho, estima que no va a tener capacidad suficiente para afrontar ese gran volumen de construcción. La disponibilidad de espacio para la fabricación de las plataformas y los componentes secundarios, la densidad de transporte para elementos de gran tamaño y gran peso desde los centros productivos, los centros logísticos, montaje e instalación en alta son algunos de los retos de la cadena de valor. A eso se suma la estandarización de procesos, la reducción de costes y el contenido local, porque la viabilidad de los proyectos pasa por que la industria sea capaz de atraer ese contenido local, según sus palabras. Ahí entra el papel fundamental del modelo colaborativo industrial fundamentado en el marco regulatorio, "para coordinar los esfuerzos de tanto de la industria nacional como de la ingeniería y las consultorías, desde la fase temprana".
El director general del Puerto de Castellón, Manuel García Gallardo, abundó en este asunto al hacer referencia al potencial de la industria naval y de los fabricantes de componentes para dejar claro que en el caso de las instalaciones portuarias castellonenses disponen de 500.000 metros cuadrados y 875 metros lineales reservados para eólica marina flotante. "Tenemos una planificación para que en 2028 esté a disposición de la industria", aclaró. También está bien posicionado en este sentido el puerto de A Coruña.
Javier Herrador puso de relieve el liderazgo de las empresas españolas en eólica offshore. En ese contexto, Navantia Seanergies se ha convertido en tractora en el sector, con unas 480 empresas de 15 países, el 85% de ellas españolas, contratadas, que han facturado en torno a 1.200 millones de euros. "Tenemos una política diferente a otras empresas, porque apostamos por mirar a largo plazo y abrir el mercado. Hay muchas empresas que empezaron con nosotros en eólica marina y ahora trabajan para la competencia también", comentó. Eso sí, admitió que la cadena de suministro no está todavía preparada para la eólica marina flotante. "Pero es una oportunidad que hay que aprovechar", reiteró. Para ello "es necesario que se enganchen los astilleros privados, la industria naval, la industria auxiliar, las empresas de ingeniería, las empresas de logística", concluyó.
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