“Las peñas eran los grupos de ‘guasap’ de hoy”

El recuperado Carnaval de febrero de finales de los 70 y comienzos de los 80 no habría sido posible sin la implicación de estas entidades

De 69 peñas y entidades federadas en los años 80 se ha pasado a 12 en la actualidad

Peñistas de El Molondro jugando en la antigua sede de la calle Cristo de la Misericordia.
Peñistas de El Molondro jugando en la antigua sede de la calle Cristo de la Misericordia. / Julio González

Si hay un colectivo clave en la celebración del Carnaval en la calle, en febrero, desde la recuperación de la democracia ese es el de las peñas. Tuvieron su época dorada en los 80 y 90, siendo imprescindibles para la organización de los festejos y, por qué no decirlo, teniendo cierto poder en la fiesta. Poco se movía en el Carnaval sin la intervención de estas entidades que fueron muy numerosas y que contaban con el apoyo del Ayuntamiento. Hasta el punto que, según el actual presidente de la Federación Provincial de Peñas, Jesús García, en la ciudad llegaron a funcionar a la vez 69. Poco a poco, y por diversos motivos, las peñas fueron desapareciendo y ahora quedan pocas, y de ellas, solo algunas continúan celebrando actividades.

Curiosamente, y como adelantaba hace unos días este diario, una de las peñas señeras, Los Dedócratas, reabrirá sus puertas en verano, en la calle Hércules. Una enorme excepción en el decadente movimiento peñístico. “Lo normal es que vayan cerrando”, dice Jesús García, que preside la Federación desde 1995. Ahora mismo con actividad carnavalesca se mantienen pocas. La peña Paco Alba y La Estrella, dos de las emblemáticas, mantienen alguna programación anual. Otras se fueron cayendo por el camino, entre ellas las que celebraban los acontecimientos gastronómicos con más solera: la peña El Erizo y la peña El Molino. Aunque sus eventos se mantuvieron, pues la Erizada la organiza la Federación de Peñas y Entidades Caleteras y el Aula de Cultura del Carnaval de Cádiz cogió las riendas de la Ostionada. Dice García que la pandemia “acabó por rematar a algunas, pues la inactividad les pesó”.

Las peñas implicaban un sacrificio que ya la juventud no está dispuesta a asumir

Las hay que siguen vigentes, pero de manera virtual, sin sede física. Es el caso de La Tertulia de Doña Frasquita, que cerró sus puertas para dar paso a un gimnasio y que mantiene anualmente la celebración de la Gambada y la entrega del premio ‘Cajonazo’. Otras siguen abiertas pero sin actividad como tal, caso de la peña Nuestra Andalucía. En El Charpa, calle de la Palma, hay un restaurante italiano, aunque se ha respetado la fachada y el rótulo, y en El Erizo, pisos turísticos.

“Espero que no desaparezcan las que hay. Creo que las señeras que quedan aguantarán, pero el futuro no es halagüeño”, admite. El “gran problema” es la falta de relevo generacional. “El movimiento de las peñas ha perdido vigencia porque es complicado enganchar a los jóvenes. Ahora, para verse y hablarse bastan las pantallas, cuando las peñas eran el guasap de ahora. Nos gustaba vernos cara a cara en un sitio, compartir, charlar, vernos. Y las peñas, además, implicaban un sacrificio que ya la juventud, con tanta oferta de ocio que en los 80 no existía, no está dispuesta a asumir”, argumenta Jesús García. También tiene mucho que ver que las peñas, salvo excepciones, eran lugares copados por hombres en los que las mujeres iban solo el fin de semana o los días de celebraciones. Ahora, como es lógico, la mujer no está dispuesta a tener ese lugar secundario.

Jesús García. Presidente de la Federación Provincial de Peñas Gaditanas

"Creo que las peñas señeras que quedan aguantarán, pero el futuro no es halagüeño"

De momento “los que estamos seguimos trabajando y luchando, y no nos hemos cansado”, advierte todo un veterano en estas lides. El trabajo realizado por las peñas en el Carnaval de la calle tuvo recompensa a finales del año 2018, cuando el Consejo de Ministros le otorgó la Medalla al Mérito de las Bellas Artes. El galardón llegó, de manera paradójica, coincidiendo con el declive de las peñas. “Nos lo tomamos como el premio a toda una vida”, apunta García. Y tanto. La Federación se creó en 1978, recién estrenado el Carnaval democrático.

La entrada a la peña El Erizo en una Erizá Popular de los años 90.
La entrada a la peña El Erizo en una Erizá Popular de los años 90. / Kiki

La Federación Provincial se ha posicionado junto a la coordinadora que reclama el Carnaval en febrero, contraria a la decisión municipal de celebrarlo oficialmente en primavera. Comenta García que “es absurdo que Cádiz no mantenga el Carnaval en febrero cuando en otros sitios se va a celebrar y la pandemia remite. Y sobre todo porque el pueblo lo ha pedido”. Para el presidente de las peñas “el Ayuntamiento de Cádiz se ha pasado el sentir del pueblo por el arco del triunfo, ni siquiera nos dio la oportunidad de dar nuestra opinión”.

A pesar del apoyo a este movimiento al Carnaval no oficial, la participación de las peñas será testimonial, celebrando actuaciones en sus entornos aunque sin tablaos. “Es imposible porque no tenemos cobertura municipal ni legal ni económica. El Ayuntamiento ha decidido que la oficialidad se traslade a junio y nosotros no podemos vivir sin las subvenciones, que esperemos que las de para entonces”, expone. Porque, eso sí, las peñas tienen intención de organizar sus actividades en el Carnaval del mes de junio “porque no podemos dejar al pueblo sin sus celebraciones”.

La pandemia se ha llevado por delante a varias peñas

La decadencia del movimiento de las peñas en la capital gaditana es notoria. Se ha palpado, se ha visto, se ha contemplado, se ha sufrido... pero las cifras, siempre frías, arrojan más dolor si cabe a la reducción del número de estos lugares de encuentro y ocio que marcaron en carácter festivo de la ciudad en todas sus manifestaciones. Los datos aportados por la Federación Provincial de Peñas Gaditanas recuerda que en la década de los 80 había 69 peñas y entidades afiliadas. Actualmente solo son 12, de las que, como apunta Jesús García, “ocho mantienen una actividad importante en la ciudad y cuatro son recreativas”. El presidente de la Federación explica que la pandemia se ha llevado por delante a algunas peñas en los últimos dos años. “Antes de que llegase el coronavirus teníamos afiliadas 32 entidades. Después de las sucesivas olas y confinamientos han desaparecido 14 y seis han causado baja”, lamenta García. En el recuerdo están peñas como El Molino, El Charpa, El Erizo, Los pitirolos, La Pijota, Camarón de la Isla, La Lechuga, Andújar, La caña del país, El burgaíllo, El Quini, El Carota, Los amigos, La amistad, Celestino Mutis, Los 14 resultados, Los comilones, La gaviota, La Tía Norica, Los de siempre...

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