No te vayas todavía. Y se lo tomó al pie de la letra. No se ha ido. Es más, ha vuelto como autor, por primera vez, de una agrupación: la comparsa de Sevilla ‘Trece’. Rufino Expósito será recordado siempre como el muerto de aquella chirigota del Bizcocho, uno de los figurantes más recordados de los últimos tiempos. En la noche del miércoles, además de estrenarse como letrista, volvía a meterse en la piel del fiambre para aparecer en escena en el final de un cuplé.

¿Cómo se ha convertido en autor? “Me han enredado unos amigos y amigas de Sevilla. A mí siempre me ha gustado escribir”, explicaba. Hace poco publicó un libro de relatos cortos. Y sus inquietudes literarias se han puesto al servicio de un repertorio en el que ha sufrido, según reconoce, con los cuplés.

El de San José de la Rinconada conoció el Carnaval de Cádiz en 2011. Fue un flechazo. “No conocía nada y de repente descubrí las comparsas ‘Las locuras de Martin Burton’ y ‘Los muñecos de Cádiz’. Me encantaron”, señalaba mientras se pintaba la cara de blanco y los labios azules. Tan hondo le calaron que lleva en su espalda un tatuaje con motivos de estas dos agrupaciones. No es lo único carnavalesco que se ha tatuado Rufino. En su brazo derecho tiene marcadas las fechasen las que ha actuado en el Teatro Falla.

Era la hora de calentar voces y a Rufino le reclamaban en uno de los camerinos más amplios. La responsabilidad era la de un autor que presenta su obra. Para llegar a la meta el grupo había sufrido “muchos contratiempos, pero hemos logrado tirar para adelante”. Y allí estaba la comparsa sevillana de Rufino, un muerto que está muy vivo.