Manuel Alba: "El grupo Jarcha nos preguntó cómo habíamos enlazado sus canciones en el popurrí de 'Nuestra Andalucía'”

Retrocarnaval

Fue guitarra de grandes comparsas como 'Los porteños', 'Los napolitanos', 'Navegantes gaditanos' o 'Charlatanes de feria'

Tiene en su historial seis primeros premios en solo 14 años de Carnaval

El Galleguito: "Lo que conseguimos con la peña 'Nuestra Andalucía' solo era posible con un grupo de buenas personas"

Manuel Alba en la hemeroteca de Diario de Cádiz.
Manuel Alba en la hemeroteca de Diario de Cádiz. / Jesús Marín

Tocaba la guitarra en la rondalla de su colegio, Salesianos, cuando a uno de los curas, Don Joaquín, “le dio por hacer una chirigota infantil”, cuenta Manolo Alba para ponernos en situación sobre sus inicios carnavalescos. La agrupación, de 1968, se llamaba ‘Los kinitos’ y representaba al personaje que figuraba en las botellas de Kina San Clemente, ese licor reconstituyente que se usaba para hacer, con huevo, los ‘candié’ que resucitaban a un muerto. 

La chirigota no cantó en el Falla, aunque sí lo hizo la del año siguiente, ‘Los bambinos gaditanos’, también del mismo sacerdote aunque “el que más hizo ahí fue Agustín ‘Chimenea’, que ese año también sacó ‘Show de Wald’, donde yo también tocaba la guitarra”. 

Con El Chimenea repitió en 1970, con solo 17 años, ya por adultos, con la comparsa ‘Los brujos’, tercer premio. “Salimos mi hermano Diego y yo. Mi hermano, en la plaza de San Juan de Dios, harto de cantar, que se cantaba mucho, se sentó en un bar y me dijo ‘ya no salgo más’. Y así fue”, destaca.

Pero Manuel seguía quemando etapas y subiendo peldaños. “Pepe el Caja me dijo después de ese Carnaval con ‘Los brujos’ que se había ido un guitarra de ‘Los tarantos’ de Antonio Martín. Y del tirón me incorporé al grupo. Para mí fue un privilegio. Hice con ellos el verano y ya me quedé”, señala.

Manuel Alba con el disfraz de 'Los porteños', de 1971.
Manuel Alba con el disfraz de 'Los porteños', de 1971. / D.C.

Se quedó para salir en 1971 en ‘Los porteños’, segundo premio tras la memorable comparsa de Paco Alba ‘Los forjaores’. “Fíjate qué maravilla. Eso estaba de categoría. No recuerdo que nos enfadásemos con ser segundos. Y es que, te hablo por mí, la unión entre los grupos era muy bonita. Y no había esa maldad. Estábamos en los camerinos y nosotros íbamos a cantarle a Paco Alba y ellos a nosotros. Hoy día me parece que eso no es posible”, reconoce. Con ‘Los porteños’ inició Manolo Alba una serie de nueve años en los que no bajó del segundo premio, logrando seis veces el primero.

"Estábamos en los camerinos y nosotros íbamos a cantarle a Paco Alba y ellos a nosotros. Hoy día me parece que eso no es posible”

No recuerda el motivo por el que, para 1972, dejó el grupo de Martín para irse con Pedro Romero a ‘Los play-boys’, pero el caso es que varios componentes de ‘Los porteños’ se marcharon a este conjunto que iba a ser la antesala de una comparsa mítica como ‘Capricho andaluz’, volviendo con Antonio Martín, que Manuel lamenta haberse perdido. “Me tocó hacer la mili, la instrucción en San Fernando y el resto en el Instituto Hidrográfico. No hubo manera de compaginarlo de los ensayos”, admite.

Manolo Alba retomaba la fiesta para 1974 con ‘Los rumberos’, “que la empezó Antonio Martín pero no recuerdo qué pasó exactamente, que Antonio se marchó y la terminó Pedro Romero. Ensayábamos en los bajos del Teatro Pemán. Aquí ganamos el primer premio”.

En 'Los rumberos' (1974) con Aurelio Real.
En 'Los rumberos' (1974) con Aurelio Real. / D.C.

La carrera de este grupo era ya imparable, con los Monzón, Silva, Purri, Galleguito… y el conjunto repetiría primer premio en 1975 como ‘Los napolitanos’, con Pedro Romero y Aurelio Real en la autoría. “Lo que no esperábamos era ganar y que el primero fuera compartido con ‘Los belloteros’, que se presentó como chirigota y la pasaron a comparsa. Yo era muy joven y no recuerdo que me hubiese enfadado por esto”, reconoce.

‘Carnaval 76’, otro primer premio, reivindicó la vuelta a febrero en el último año de las Fiestas Típicas Gaditanas. “Pedro Romero era un crack para esas cosas, para mojarse, y una bellísima persona”, apunta.

“Pedro Romero era un crack para esas cosas, para mojarse, y una bellísima persona”

En 1977, con las libertades aún desperezándose tras morir el dictador Francisco Franco, Pedro Romero y Aurelio Real deciden sacar ‘Nuestra Andalucía’, una reivindicación de nuestra región en toda regla y un canto a las tropelías cometidas contra ella. “Cuando nos trajeron la idea sentíamos respeto y a la vez miedo. Salimos en la manifestación por la autonomía, delante del todo, y cuando llegamos a las Puertas de Tierra se formó la marimorena. Aproveché que mis tíos vivían en Santa María y allí me fui a refugiarme y quitarme la ropa”, relata.

Con la guitarra en una cabalgata el año de 'Nuestra Andalucía', 1977.
Con la guitarra en una cabalgata el año de 'Nuestra Andalucía', 1977. / D.C.

Antes, tras el Concurso, ‘Nuestra Andalucía’ cantó en muchos mitines, ya que en junio se celebraron en España las primeras elecciones libres tras la dictadura. “La gente se volcaba con nosotros, sobre todo con el popurrí, que hacía un recorrido por las ocho provincias y sus problemas”, apostilla. Esta es la comparsa favorita de Manuel en su brillante trayectoria.

En 1978 la comparsa volvió a tocar la política, tema candente después de 40 años de silencio, con ‘Los tribunos’, otro ‘1’ para el grupo. “Ya no era lo mismo que el año anterior, ya había más libertad. Aunque, para ser sincero, ni entonces ni ahora me ha interesado la política”.

El legendario grupo dirigido por Jesús Monzón iba a vivir de nuevo en 1979 otro primer premio compartido, siendo ‘Navegantes gaditanos’. Esta vez con ‘Ángeles y demonios’ de Antonio Martín. “Otra gran comparsa, pero como dije antes con ‘Los belloteros’, no recuerdo que hubiera enfados, la verdad. Oye, que supongo que no nos sentó bien, pero no tengo yo en la cabeza un disgusto muy grande”.

Destaca Alba que aunque Pedro Romero y Aurelio Real eran los autores, no se debe pasar por alto la colaboración de Manuel Rosales ‘Agüillo’ en los cuplés. “Cuando hacíamos el reparto le dábamos a Agüillo un libreto de la comparsa con un billete en cada hoja. Se le daba a todo el mundo su sitio. Había mucho compañerismo en ese grupo y echábamos en La Caleta los domingos de verano, con nuestras familias. Nunca tuvimos problemas de convivencia”.

"Había mucho compañerismo en ese grupo y echábamos en La Caleta los domingos de verano, con nuestras familias. Nunca tuvimos problemas de convivencia"

El año de los cajonazos, 1980, la comparsa volvió a ganar con Payos y gitanos’, ya sin Aurelio. “Emilín Álvarez y yo hicimos el principio del pasodoble, en mi casa, aunque el pasodoble era de él”, aclara. Fue el primer y único año de su trayectoria en el que Manuel Alba no llevó la guitarra. “Estaba harto de cargar con la guitarra y pasé a cantar, detrás de Carlos Brihuega”.

No imaginaba Manuel que ‘Payos y gitanos’ sería su última comparsa con el grupo de ‘Nuestra Andalucía’ y su peña. Lo mismo que se perdió salir en ‘Capricho andaluz’, no formó parte de otra comparsa histórica en 1981: ‘Pregones’. “Para ese año recuerdo que Pedro Romero dijo que no iba a escribir. Y el grupo, entonces, decidió que tampoco saldría. Y en la Aeronáutica yo trabajaba con Antonio Martín, que al saber que el grupo no salía me invitó a irme con él a ‘Charlatanes de feria’. Y le dije que sí. Al poco tiempo Pedro Romero se lo pensó mejor y se hizo una reunión en la peña para decir que al final salíamos. Yo fui y les dije que me había comprometido con Martín y le había dado mi palabra. Y tan amigos. Lo entendieron perfectamente”, evoca.

‘Charlatanes de feria’ “era un comparsón, pero el grupo no era muy fuerte”, señala sobre una agrupación que fue tercer premio, ganando precisamente en el Falla sus amigos de ‘Pregones’.

En 'Charlatanes de feria', de 1981.
En 'Charlatanes de feria', de 1981. / D.C.

Cansado ya del Carnaval, sin respiro prácticamente todos los fines de semana, decidió tomarse un descanso. “Muchas veces llegaba a las tantas de cantar y sin descansar entraba en la fábrica a trabajar con la cara pintada”, expone.

Hubo tiempo para una última incursión, en 1984 con la comparsa ‘Aires de Laponia’, en la que fue director y músico. “Me lo propuso un compañero del trabajo, con gente de la Aeronáutica. Carmelo Fernández, buenísima persona, hizo la letra. Salían con nosotros dos hijos de Jesús Monzón: Selu y Andrés". Fue su última participación en el Concurso del Falla. Los siguientes carnavales los pasó en la calle con una charanga familiar.

Acumuló muchas actuaciones a lo largo de todo el año durante una década. “Lo mismo estaba en la playa con mi novia y venía El Carnicero, que iba de postulante con nosotros, a avisarme de que esa misma tarde nos íbamos, por ejemplo, para Málaga. Venía con su Mobylette a avisar a cada uno. Así estuvimos muchos años, cantando incluso en Nochevieja. A la sala de fiestas Oasis de Sevilla fuimos un montón de veces. Hicimos tanta amistad con el dueño que incluso nos invitó una vez a cenar con nuestras parejas”.

Entre las actuaciones memorables de un grupo tan señero, Manuel se para en la que hicieron en el estadio Vicente Calderón con motivo del 75 aniversario del Atlético de Madrid en abril de 1978. Un año antes, con motivo del Trofeo Carranza, la organización del torneo agasajó a los equipos participantes, entre ellos el colchonero, con un viaje en el Vaporcito. Allí actuó la comparsa ‘Nuestra Andalucía’, que interpretó un pasodoble de ‘Los rumberos’ al polémico partido del Atleti contra el Celtic de Glasgow en la Copa de Europa. Esta copla entusiasmó tanto al presidente atlético, Vicente Calderón, que invitó a la agrupación a los fastos por la citada efeméride.

Manuel Alba no olvida haber compartido fiesta con Rafaella Carrá, Manolo Escobar, Antonio Machín… “Y el grupo Jarcha, que nos preguntó cómo habíamos enlazado algunas de sus canciones en el popurrí de ‘Nuestra Andalucía’. Aquello fue precioso”.

Asegura que sigue el Carnaval de hoy “desde lejos”, aunque de lo poco que ve le parece que “hay chavales que tocan la guitarra para rabiar, y hacen un punteado para comérselos. Antes no se hacía eso. Y cantando, el tenor llevaba el peso. El contralto se hacía en el trío y al final. Ahora se pueden cantar esos pasodobles de antes, pero los actuales son complicados. Hay muchas voces: el tenor, la octavilla, el que canta por debajo del tenor, el contralto… para coger la melodía es muy difícil”.

Dice haber disfrutado “muchísimo” del Carnaval y solo tiene una espina clavada: haber prestado los disfraces. “Es una pena, pero no guardo ninguno”, concluye.

Nacido en Santa María y empleado de Aeronáutica

Manuel Alba Jiménez nació el 10 de mayo de 1953 (ayer cumplió 72 años) en la calle Álvarez Cabrera, también conocida como Mirador, en el barrio de Santa María. Siendo pequeño la familia se trasladó a extramuros, zona de San José, a los grupos de pescadores. Estudió en Salesianos y allí hizo oficialía, hasta el tercer curso de mecánico tornero. Después de un tiempo de aprendiz en el taller de Pastoriza pasó por varios trabajos hasta entrar en la Aeronáutica, donde se jubiló. Está casado con Isabel Gordillo. Tienen dos hijos. Miguel Ángel (músico) y Manuel (guitarra y bajo, que sale en el coro de San Fernando). Y una nieta de 16 años llamada Cristina.  

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