Luis Galán: "Yo reivindiqué la Memoria Histórica con 'Heridas de España' en el 82. Aquí, salvo Pedro Romero, no se mojaba ni el Tato"
Retrocarnaval
Valiente y comprometido como pocos, es un referente del Carnaval de El Puerto y muy querido en la capital
En 1999 logró junto a Los Gitanos el primer premio con la comparsa 'La parra bomba'

El chiquillo que descubrió la buena literatura a través de la Generación del 27 y que en el colegio obtuvo varios premios de redacción, vehiculizó su talento creativo hacia el Carnaval, convirtiéndose en uno de los autores más reivindicativos y punzantes en materia social y política. Su potencial como coplero despertó muy pronto, de ahí que sus inicios en la fiesta, desde El Puerto de Santa María, fuesen meteóricos.
Recuerda Luis Galán que de niño, como vivía muy cerca del cuartel general de Los Majaras, el bar San Eloy, “veía salir, para cantar, a ‘Los hindúes’ o a ‘Charlots’, y para escuchar a ‘Los hindúes’ metía una moneda de diez reales en una máquina de discos que había en el bar La Gallega”. Luis comenzó a practicar poniendo letras a las músicas de esta comparsa de José Luis Arniz.
Un célebre ‘majara’ como Pedrito García lo reclutó como componente para la comparsa infantil ‘Lunarito flamenco’, de 1978. Tenía 15 años cuando empezó a ensayar con este grupo. “No teníamos letrista y me ofrecí a escribir. Al día siguiente me colé con cuatro pasodobles e hice el repertorio entero. La música fue de Pedrito”, apunta. Esta comparsa quedó en tercer lugar en el Concurso del Falla, con la cantera unificada.
En 1979 se lanzó a hacer letra y música y logró el primer premio provincial de infantiles con ‘Los lazarillos’. “Con más puntos que ‘Ángeles y demonios’, ojo, y con un montón de contratos por toda Andalucía, todo el año. Tres padres eran nuestros chóferes y nos llevaban a todas partes”, recuerda.

Y en este mismo año debutó, por todo lo alto, en adultos. “Eso vino después de cantar en el Falla con ‘Lunarito flamenco’. El locutor Enrique Treviño hizo un comentario diciendo que los mayores debían dedicarse a hacer letras de mayores y no de niños. Yo es que llevaba pasodobles reivindicando a Astilleros, no veas. Lo que no sabía Treviño es que lo había escrito un niño. En la segunda actuación me fui a buscarle y a decirle que Luis Galán era yo. Se quedó asombrado y me entrevistó. El Catalán Grande lo escuchó y le gustó. Y estando ensayando con ‘Los lazarillos’ el año siguiente se coló en el local, en El Puerto. No veas cuando yo lo vi, por poco me caigo. Habló con mi padre y le convenció para que le escribiera la comparsa en Cádiz”.
Así fue como fichó para ‘Húngaros gitanos’ con 16 años. Catalán Grande le acogió como su pupilo. “Yo estaba mucho tiempo en su casa, en los Callejones, comiendo y luego nos íbamos para el ensayo. Maribel, su mujer, un encanto, también me cuidó mucho”, relata.
Cuenta emocionado cómo se vio, con su corta edad, compitiendo en la final junto a Antonio Martín y Pedro Romero, con sus comparsas ‘Ángeles y demonios’ y ‘Navegantes gaditanos’. “Un primero con ‘Los lazarillos’ y un tercero con ‘Húngaros gitanos’. Yo estaba flipando”, admite.
Habla y no para sobre el Catalán Grande. “Fue mi padre carnavalesco. Y me enseñó a escribirle a Cádiz. Ensayando en el Baluarte de la Candelaria, a través de una ventanita se veía El Puerto. Él me decía que no mirara para allá, que mirara para acá. Me llevaba al mercado a escuchar cómo se pregonaba el pescado en Cádiz o a pescar a la punta de San Felipe. Fue mi guía, como un tutor, que me enseñó a amar a Cádiz. Con este personaje, un tío como la copa de un pino, en dos años aprendí la base de todo. Verlo ensayar era un espectáculo”, asegura.
En ese 1979 también escribió para la comparsa portuense ‘Persecución’, por lo que hizo triplete. Su juventud no pasó desapercibida y en el Club Caleta le entregaron una placa en reconocimiento al poeta más joven de la historia.
En 1980 fue primer premio provincial de comparsas juveniles con ‘Niños de Écija’ y repitió con Catalán Grande en 1980, escribiendo ‘Los luceros del alba’. En aquella convulsa final, con tres comparsas cajonazo cantando en la escalerilla de Medicina, Luis Galán vivió uno de sus grandes momentos como autor. “Yo estaba dentro cantando con la comparsa juvenil y fuera, ‘Los luceros del alba’, ‘Cuba’ y ‘Caleta’ y un montón de gente escuchando, con pancartas. Cuando vi que se iba a formar el jaleo, porque vinieron los antidisturbios, Catalán Grande me metió en el Falla”, expone.
“Ese día estuve todo el día en Cádiz, recogiendo las cintas de cassette de ‘Cuba’, que ya estaba descalificada y las podían vender ya. En el bar El Merodio coincidimos con el Catalán Chico, que era el director de ‘Caleta’. Se subió a una caja de frutas para hablar y organizar la movida de por la noche”, añade.
El grupo no continuó y Galán hizo en 1981 la comparsa juvenil ‘Nueva raza’. “La hice deprisa, eso no salió bien, porque yo me fui a una comuna hippie a Benamahoma”, dice ante el asombro del entrevistador. “¿Qué quieres?, había leído ‘Siddhartha’ de Herman Hesse y quería escuchar el río. Por eso me fui allí”, aclara.
"La comparsa 'Nueva raza' la hice deprisa. Eso no salió bien, porque yo me fui a una comuna hippie a Benamahoma”
Se desquitó con su obra más controvertida y profunda: la comparsa ‘Heridas de España’ en 1982, con música de Pedrito García. “Lo que hoy es la Memoria Histórica lo reivindiqué yo entonces. Fue un bombazo. Vendimos 11.000 cintas. Salvo Pedro Romero no se mojaba aquí ni el Tato. Reivindiqué a los vencidos de la Guerra Civil y al campesinado andaluz, dando caña a los terratenientes. Leña gorda. Mi padre estaba asustado, pero yo tenía claro que que quería decir todo eso”, remata.
Ahí escribió un pasodoble “a la plaza de toros de Cádiz, donde fusilaron a mucha gente. Rafael Izquierdo, el productor, me dijo que no lo cantáramos, que con esa letra no iríamos a la final. Y lo cantamos. Al cabo de los años me enteré que un miembro del jurado nos vetó, porque era de derechas”. ‘Heridas de España’ se quedó fuera de la final, unificada de provinciales y locales por primera vez. “El mensaje era adelantado a su tiempo. Hace poco me dijeron que esa comparsa parece que estaba escrita ahora, con la amenaza de la ultraderecha que tenemos”, afirma.
El Puerto decide no ir al Falla
Los carnavaleros portuenses decidieron no ir al Falla en 1983, en protesta por la unificación de provinciales y locales. Galán destaca que mientras él estaba en la mili “hubo una reunión en El Puerto para decidir ese plante hasta que no volviese la unificación. Yo no participé, yo volví de la mili y me adapté a lo que había”.
La ausencia en Cádiz hizo que la afición, también la capitalina, centrase sus miradas en el Concurso de El Puerto en ese 1983. Los Majaras sacaron ‘Leche y picón’, Luis Galán escribió ‘Don dinero’, con música de Javier Benítez ‘El gran visir’, y Diego Caraballo compuso ‘Los Óscars’. Ahí estaba lo mejorcito de la comparsilandia portuense, pero Galán se llevó el gato al agua. También ganó en chirigotas con ‘La quinta de Beethoven’.

Genio y figura. Cuenta que para conseguir este doblete le ayudó el hecho de pasar mucho tiempo en el calabozo. “En la mili me comí dos meses de arresto, 96 guardias, 54 imaginarias… por echarle cojones a los mandos. Y por irme a Madrid, por mi cuenta, a ver a los Rolling Stones a Madrid, el 7 de julio del 82. Y a la vuelta, otra vez al calabozo. Pero que me quiten lo bailao”, dice entre risas.
Tampoco acudió al Falla en 1984, sacando en su tierra natal la comparsa juvenil ‘Indios’ y la chirigota ‘Chotis’.
El regreso al Concurso de Cádiz tenía por nombre, en 1985, ‘Vamos al grano’, una comparsa portuense “inspirada en Miguel Hernández, uno de mis referentes literarios”. Afirma que esta comparsa, a pesar de no entrar en la final, se hartó de cantar por toda Andalucía. “Era muy difícil entrar en la final con tres agrupaciones. Y encima, con ‘Entre rejas’, ‘Braceros de pueblo’… eso era muy grande”.
‘Poquita cosa’ fue su apuesta en 1986, una comparsa enfocada a los niños. El espíritu reivindicativo de Luis Galán seguía latente y esta agrupación “hizo la campaña anti OTAN por toda Andalucía con Julio Anguita y Antonio Gala. En un mitin en Lebrija cogí el micro y no veas la que formé”.
Su última comparsa antes de cerrar su primera etapa fue ‘A paso lento’ en 1987, cuando ya, en enero, se había trasladado a Málaga para trabajar.
Diez años después sus amigos Los Sopa de El Puerto le llamaron para echar un cable en la comparsa ‘El tablao romaní’. “Los gitanos habían salido conmigo en ‘Lunarito flamenco’ y ‘Los lazarillos’ y nos conocíamos desde chicos. En principio no iban al Falla, pero aquello iba sonando bien y al final quedamos semifinalistas”, relata.
Galán se implicó más en el proyecto de Los Gitanos para 1998: ‘Macandé’. “Vi que era un grupo que caía bien y que era distinto a todo. Había material para hacer historia y quedamos los séptimos”.
"“Reconozco la calidad de los rivales, pero ‘La parra bomba’ era distinta, y llevábamos un repertorio muy marcado, muy gitano, cantando a Cádiz y por Cádiz"
Lo mejor estaba por venir. “Mi enfoque fue que si ‘Macandé’ era un personaje, la comparsa del 99 tenía que representar a un lugar. Empecé a investigar y di con La Parra Bomba, un establecimiento de tapadillo en la calle Benjumeda de Cádiz que nunca estuvo inscrito como tal. El primer día de ensayo me colé con un pasodoble a la playa de la Puntilla y dije que esa letra era para la final. El grupo se reía, pero yo les dije que iríamos a la final y que se lo iba a demostrar”.

Dicho y hecho, ‘La parra bomba’ fue primer premio por delante de ‘El circo’ de Joaquín Quiñones y Pepito Martínez, de ‘Los templarios’ de Martínez Ares y ‘Los musiquitas’ de Tino Tovar. Había una gran competencia. “Reconozco la calidad de los rivales, pero ‘La parra bomba’ era distinta, y llevábamos un repertorio muy marcado, muy gitano, cantando a Cádiz y por Cádiz. Si no hubiera habido un notario no sé qué hubiera pasado, cuidao, porque fue el primer año que hubo notario en el jurado”.
Y después de más de 20 años, llegó el momento de escribir al grupo que fue siempre su gran rival, el de Los Majaras. “Después de ganar el primer premio le dije a Los Gitanos que habíamos tocado techo, como Roger Waters con ‘El Muro’ en Pink Floid. Yo también quería apartarme del Carnaval, estaba muy liado con el trabajo. Y al cabo del tiempo, cuando ya Los Gitanos habían fichado como autor a Pepe Mata, vinieron a buscarme Vicente Esquerdo y Pedro de los Majaras. Pedro me dijo que ya era hora de que por fin yo escribiera a este grupo”, señala.
Era el año 2000 y la unión Galán-Majaras se materializó en ‘Marinero en tierra’, un homenaje a Rafael Alberti. Y el mítico grupo portuense entró en una final donde no había estado desde 1987, el año de ‘Caballos andaluces’.
Retando a ETA
Cerró su periodo majara con ‘La cruz verde’ en 2001. “Ahí le hice un pasodoble a la ETA, la reté, que no veas la que se formó”. En esa letra, el autor decía a la banda armada que “yo me llamo Luis Galán y en tu lista ya me puedes apuntar soy del Puerto y paseo sin escolta, por la playa La Puntilla que es mi novia”, rematando con un “si me matas en la playa quítate el pasamontañas, que en el sur cuando se mata hay que hacerlo cara a cara”. Dice, bromeando, que “después de cantar el pasodoble ya nadie quería ir a la playa conmigo”.
“Le dije en un pasodoble a la ETA que le esperaba en La Puntilla. Ya nadie quiso ir conmigo a la playa”
Tras un descanso en 2022, regresó en 2003 con ‘Se prohíbe el cante’ e hizo ‘Por Cai repicando’ en 2004, donde fue letrista y además componente. “Antonio Martín me hizo la música”, apunta. Galán añade que en 2005 hizo un par de tangos al coro de La Salle Viña ‘Rebelión a bordo de la patera Mangoli’, algunas coplas para ‘El cante los puertos’ de Los Gitanos en 2011 y a la comparsa ‘Áfrika’ (2014) aportó un pasodoble. En 2017 escribió de nuevo para Los Majaras en 'El ojo de Cai'. “Ya será difícil volver, porque además desde Málaga, desde la distancia, no puedo estar pendiente del grupo. El año pasado me dio un infarto, pero antes de eso nos reunimos Los Gitanos con el Canijo y el Melli para hacer una comparsa para 2025, pero al final la cosa no cuajó”, cuenta.

"Me declaro admirador confeso de Marta Ortiz. ‘La valla’ ha sido para mí una maravilla. El repertorio está redondo, no tiene ni una sílaba de relleno"
Preguntado por el estado actual de la modalidad de comparsa, Galán dice, con rotundidad, que se declara “admirador confeso de Marta Ortiz. ‘La valla’ ha sido para mí una maravilla. El repertorio está redondo, no tiene ni una sílaba de relleno. Sin desmerecer a nadie, ‘La valla’ debería haber estado en la final. Marta es una gran revelación de estos últimos años. Ya era hora de que la mujer tuviera su palabra en el Carnaval”. Y esta admiración la enlaza con una crítica general: “Es una pena, que teniendo 25 minutos para decir algo, las comparsas basen muchas veces sus repertorios en el metacarnaval. Con la de cosas que hay que decir y que denunciar”.
Concluye hablando de sus referentes en la fiesta. “Pedro Romero me influenció una barbaridad. Esa pluma valiente y a la vez esa lírica y esa poesía, me encantaba. Pero como autor más completo, Antonio Martín. Ha sido el número uno de nuestra generación, sin desmerecer a Juan Carlos Aragón, con quien tenía mucha amistad y charlamos muchas veces sobre Nietzsche en mi casa hasta las seis de la mañana. Éramos los dos de la misma cuerda, ácratas de lujo, decíamos que éramos anarquistas a los que les gustaban las gambas. Y Antonio ‘Catalán Grande’ fue el mejor dirigiendo”.
Un portuense en la Costa del Sol
Luis Galán Pérez nació el 7 de noviembre de 1962 en la calle Yerba, Barrio Alto, de El Puerto de Santa María. Estudió en San Luis Gonzaga y luego encadenó varios trabajos, siendo jefe de administración en Pepsico en la zona de Andalucía Oriental y volviendo a El Puerto para llevar la gerencia del pub El convento. De nuevo en Málaga fue jefe de servicio en la Peugeot y luego administrativo de la empresa Envialia. Ahora, residiendo en la capital de la Costa del Sol, está en proceso de prejubilación. Galán, que no tiene hijos, mantiene una relación estable con la malagueña Carolina García.
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