Carnaval de Cádiz

Los límites del Carnaval de Cádiz, a debate en los Diálogos al SERxCuatro

  • El humorista Manu Sánchez y el politólogo Pablo Simón analizan en la Fundación Cajasol el Carnaval gaditano

Manu Sánchez, el moderador Pedripol y el politólogo Pablo Simón, durante el encuentro en la Fundación Cajasol.

Manu Sánchez, el moderador Pedripol y el politólogo Pablo Simón, durante el encuentro en la Fundación Cajasol.

El humorista Manu Sánchez y el politólogo Pablo Simón han protagonizado los Diálogos al SERxCuatro, en la Fundación Cajasol, en una conversación cargada de análisis y reflexiones carnavaleras. Ante una sala de conferencias de la Fundación Cajasol con un público que mostraba ganas de reír y reflexionar a partes iguales, Manu Sánchez y Pablo Simón, politólogo y contertulio del programa Hoy por hoy, repasaron la situación actual de una fiesta “que no es de Cádiz, sino patrimonio universal”, según dijo Simón.

El humor es un proceso de emancipación y de rebeldía contra el poderoso”, promulgó Simón, en plena conversación sobre la dirección que deben llevar los chistes o, en general, la acción humorística; “de abajo a arriba, del pueblo al poderoso”, ha manifestado el politólogo, que ha concluido con un argumento que planta sus cimientos en la realidad del autor, en el día a día del humorista: “El límite del humor está en comer”.

En una era, esta en la que vivimos, controlada, juzgada y manejada por los hilos telemáticos de las redes sociales, ambos protagonistas han coincidido en que las críticas en las redes calan, y mucho, al artista después de lanzar el chiste, el dardo, el "tiro de francotirador" al que se ha referido Manu Sánchez en relación a que el humor siempre hay que hacerlo dirigido a alguien, porque a él, dice, "no le hace gracia ver que alguien se cae, sino saber quién es el que se ha caído".

"Me gustaría que volvieran los telonazos al Fall", dijo Sánchez, ávido, a tenor de sus palabras, de una mayor capacidad crítica por parte del público, y sobre todo de respetable que va al Gran Teatro Falla y que no es de 'Cadi, Cadi', a quienes ha defendido, porque cree que "los que vienen de fuera vienen con miedo, tienen que pedir perdón desde que entran por el puente porque Cádiz impresiona, acojona".

En cuanto a la masificación y al incremento de agrupaciones, Simón trasladó una pregunta a su homólogo en la conversación, aunque bien ha parecido un clamor al Dios Momo: "¿No está habiendo un desplazamiento de la chirigota a la comparsa? Parece que los géneros de humor del carnaval cada vez llegan con menos".

Sobre normas, las del concurso, y concretamente lo rígida que es la estructura de cada repertorio en cada una de las modalidades, Sánchez propuso "darle alguna vuelta", no sea que "para el humor no sea bueno que algo esté tan encorsetado". Entre planteamientos sobre censura, argumentos acerca de la influencia del carnaval en la clase política y los pros y contras del humor blanco, ha habido momento para un último consenso, mezclando pornografía y carnaval, a propuesta del politólogo estrella de España, que ha convencido -y sorprendido a partes iguales- al humorista multitarea a quien definíamos al principio de esta pieza:

"El humor es como un pornógrafo, te desnuda. Te coge y te dice, esto es lo que hay, te voy a quitar los ropajes para que lo veas".

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