Que un coro se vista y se maquille en estos tiempos en La Salle Viña no deja de ser un guiño a un pasado glorioso. El grupo viñero ya no está, pero ayer olía a tango, en el gimnasio, en el patio, gracias a que ‘Los babeta’ eligieron el colegio lasaliano para prepararse. Y entre sus componentes todavía hay seis de los que ganaron, hace 25 años, el primer premio con ‘El habla de Cádiz’. Uno de ellos su músico y director, José Manuel Pedrosa, que ya afinara aquel coro. Le siguen acompañando un cuarto de siglo después Jose Fatou, Nano Morales, Manolo Couso, Juan Carlos Letrán y José Carlos Gargallo ‘Kuko’.

Son chefs carnavalescos. “Esta idea gastronómica llevaba un tiempo ahí y vimos que este era el mejor año para sacarla”, apuntaba el letrista, David Fernández. La idea prevista para febrero de 2022 se desechó para mayo. “Este concurso pedía algo más alegre”. Fernández ha unido en este coro su pasión por el Carnaval y su amor por el buen comer. “Me encantan la cocina y el lenguaje de la cocina de Cádiz. La babeta era un recorte, un desecho de la pasta que traían a Cádiz los genoveses. Y Cádiz está hecho de recortes. De cosas muy sencillas hemos hecho siempre el mejor plato”, explicaba el autor. Además, la connotación negativa de ser en Cádiz “un babeta”.

Un componente muestra su sombrero.

Serafín Pérez se mostraba inquieto. Se encarga de la logística del coro. Un grupo tan numeroso necesita un poli malo como él, siendo su labor imprescindible. Maneja datos reales, anotados día a día, propios de una persona metódica, que demuestran que no ha sido fácil llegar hasta este concurso primaveral. “Yo tengo un Excel donde recojo todas las incidencias, entre ellas quien falta cada noche. Y los días de ensayo, que han sido 20 menos con respecto a 2020, que no es ninguna tontería. Hemos tenido que acelerar y decidir qué día parábamos en lugar de qué día ensayábamos. Ha sido agotador, un parto de trillizos”, argumentaba.

Todo calculado: ‘Los babeta’ han contado con 20 días de ensayos menos que en 2020

Pedrosa asentía y añadía que “hemos estado liados seis meses con el coro, pues empezamos en septiembre y después de montar dos cuartetas nos fuimos para casa con una de las olas de Covid. Luego empezamos en noviembre y en mitad de febrero hubo otro parón. Más el parón de la Semana Santa”. Pero finalmente el coro llegó a la meta caricaturizando a un cocinero, con prominente nariz a lo Cyrano de Bergerac realizada por la empresa Look Art Studio. Con un sombrero que es una olla (¿o al revés?) de la que intenta escapar un pulpo.

¿Mucha presión?, preguntamos al letrista del coro ganador de 2019 y 2020. David Fernández era rotundo: “No, no. Vamos a disfrutar que es la mejor manera para que después te valoren, para que el público disfrute”.

La orquesta de 'Los babeta' afinando.

Solo cuatro o cinco incorporaciones cuenta ‘Los babeta’. Nadie (o casi) se quiere ir de un coro de esta categoría. Las ganas, intactas. “Estamos tranquilos y con ganas de soltar el repertorio ya”, explicaba David Fernández.

Dentro, en el gimnasio del colegio donde se forjaron coros como ‘Entre pitos y flautas’, ‘Pinocho’ o ‘Batmonos que nos vamos’, y saltaron el potro tantos alumnos y alumnas, la orquesta, en corro, afinaba antes de partir en pasacalles hacia el Teatro Falla. Un caminito que un coro que sale de La Salle Viña debe saber de memoria... la memoria del Carnaval y de quienes lo hicieron (y lo hacen) grande.