'Los cabrones' abordan el Falla con tangos como cañones

El coro de Julio Pardo y Antonio Rivas recuperó las sensaciones de aquellos años en los que parecía invencible y conquistó el Falla trasladando a las tablas la historia del corsario gaditano conocido como el Cabrón. Con una gran música, buenas letras y un grupo sencillamente espectacular, el barco pirata de Los cabrones atracó por primera vez sobre las tablas con la promesa de volver más de una y más de dos veces. Un coro muy de Cádiz, capaz de llenar el escenario con sus voces y mantener la atención del público durante todo el repertorio. Apuntan muy alto estos bucaneros.

La función, sobre el papel algo floja, cayó irremediablemente tras el coro. Solo la chirigota de Sevilla fue capaz de despuntar antes del descanso, sacando partido a un buen tipo -de Noé y sus animales antes de subir al Arca- y a sus buenos golpes, tirando de ese estilo suyo por momentos a caballo entre la chirigota y el cuarteto. Por su parte, la comparsa de Algeciras cumplió sin más.

Tras el intermedio, poco que rascar. Si acaso lo mejor llegó al final, con la chirigota de San José de la Rinconada y la comparsa de Raúl Villanueva. Los prometíos, irregulares pero con algunos buenos puntos; De Sangre azul, con un original tipo de pitufos, dos buenos pasodobles y un repertorio bien defendido por un grupo joven y que mejora bastante la imagen del año pasado. La joven comparsa ofreció un digno cierre a una función de escaso ambiente y de más a menos sobre las tablas.