Antonio Galán: "Había muchos aficionados que preferían a nuevos autores, pero es que ‘Los forjaores’ era imbatible"

Retrocarnaval

Es uno de los últimos supervivientes del grupo de 'El brujo' y atesora, con solo ocho agrupaciones, siete primeros premios, entre ellos los de ‘Los fígaros’ o ‘Los hombres del mar’

El Carnaval de Cádiz y sus historias: El contralto de Paco Alba

Antonio Galán en una foto tomada en las instalaciones del Grupo Empresa de Astilleros, en la calle Medina Sidonia.
Antonio Galán en una foto tomada en las instalaciones del Grupo Empresa de Astilleros, en la calle Medina Sidonia. / Julio González

Jesús Monzón, Carlos Brihuega o Juanaco, casi nada, eran algunos de los amigos de Antonio Galán. Con esta compañía, ¡cómo no iba a acabar saliendo en el Carnaval! Coincidió con los dos primeros en la escuela Virgen del Carmen de Puerto Real, donde montaron algunas agrupaciones escolares. Canturreando en las calles, la intención de ellos era salir en una comparsa. “No había forma de encontrar un grupo. Mis amigos se apuntaron a un coro, que ensayaba en La Negrita, en la plaza de España. Y yo me apunté luego”, explica Galán.

El coro, que fue primer premio en 1961, se llamaba ‘Faraón y su corte’, escrito por Antonio Girón y dirigido por Luis Guerrero ‘El gitano’. “Éramos unos niños, pero nos cogieron”, apunta.

Para 1962 subió un peldaño saliendo con Eduardo Delgado, que además de ser un grande del Carnaval era… su suegro. Y el de Carlos Brihuega. Era la chirigota ‘Los tratantes de ganado’, segundo premio. “Comparsistas como Salvador Valo, Manolo Moreno o Emilio López Prats le dijeron a Eduardo, porque faltaba uno, que me fichara. Y así fue”, recuerda. De su suegro dice que le controlaba en los ensayos, para que no bebiera vino en exceso. “Me decía ‘El niño’ y cuando me echaba un vaso entero, me decía que no, que me echara la mitad”, apostilla. De Delgado dice que “era un fenómeno, que no salía por dinero, solo por afición. En los cuplés era el mejor”.

“Eduardo Delgado era un fenómeno, que no salía por dinero, solo por afición. En los cuplés era el mejor”

1963 le tenía reservado salir con otro grande: Enrique Villegas. “Emilio López Prats, Moreno, Chatín… me dijeron que estuviera pendiente que me iba a llamar Paco Alba para ‘Los corrusquillos gaditanos’. Pero el aviso no llegaba. Y llegó a mi casa el postulante Francisco Balber ‘El Patilla’, diciéndome que Paco Alba no me iba a llamar, que iba a hacer un grupo con gente suya de antes, que venían de dos grupos distintos, y que para mí no había sitio. Patilla me dijo que me fuera con él a ‘Los dandys negros’ con Villegas. Y le dije que sí. Luego vinieron a buscarme los de Paco Alba, pero ya había dado mi palabra a Villegas”.

Antonio Galán, primero por la derecha, en ‘Los fígaros’ junto a Chatín y Paco Alba y dos amigos de la comparsa.
Antonio Galán, primero por la derecha, en ‘Los fígaros’ junto a Chatín y Paco Alba y dos amigos de la comparsa. / D.C.

Aunque la comparsa fue primer premio especial compartido con ‘Los corrusquillos’, Galán no guarda buenos recuerdos de ‘Los dandys negros’, debido a un desencuentro vivido en la semana de las Fiestas Típicas. “Era Domingo de Piñata y habíamos quedado unos cuantos en comer en casa de un componente, Juan Cazalilla, que nos había invitado a un cabrito. Vivía por Beato Diego. Venía también Juan el Gitano, que era contralto. A la hora de volver a donde estaba la comparsa para cantar, había mucha bulla. Cogimos un taxi en la plaza de San Francisco y llegamos a lo justo. El director, El Charpa, nos echó la bronca delante de todo el mundo. Y allí mismo echó a Cazalilla y al Gitano. A mí no, pero yo le dije que también me iba si echaba a los dos compañeros”, explica.

Villegas los citó en la Catedral para convencerlos de que volvieran, pero no quisieron. “Por nosotros entraron otros, uno de ellos el Catalán Grande. Enrique nos dijo que Dios había muerto perdonando a los que le mataron, que por qué no perdonábamos nosotros. Las cosas de Villegas...”, apunta.

Y como no hay mal que por bien no venga, tras las Fiestas Típicas entró con ‘Los corrusquillos gaditanos’ para hacer las galas. Oficialmente, ya para el Concurso del Falla, Galán debutó con Paco Alba en ‘Los fígaros’ (1964), una comparsa mítica. “Era muy completa y aprendíamos mucho de Paco. Llevaba una letra al ensayo y antes de cantarla la explicaba. Nos contaba por qué la había escrito”. Se refiere a un pasodoble de estos ‘fígaros’ sobre la bacía de barbero que Don Quijote llevaba a modo de yelmo. El autor les leyó el capítulo en el que Don Quijote confunde la bacía de un barbero con el yelmo de Mambrino.

“Paco nos echó la bronca por romper una letra porque ya nos la habíamos aprendido los más jóvenes, que apenas teníamos 20 años. Entonces no había fotocopias”, añade. Y hace alusión a un cuplé de ‘Los fígaros’ sobre un partido del Real Madrid, equipo del que Paco Alba “era fanático”. “Hizo medio cuplé ese mismo día y lo ensayamos antes de ir al teatro, en nuestro local de la antigua Audencia, en el Corralón. El partido acabó cuando estábamos en los camerinos del Falla y lo rematamos allí, diciendo que el Madrid había ganado, como así fue. El público no se lo creía cuando lo escuchó”, cuenta emocionado.

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A ‘Los fígaros’ le siguió otra comparsa histórica, también primer premio: ‘Los hombres del mar’. “Un hermano mío, el Luiti, decía que esta comparsa no tenía ningún pasodoble malo”, destaca.

Habla del duelo, ese año de 1965, con ‘Los escarabajos trillizos’ de Enrique Villegas, a la postre ‘Los Beatles de Cádiz’. “Llegamos las dos comparsas a la plaza de El Palillero. Y cantamos las dos allí, pero le ganamos de calle. Nuestra comparsa era muy gaditana”, remarca.

El servicio militar, que hizo en Sidi Ifni (Marruecos), interrumpió su trayectoria carnavalesca y no pudo salir en ‘Los beduinos’ para 1966. “Me dieron un mes de permiso y me vine a Cádiz. Ya habían pasado las Fiestas Típicas. ‘Los beduinos’, un grupo de ocho así, se iban a Madrid. A mi cuñado Carlos Brihuega, que también estaba haciendo la mili, le prometieron en su destino que le iban a dar permiso también, pero no se lo dieron. Estaban ensayando el repertorio para Madrid. Fui al ensayo y como faltaba gente, me convencieron para irme con ellos. Aquí se unió El Charpa, que fue quien le dijo a Paco Alba que me fichara a mí. Fíjate, que yo me había enfadado con él años antes”, expone.

Estuvo un mes en la capital de España. “A mí me relevó Jesús Monzón”, señala. Para el siguiente año, 1967, Paco Alba no sacó comparsa, pues seguía liado con ‘Los beduinos’ y sus compromisos por España. “Había varios grupos entonces por ahí, ‘Los beduinos’, ‘Los yeyés gaditanos’, ‘Los Beatles de Cádiz’… mi hermano Luiti estaba en ‘Los yeyés’ y mi hermano Pacholi con ‘Los martinicos’ de Fletilla”.

"Ya había muchos aficionados que se decantaban por otros autores jóvenes y nos daban la bronca, pero es que ‘Los forjaores’ era imbatible, la verdad"

Y la vuelta al Falla, en 1968, fue con ‘Los senadores romanos’, otro primer premio para un autor entonces sin rival. Cansado de salir cantando, Paco Alba anunciaba al grupo tras ‘Los hombres del mar’ que dejaba su condición de componente. El hijo de Antonio Galán, también Antonio y Galán, presente en la entrevista, apunta que Alba “dijo que mi padre iba a dirigir al grupo, lo que provocó una controversia en los más veteranos. Antonio Galán confiaba mucho en mi padre e incluso en algunos libretos de ‘Los senadores romanos’ aparece como director”.

En ‘Los senadores romanos’ (1968) entre Chatín y Paco Alba.
En ‘Los senadores romanos’ (1968) entre Chatín y Paco Alba. / D.C.

Después de ganar de nuevo con ‘Los fabulistas’ en 1969, el grupo no participó en las fiestas de 1970. Pronto iba a llegar la despedida de Galán. “Ya había muchos aficionados que preferían a nuevos autores y nos daban la bronca, pero es que ‘Los forjaores’ era imbatible, la verdad”, asegura.

Cuenta Galán la causa de su adiós. “Mi hija Carmen nació ese año de 1971 con problemas y mi mujer y yo estábamos muy preocupados. Mi hija no ganaba peso. No me gustaba dejarlas solas en casa. Teníamos una actuación en las Puertas de Tierra, en verano, y le dije a Paco Alba que mi niña estaba malita y que no podía quitarme mucho tiempo de mi casa. Paco me prometió que acabaríamos pronto, que cantábamos los primeros, pero ya se sabe cómo son estas cosas. Al final cantó un grupo, cantó otro… y por eso dije que ya no iba más”.

Paco Alba faltó a la cita en 1972, pero regresó en 1973 con ‘Estampas goyescas’, que fue segundo premio, por detrás de ‘Capricho andaluz’. “El grupo no era el mismo, faltábamos Brihuega, Monzón y yo. No sé si con nosotros hubiésemos ganado”.

El Brujo y su comparsa ‘Estampas goyescas’ vivieron el desconsiderado y doloroso abucheo en la final. “Yo estaba con ellos, en bambalinas. Yo veía cómo en la parte de Chatín, en la derecha, se veía a la gente decir ‘fuera, fuera’. Cago en diez, si nada más que el autor y el grupo merecían un respeto. Se lo habían ganado, pero no los dejaban cantar”, lamenta.

"Cuando 'Estampas goyescas' yo veía cómo en la parte de Chatín, en la derecha, la gente decía ‘fuera, fuera’. Cago en diez, si nada más que el autor y el grupo merecían un respeto"

Al salir del Falla, Galán dice que llevó a Paco Alba, que estaba “hundido”, a su mujer, María, y a su hijo Paquito en su coche, un 600, a su casa de la calle San Salvador. “Tuve que esperar que a Paco le hicieran unas preguntas para el Diario metido en una casapuerta”, dice en relación a la famosa entrevista que nada más salir del Falla le hizo Paco Perea, recordado periodista de esta casa.

Dos años antes había acabado la trayectoria de Galán, aunque le quedaban por delante varias décadas como integrante de la Antología de Paco Alba. Pero hubo un intento de volver al Falla en 1983. “Antonio Martín quería que me hiciera cargo de la dirección de ‘Agua clara’. Mi familia me animó para poder salir ahí con mi sobrino, Paquito Galán. Fui al ensayo y ya estaban metidos varios pasodobles. Me dijo que los ensayara yo. Eso para mí era mucha responsabilidad. ¿Cómo iba yo a corregir a comparsistas tan buenos? Me lo pensé mejor y lo dejé. Me perdí una gran comparsa. Me quedé con la espinita de cantar con mi sobrino, que eso le hubiera gustado mucho a mi madre”, remata.

Un obrero de Astilleros nacido en la calle Cruz

Antonio Galán Miranda, también conocido como ‘El Boti’ y ‘El pelón’, nació el 13 de febrero de 1943 en el número 5 de la calle Cruz. Inició sus estudios en el colegio San Rafael y posteriormente se matriculó en la escuela Virgen del Carmen de Puerto Real para aprender un oficio. Hizo el curso de mandrinador para luego entrar a trabajar en los Astilleros, a finales de los años 50. En la factoría fue tornero, luego jefe de equipo y se jubiló con la reconversión naval como encargado de taller. Está casado con Carmen Delgado Cubiella. Tienen dos hijos, Antonio y Carmen. Y dos nietos, Claudia y Antonio, que han seguido los pasos de Antonio Galán en el Carnaval.

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