Chirigota

Vaya par de gemelos

El tipo. Vendedores de latas en la playa. las coplas. Poca vergüenza al cante. Humor sin filtro. La playa de La Caleta se traslada al Falla, con su gente en bañador y bebiendo en el escenario. Un auténtico día de playa. Vendedores que llegan colocados de canutos -lo dicen ellos- a las 12 para vender latas cuadrás y Fanta Najara -como diría Paquito el del Mentidero- , pero Cruzcampo no porque ya se las han bebido. Grandes gemelos de andar todo el día, por lo que los tienen más tensos que el frenillo de Nacho Vidal -el bastinazo más flojito de lo que vino después-. Con una presentación que empieza sosilla, se vienen muy arriba en el popurrí, con un cúmulo de bastinazos -pero de los de llorar de la risa-, como cuando mean por dos lados al despertarse o el boquete que hace uno en la arena tumbado, que sirve para clavar la sombrilla. Incluso, su poquito de maldad con Antonio Martín, que nunca ha pisado La Caleta. Épico por momentos y lo más resultón del repertorio. En el primer pasodoble, comparan su trabajo como lateros con el Falla, mientras que en el segundo cuentan la conversación con un amigo que no quiere echar currículums, pero que va después a la asistenta social a quejarse de que el alcalde no le da un trabajo. Flojean los cuplés, con algún bastinazo más en su desarrollo, a una pelea con un payaso asesino, que era al final el del McDonalds, y al mayor mannequin challenge, que lo hacen con los funcionarios del Ayuntamiento. Chirigotas como ésta no pueden faltar en el Concurso. Uno de los mejores ratitos de la preliminar. 

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Puntuaciónes COAC 4 / Miguel Guillén

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