Cádiz es el paraíso, sobre todo cuando se celebra la Gran Final del Falla. El cuarteto de Iván Romero no arriesga en su último pase al hacer un remix de sus dos actuaciones anteriores en la parodia y el tema libre, lo que le resta en términos de competición. Usan como base la parodia de preliminares, en la que Eva muerde la manzana, por lo que Satanás la manda a Cádiz junto a Adán. Con un humor menos sofisticado, pero que va entrando con el alto ritmo que le imprimen y la vis cómica de sus componentes, los golpes mezclados de ambos pases siguen surtiendo efecto. Avanzan en su inicio entre coñas con el físico de Eva –de las que se defiende con ánge al decir “gorditas, a la calle” en el tema libre– y del tamaño que le cuelga a Adán y, sobre todo, a uno de sus hijos, por lo que se tapa con una hoja de palmera. En Cádiz, la parodia gira en torno a unos juguetes sexuales que pide Eva, con una forma que dicen que es lo que se van a llevar con el cuarteto. Regulera la tanda de cuplés. El primero se cae por explícito al hablar sobre el bronceado anal, lugar en donde clavarán la sombrilla. Algo mejor el segundo al miedo que le tenían al coco, pero ahora apagan la luz porque le tienen miedo a la factura. Rescatan el tema libre de semifinales sobre el Carnaval y el repaso de la actualidad.

Semifinales

Las coplas. Eva y Satanás tienen un lío. Adán lo sospecha, por lo que no para de preguntar. Con este guion, el cuarteto de Iván Romero deja una parodia en la que destaca más la vis cómica que los golpes, que se van intercalando más allá de la historia. Una premisa que se repite a lo largo de un repertorio que, sin despuntar excesivamente, va de menos a más hasta encontrarse mucho más cómodo cuando se desliga completamente del tipo. Todo esto dentro de un pase con más efecto que fondo. Entre un Adán que tiene “cuerpo de boy y cara de vete”, una Eva que tiene un niño negro a causa de la tinta de un choco y un Satanás que le echa la culpa de los cuernos a Kichi porque él tiene la culpa de todo, la parodia discurre con vaivenes que desembocan en una petición de matrimonio por parte de Adán a Eva. Poca chicha en los cuplés, que solo sirven de excusa para llamar “hijo de puta” a Franco y mostrar un nuevo mosqueo entre Adán y Eva a causa de que no sale por el Satisfyer. El tema libre, con algo de más de brillo en el texto, se lo dedican en su parte inicial a la actualidad carnavalesca. Aquí, con más efecto que estructura, los golpes van cayendo con más naturalidad, como cuando dicen que a Martínez Ares le gusta Eva porque le ha guiñado un ojo o que no va a poder aparcar en doble fila. Incluso, reconoce Iván que este año elConcurso es tan raro que el Gago va a ganar el primer premio. Al final, vuelven a retorcer y a alejarse más de la idea para despedirse con una rumba de resumen del año.

Veredicto de Jurado Diario 

Buena.

Preliminares 

El tipo. Adán, Eva y la serpiente. Las coplas. La manzana es el fruto del pecado original. El cuarteto de Iván Romero cambia de componentes, pero no cambia muchas de las bases de su forma de entender la modalidad. Con un ritmo frenético, tanto que no deja pensar, presenta una forma contrapuesta de desarrollar su idea, en la que Adán y Eva, tras morder la manzana, acaban en Cádiz. Su gran baza es ir soltando los golpes sin dar un respiro, lo que hace mantener la tensión del público. A esto se une el arte que derrochan sus componentes, especialmente Leo Power en su estreno, lo que les da un gran resultado al encajarlo todo el público con demasiada facilidad. Aunque con algunos puntos lúcidos, en su actuación basan gran parte de su humor en el físico de Eva, lo que empieza a restar por facilón. Un camino que se ve desde el comienzo de la parodia, en la que Eva no se come la manzana, pero se tira de coco por los sandwiches de pollo. Insisten al decir que el cuerpo de Adán es del crossfit y el de Eva del Burger King o que Eva no está hecha de una costilla de Adán, sino de unas costillas en salsa. Al final, ya en Cádiz, todo gira en torno a los usos de un aparato erótico que se compra Eva. Previsibles los dos cuplés, en los que cogen 14 kilos en el confinamiento y se destrozan la nariz de hacerse tantas PCR. El fin de fiesta por bulerías les sirve para cerrar el círculo por el camino más sencillo para llegar al público.

El veredicto de Diario del Carnaval

Buena.

La previa

El cuarteto 'Al Edén que le den'.

Una de las noticias positivas del Concurso del Gran Teatro Falla de 2022 es que habrá competencia en la modalidad de cuartetos. Aunque suele ser la que suele tener más problemas para llegar al certamen de coplas, al final estará al nivel del resto en cuanto al número de participantes. A pocos días del cierre del plazo de inscripción, Iván Romero anunció que iba a volver a estar presente en el COAC, por lo que defenderá el primer premio conseguido en 2020 con 'El cuarteto del More...'. 

Sin embargo, este cuarteto será muy diferente al último que presentó. Esto se debe a que los hermanos Borja y Yeray Romero, y Pedro Tamayo se pasan a la modalidad de chirigotas con 'Los de Cádiz sur'. Ante esto, Ivan ha sabido rodearse para tener un grupo de nivel. 

La principal novedad será el estreno de la cantaora Leo Power en el mundo del Carnaval, en lo que será su principal aliciente junto al propio repertorio por todo lo que puede aportarle. También estará con ella Miguel Fernández, un habitual como chirigotero. De hecho, su última participación fue en 2019 con 'Los cabroníssimos'. 

Con un largo historial ya en la modalidad de cuartetos, Iván Romero ha obtenido el primer premio en tres ocasiones como autor con 'Los que están al pie del cañón', 'Los Pepegim' y 'El cuarteto del More...'. Además, en este 2022 también participará con la comparsa '¿Me meto o no me meto?'.