Genios de la música que se cuelan de soslayo en las semifinales. La comparsa de los hermanos Pastrana nota lo difícil que es la competición a estas alturas con unas letras de estreno a las que se les ven las costuras al utilizar todas ellas recursos algo forzados para intentar llamar la atención del gran público. Un concurserismo exacerbado en algunos casos que hacen que las coplas se vayan cayendo. Con una idea y una música que están mejor concebidas, ya llama la atención el metacarnaval y el enfoque de la primera letra, en la que narran los preparativos de un niño en el día que le toca actuar en el Falla. Un debutante en su día más bonito que termina llorando de alegría y que sirve de envoltorio para lanzar el mensaje final de crítica al “veneno” de los mayores en el Carnaval, por lo que califican de “vergüenza” que los niños den lecciones a los adultos. Una sentencia que se repite mucho en las coplas, pero que al final nadie se aplica para sí mismo. Tampoco convence el planteamiento y el desarrollo de la segunda copla a todas las críticas que nos hacemos los andaluces entre nosotros mismos para tirar por tierra al resto de provincias. Con un estilo que se pasa de frenada en muchos momentos, al final adquiere la letra un tinte populista al justificar que los políticos andaluces no nos pueden defender en el Congreso cuando “aquí todos los días nos matamos”. Esta pasada de frenada también está muy presente en los cuplés, con remates bestias en distinta forma para intentar tirar del pase. En el primero, quizás un poco mejor, se quejan de toda la seguridad y los problemas para llegar al Falla, por lo que no entienden que se metan coca en los camerinos. Bastinazo olvidable en el segundo a lo realista que es su televisor, por lo que al ver una peli porno “huelen a coño –fina ironía– las palomitas”.

Hasta aquí

Cuartos de final

El tipo. Músicos gaditanos. Las coplas. Clásicos de la música que buscan el 3x4 más puro. La comparsa de los Pastrana ofrece una actuación irregular por las letras de estreno en su segundo pase, en el que sigue destacando el cambio de registro en la música y un grupo que suena bastante bien. En los pasodobles, pincha el dramatismo de la primera letra al dedicársela a la violencia machista. Lo hacen a partir de la historia de la madre de un maltratador que se dirige a la víctima de su hijo. Se muestra arrepentida y se maldice de por vida por su muerte, por lo que carga con su cruz y reniega de su hijo al decir que a “ese hijo de puta yo lo he parido” –sin anestesia–. Mucho mejor la segunda copla al homenaje que se le pretende realizar a Pedro Romero. Convence el enfoque de este pasodoble al hacerse desde la autocrítica por reconocer que “ninguno de nosotros hicimos nada” por él. Por ello, se quejan de “los golpes de pecho de quien quiere sacar provecho”, por lo que lo rematan aceptando que “cuando más falta le hacía lo abandonamos”. Tiran de efectismo y metacarnaval en los cuplés, que es el camino más sencillo en el actual Concurso. En el primero, le dicen a su mujer que tiene “la oveja negra” entre sus piernas por no depilarse. Cameo innecesario en el segundo de la componente de ‘Sácamela de la boca’, a la que dan unas gafas de aumento por el tamaño de su pareja.

Aceptable.

Preselección

Música clásica que nace tarareando. De una manera simple, aparecen el compás y el pellizco. La comparsa de los hermanos Pastrana da un salto importante de calidad con un repertorio agradable y que entra con facilidad desde el inicio, por lo que se desarrolla con mayor solvencia. Una inspiración que ya se ve en la presentación y que toma mayor fuerza en los pasodobles, con una música sin estridencias, bien interpretada y que sabe conjugar la dulzura con la fuerza en su justa medida. La melodía permite que la primera letra, al sonido “Cai, Cai” de la composición, entre mucho mejor al poder quitarse con él la espinita que tenían. Queda bien hilvanada y resuelta la segunda letra en recuerdo a Pepe Silva y la Peña Nuestra Andalucía como resistencia de la “pureza de la ciudad” frente a una especulación inmobiliaria que ha convertido a Cádiz en “juguete de pijos invasores”. Tiran de borderíos en los cuplés con elementos hortofrutícolas, dando una de cal y una de arena. Pinchan con el “nabo” de un inmigrante que al empalmarse lo usan como tendedero. Entra mejor el segundo al “nabo” que se llevó Ismael Beiro en las elecciones. La música da lugar a la poesía en un popurrí que mantiene el tipo y que acierta más cuando trata el desprecio a los carnavaleros que lo pasaron mal en su vida.

Aceptable

La previa

Los hermanos Pastrana Lorenzo, Rafael María y Marcos, cumplen su tercer año juntos en la modalidad de comparsas (al que hay que sumar uno más como coautores del coro 'Los garabatos') en este Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas del Gran Teatro Falla con 'Vuelve ya el 3x4', un nombre muy sugerente en el año en el que se cumple el 30 aniversario de la chirigota 'Las viudas de los bisabuelos del viejos del 55', pelotazo de Paco Cárdenas, Ramón Peñalver y Manuel Sánchez Alba el Noly.

Con un nombre que no guarda muchos secretos (o eso, al menos, parece), se prevé una comparsa con un regusto clásico y tintes chirigoteros. 

Este grupo se formó para el COAC de 2022, el de la primavera y postpandémico, consiguiendo el pase a las semifinales con 'La mafia de la Viña'. Este hito no lo pudo repetir en la pasada edición con 'Los emigrantes', que se quedó en preliminares. 

En este 2024, Rafael María Pastrana Lorenzo, hijo de Fali Pastrana, cumple 25 años en la fiesta, en los que ha alternado la autoría de coros y comparsas con agrupaciones en las que solo ha participado como componente. 

Su inicio como autor fue en el año 2000 con el coro 'Se armó el tangai', que fue semifinalista, y la comparsa 'El imperio'. A partir de ahí comenzó a colaborar con el coro de su padre en varias ocasiones. 

Como autor en solitario, su etapa más prolífica fue con su grupo femenino, cuya trayectoria arrancó en 2011 con 'La prometida', entrando en cuartos de final. También consiguió superar el primer pase con 'Las que viven como reinas', 'La ola', 'Óyeme', 'Cádiz' y 'La niña del viento'.