Carnaval de Cádiz 2024

Comparsa 'La resbalaera, una comparsa de toda la vida'

Nadie es profeta en su tierra. Tras un polémico pase de cuartos de final, la comparsa de Zampi y Nene Cheza vuelve a intentar meter el dedo en la llaga con las letras de estreno. Sin embargo, estas dejan sensaciones encontradas tanto por su enfoque como por su elección en unas semifinales. De primeras, es muy dudoso el planteamiento utilizado en el primer pasodoble, en el que acaban echando la culpa a los propios trabajadores de los Astilleros de la situación que sufren al denunciar que ha habido empleados que se han quedado dormidos en sus turnos, que llegan al trabajo “apestando a vino” o que no trabajan por las noches por tirar sus herramientas al mar. Una generalización muy peligrosa al decir que “hundieron nuestra industria”, por lo que –aunque aseguran que es “la verdad– al final se acaba señalando al trabajador en vez de a los gestores de esta empresa pública. Un poco ramplona la segunda copla al empezar con un piropo a Cádiz para al final virarlo bruscamente y dirigirse a los que les critican al decir que con este tipo de letras no se puede competir en el Falla. Se justifican diciendo que “me duele mi ciudad más que un premio y la final”, por lo que se sienten orgullosos cuando alguien de fuera les dice que aprendió “a querer a Cádiz escuchando Carnaval”. Altibajos en los cuplés. Patinan en el primero sobre las quejas de los falangistas por estar separados Franco y Primo de Rivera, por lo que piden meterlos en la misma tumba haciendo el 69. Mejoran en el segundo al ir a un local a hacer una orgía, pero conocen a tanta gente que acaban haciendo una barbacoa.

Hasta aquí Hasta aquí

Hasta aquí

Actuación de cuartos

El tipo. Profetas caleteros. Las coplas. En el altar más bendito de Cádiz, los profetas resucitan con el vaivén de los mares. La comparsa de Zampi y Nene Cheza deja sensaciones encontradas en su segundo pase por el Concurso. En el momento en el que se juega sus opciones para subirse, al menos, una vez más sobre las tablas del Falla, las letras se caen por diferentes motivos en esta actuación, por lo que no termina de engancharse a la competición. Las dudas aparecen, sobre todo, por un primer pasodoble que plantea una historia desconocida. Teniendo de fondo uno de los debates al que se enfrenta el feminismo, desconcierta el ataque personal al contar la historia de una amiga transexual, que es “un regalo del cielo” para su familia y “un veneno” para la Iglesia. Sin embargo, la letra se torna hacia el Carnaval al decir que quiso cumplir su sueño de cantar en una comparsa femenina, pero que “una gran poeta tan diva como mezquina no le quiso abrir sus puertas”. Un ajuste de cuentas que tiene una dirección de consumo interno. Solo es correcta la historia de la segunda letra, en la que una mujer cuenta que empezó a vivir tras la muerte de su marido, relatando de esta forma su día a día. Corrientitos los dos cuplés. Reaparece un nuevo chiste por la altura de Nene Cheza en el primero, en el que se dedica a volcar ruedas de patinetes al hacer crossfit. Previsible el segundo a que los vegetales alcanzan “cotas descomunales” si se les habla, por lo que los nabos se ponen tiesos.

Aceptable Aceptable

Aceptable

Preliminares

Comparsa 'La resbalaera, una comparsa de toda la vida'

El tipo. Profetas caleteros. Las coplas. Con un altar de piedra ostionera, el profeta predica a orillas de La Caleta. Con una idea excesivamente abstracta para plasmarla, Nene Cheza y Zampi traen una comparsa en el que reluce más el gaditanismo impregnado en las coplas, algo que siempre entra bien cuando se hace con gusto y un conjunto con mucho empaque, que el fondo. Entre el altar bendito, el vaivén de los mares, las referencias al tipo y el tipismo, la presentación sabe poner en situación frente a lo que se contempla en escena. Destaca de todo el pase una música del pasodoble que, siguiendo las bases de los últimos años, tira de esencia pero con un ritmo mucho más picaíto que le da mucho sabor clásico. En una fase preliminar en la que los puntos no cuentan, tiran del Carnaval en las dos letras. En la primera, cumplen con los cánones al ofrecer la de presentación, en la que muestran una melodía que es “el pasodoble más puro” y con sonido a Cádiz. Una comparsa con sus dos hijos y sus amigos por la que Nene se tira “haciendo el Cristo de lo alto delCanal”. Dura y acertada crítica en la segunda a la Asociación de Comparsistas, de la que aseguran que “no me representa” entre “mentiras y vanidad”. Aceptables los dos cuplés, en los que pondrían el peaje tras discutir con un sevillano en la playa y pueden montar una farmacia por la cantidad de medicinas que les regalan. La fantasía de la idea hace que, más allá de las referencias, esta se acabe difuminando con el avance del popurrí.

Buena. Buena.

Buena.

La previa

La transformación de la comparsa de Nene Cheza y José Luis Zampaña Zampi prosigue su paso desde que en el año 2022 se creara la marca "una comparsa de toda la vida", con la que viene a definir un estilo más clásico, alegre y sin estridencias que entra mucho mejor al oído. Fruto de ello han sido 'Los veleros' y 'Los colaores', las dos agrupaciones con las que ambos retomaron su trayectoria en adultos con nuevas fuerzas tras un paréntesis positivo en la cantera. 

Y con estas alforjas llegan al Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas del Gran Teatro Falla de 2024 con 'La resbalaera, una comparsa de toda la vida'. Un nombre que desprende gaditanismo y que permite prever que se van a mantener las bases de los dos últimos años. 

De momento, y eso es noticia en un mundo del Carnaval tan cambiante (cada vez más), el grupo se mantiene inalterable, lo que permite que este proyecto se pueda ir asentando con el paso de los años. 

Con todo, esta será la sexta comparsa en común desde que los dos autores se unieran en 2017 con 'Los depredadores', semifinalista en aquella edición, a las que unirían 'El rincón del duende' y 'El cerrojero' antes de tomarse un descanso en 2020. 

Por separado, Nene Cheza tiene una trayectoria mucho más larga y prolífica. Primero, como componente de la comparsa de Joaquín Quiñones, con quien comenzó a colaborar oficialmente con músicas para las presentaciones y los popurrís a partir de 'La cárcel vieja' (2004). Asimismo, empieza a andar en solitario en 2005 con 'La gloriosa' hasta que en 2008 ya monta su propia comparsa con Miguel Ángel García Argüez el Chapa para hacer 'El último escuadrón'. Aquí se inicia una serie de comparsas que se finiquita en 2015 con 'Los borregos', siendo la más destacada de todas ellas 'Los gallitos'.

Por su parte, José Luis Zampaña Zampi abre su camino en la fiesta en el año 1999 con la comparsa infantil portuense 'El príncipe de las notas'. En 2001, se estrena en adultos con la comparsa 'La mentira', a la que seguirán otras como 'San Juan de Dios', 'Los ratones coloraos', 'Los lunátikos', 'Los divinos', 'Pepa', 'Femen' o 'Vente con los malos', entre otras. 

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