Un Carnaval para volverse loco. El camino de los Quijotes de Tino Tovar sigue con su leve senda ascendente con las letras, dentro de una propuesta que bebe del metacarnaval, por lo que no se aleja del camino conocido. Se muestran más reivindicativos en los pasodobles. Cala más el mensaje que el recorrido de la primera letra en defensa de la sanidad pública a partir de la experiencia de Laura, una sanitaria que sufre las largas guardias, los recortes y el miedo por las agresiones. Por ello, piden que “no cargues el odio en ella” si no hay camas o no te atienden en Urgencias, dirigiendo el tiro hacia el Gobierno andaluz por poner la salud “en venta”. Brilla mucho más la crítica a la situación de Cádiz contada a partir de su habla y sus palabras, siendo un “lamento de un pueblo que España lo ha desangrado”. El camino no fructifica en dos cuplés concurseros al decirle “carajote” a Abascal y contar que han visto de todo en el Concurso menos a gaditanos.

Con opciones

Actuación de cuartos

El tipo. Quijotes carnavaleros. Las coplas. Una senda gaditana. Quijotes que pierden la cabeza al escuchar las coplas del Carnaval. La comparsa de Tino Tovar mantiene el trazado recorrido en su primer pase con un repertorio que se queda a medias en sus estilos. Una fusión que toma un cuerpo metacarnavalero, del que ya ha echado mano en otras ocasiones, por lo que no sorprende. Mejor en ejecución, más conjuntada y con menos fisuras, las letras marchan por dos vías muy diferentes, teniendo resultados contrapuestos. En el primero, prevalece más la intención que las formas al plantear una crítica a la “ley del solo sí es sí” por “quitarle la condena a un canalla”. Sin embargo, tiene cierta falta de coherencia la historia que narran en nombre de María, a la que su amiga la llama para que vaya a su casa “porque este hoy me mata”, pero después dicen que esta persona que la acecha es un violador, por lo que la mezcla de conceptos y leyes desinflan la idea más allá de intentar meter el dedo en llaga por la reducción de las penas. Mucho mejor estructurada y más entrañable la segunda copla a todas las frases de madres que todos hemos escuchado alguna vez en la vida, sirviéndole a Tino Tovar para acordarse de la suya, ya fallecida, por lo que reconoce que “es una suerte poder disfrutar de ella”. No encuentran la senda del humor en los cuplés, en los que Kiko Rivera ha sido de todo en la vida menos escayolista y Froilán acabará haciendo bueno al rey emérito Juan Carlos I. Se hace camino al andar en el Falla.

Buena

Actuación en preliminares

El tipo. Quijotes carnavaleros. Las coplas. Caballero de la alegre locura. Andanzas de un Quijote que en el Falla no ve molinos, sino gigantes. Tino Tovar regresa a la senda que más le resulta. Una nueva vuelta a la temática metacarnavalera, pero con un personaje diferente: un caballero andante que busca su senda caminito del Falla. Con una premisa que entra mucho mejor en la presentación al exigir menos desarrollo y ser más directa en cuanto a concepción, miran hacia atrás para intentar desandar parte de lo andado. Un camino que se queda a medias en el pasodoble, que se sitúa entre sus inicios y el giro en el estilo que lleva vigente desde hace dos décadas. Una vuelta que se agradece al mostrar maneras más sencillas, pero con algo de fusión que no termina de quedar redonda. Esta nueva concepción del pasodoble toma forma de manera notable en la explicación de la primera letra, en la que se ve haciendo su primera copla tras 30 Carnavales y reconoce que el camino mereció la pena, por lo que vuelve a sus andanzas. Queda un poco fuera de lugar la crítica Joaquín Quiñones en la segunda copla. Se preguntan “por que tiene tanto veneno” y no quieren pensar que sea por “la envidia de ver que pasó tu tiempo”. Doble autorreferencia en los cuplés a ‘La brigada’, ambos al nivel de la modalidad. En el primero, le dicen a Kichi que ellos recibieron más críticas. En el segundo, dejan arder un sofá porque no quieren ver a un bombero. El metacarnaval del popurrí hace que esta pieza no despegue por redundante.

Buena.

La previa

La comparsa de Tino Tovar vuelve a cambiar de rumbo de cara al Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas del Gran Teatro Falla de 2023. Tras conformar un grupo de estrellas con componentes como Ángel Subiela, Carli Brihuega, Ramoni, Toni el Piojo o Milián Oneto, entre otros para sacar 'La brigada', Tovar no contará con todas estas figuras carnavaleras para 'Caminito del Falla', su proyecto para la próxima edición.

Dentro de este viraje, en el que sí mantiene a algunos de los componentes de su última agrupación, suma como cabezas visibles a Julián Delgado y Paco el Pellejo. La dirección vuelve a recaer en José Otero, su fiel escudero en su actual etapa carnavalera

De esta forma, y dentro del mar de dudas en el que está inmerso Tovar en su participación o no en el COAC, con estos cambios pretende revertir el resultado final de 'La brigada', que quedó en novena posición a pesar de las altas expectativas generadas por el grupo. Lo hará retomando la idea de 'Caminito del Falla', que fue anunciada en principio para 2022 nada más sonar las campanadas de fin de año, pero que finalmente quedó aparcado por la premura de tiempo ante la tardía decisión de concursar.  

Con estos mimbres, y ya repuesto del fiasco de la pasada primavera, el objetivo es volver a la senda de '¡Oh capitán, my capitán!', que consiguió el primer premio en 2020, un entorchado que también ha alcanzado con 'Los del año catapum', 'El espíritu de Cádiz', 'Juana la Loca' y 'La canción de Cádiz'.