Carnaval de Cádiz

Y Sabina hizo un pregón inimitable

  • De pirata, sin parche en el ojo y sin cara de malo, el cantautor se ha presentado en San Antonio con una tripulación de talentos locales, nacionales e internacionales

  • Dos horas de proclama donde no han faltado el piropo a Cádiz, ni al Carnaval, ni canciones, ni artistas invitados

Joaquín Sabina durante el pregón del Carnaval de Cádiz 2019 en el escenario de San Antonio.

Joaquín Sabina durante el pregón del Carnaval de Cádiz 2019 en el escenario de San Antonio. / Julio González

De pirata ("¿de pirata?"), sin parche en el ojo y sin cara de malo, arruinando las quinielas de agoreros y sabiondos que profetizaban una espantá, el pregonero del Carnaval 2019, Joaquín Sabina, se ha presentado en la plaza de San Antonio para abrir de manera oficial la fiesta en la calle. Él, Joaquín Sabina, único e inimitable, aunque le salieran un par de dobles en su propia proclama...

De pirata (“¿de pirata?”), con su voz “de lija y café” retumbando en la calle Melancolía, el cantautor ubetense se ha plantado ante Cádiz la noche del sábado con las más certeras armas para rendir a esta ciudad: el piropo en verso, la pleitesía al Carnaval y una tripulación de altura que ha convertido el pregón en una auténtica fiesta del talento local, nacional e internacional.

El cantaor David Palomar (uno de los Sabinas impostores), el guitarrista Riki Rivera, el humorista Manu Sánchez (otro de los posibles sustitutos del flaco de Jaén), los músicos y cantautores Leiva, Pancho Varona, Antonio Romera Chipi, Rozalén, Vanesa Martín, Pasión Vega, el dueño del Cambalache, Hassan Asad los carnavaleros Koki Sánchez, la comparsa de Jesús Bienvenido, la chirigota de José Antonio Vera Luque, el showmancero, la callejera de Los Huesitos o los mismísimos Jorge Drexler (además pregonero en 2013) y el repentista cubano Alexis Díaz-Pimienta han apoyado, reforzado y deslumbrado en las dos horas de duración de una proclama a la que también se sumaron los escritores Almudena Grandes, Luis García Montero y Benjamín Prado, además del Gran Wyoming y la comparsa de Martínez Ares en sendas proyecciones con las que daría comienzo la cita apenas pasada la hora fija para arrancar.

Para cada uno de ellos ha tenido Sabina una presentación recitada o un gesto cómplice con el que agradecer la participación en un evento que ha tenido como hilo conductor las palabras (contagiadas de esa belleza callejera de sus canciones) del músico, poeta y pintor dirigidas a esta ciudad, “un espejo” donde se ve “más guapo y menos feo”, con la que le pone “los cuernos a Madrid”, ha confesado.

“Cádiz es mi pasión y mi destino,/ la estación terminal de mi camino./ Cádiz es mi rescate y mi hasta luego,/ mi patria, mi rincón, mi olor, mi fuego./ Cádiz es mi presente y mi futuro,/ mi afán, mi corazón tan inseguro./Cádiz es el lugar donde reposo,/ mi sueño del verano más hermoso./ Cádiz es un domingo por la tarde,/ sin lunes bajo un sol que guiña y arde. (...) Cádiz es chirigota y carnaval,/ una mágica nota de cristal./ Cádiz es guasa, burla, coña, duende,/ Cádiz que ni se compra ni se vende (....) Es un métetelo por donde quepa,/es la Constitución: Viva la Pepa!”, recitaba su voz cavernosa, rocosa, contestada por manos de Cádiz, de Úbeda, de Jerez, de Sevilla, de Pontevedra, que batían palmas por cada lance del músico que nació “ en el olivar de Andalucía”, que ha vivido “en Madrid, Londres, Granada” pero que se enamoró “del Carnaval” y se vino “a cantarle a la Bahía”.

Y es durante su proclama, este “cantante casposo, nocherniego y trashumante obsesionado con Cádiz” ha dejado lugar para hablar de los tesoros que aquí encontró hace veinte años, ha hecho sitio para recordar a los que ya no están (“Cádiz del Beni y Paco de Lucía,/ Cádiz, el cachondeo por bulerías”), ha dado lugar a los carnavaleros y artistas (“Cádiz, Falla, Ruibal, Pemán, Quiñones,/Cádiz es la verdad con dos cojones” o “Villegas, Martínez Ares, el Yuyu y tantos juglares/ que me salvan/ del talento que agoniza,/del Selu al Tío de la Tiza/y Paco Alba”) y se ha reído de sí mismo y de las especulaciones que rodeaban a su aparición, o no aparición, desde el mismo comienzo de su intervención con el vídeo del Gran Wyoming donde el showman aseguraba como médico que el pregonero se había puesto malo y no había podido acudir, por lo que tendría que ser sustituido por un Joaquín Pamplina que no era otro que David Palomar que junto a Riki Rivera hizo una versión de pellizco delicioso de Por el bulevar de los sueños rotos.

Porque, como era de esperar y desear, las canciones del pregonero han estado muy presentes la noche del sábado en San Antonio. Él mismo se encargó de interpretar La Magdalena (contestada por Chipi y Javier Galiana con el homenaje a La legionaria de La Canalla) y El pirata cojo, éste con la ayuda de Leiva, con quien también se repartió su Princesa en trío con Varona. Koki Sánchez, como Lola Flores, hizo una particular versión de 19 y 500 noches (lo que se tarda en encontrar las llaves de casa en un bolso). Vanesa Martín versiona sus Noches de Boda y Pasión Vega canta el Cómo te extraño. Carnavaleros de la calle y del concurso oficial se han lanzado casi en una improvisación (“esto lo decidí antes de ayer y no lo hemos ensayado”, asegura) a cantar con Sabina su Contigo en un emocionante momento del pregón. Rozalén le devolvió transformado el Pongamos que hablo de Madrid en un hermoso Pongamos que hablo de Joaquín. Jorge Drexler le dejó clara su amistad y admiración en Martínez...

Música y Carnaval. Los pasodobles de Bienvenido (Sentadito a la orilla del mar y Una ciudad es un trocito del papel de un mapa), la presentación de 'Los Hinchapelotas' del Vera, apuntes de ‘Los huesitos’ y del Showmancero...

Música y letras. La palabra. La palabra en el centro. El verso deslenguado, libre, improvisado, de Alexis Díaz-Pimienta. Guerra de décimas con el cubano y con el madrileño Benjamín Prado, otro hijo adoptivo de Rota y enamorado de esta tierra nuestra...

Ha querido y se ha dejado querer Sabina (desde las tres de la tarde había criaturas apostadas en la barrera que separaba la escena del público) por los gaditanos y foráneos que no han dudado en colapsar la plaza San Antonio y sus alrededores. Ha querido y se ha dejado querer por los amigos que han desfilado sobre las tablas y que le han dedicado canciones y miradas.

Porque Joaquín Sabina sí que apareció en San Antonio, sí que hizo el pregón... ¡Y qué pregón!

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