Diario del Carnaval

Adela del Moral: "Este antifaz de oro abre una puerta importante para todas las mujeres"

Adela del Moral, antifaz de oro, posa para Diario de Cádiz.

Adela del Moral, antifaz de oro, posa para Diario de Cádiz. / Jesús Marín

El primer tango de Adela del Moral sonó en el Falla con 'Mariscaores gaditanos'. Era 1981 y un grupo de amigos, hombre y mujeres, pisaba por primera vez el escenario para ser parte importante no sólo de la modalidad de coros sino de la historia de la fiesta. Casi 31 años después, la autora de la música del grupo, laureado y competitivo durante toda su trayectoria, ha sido la primera mujer en recibir el Antifaz de Oro.

"A mí me han dado un premio, pero yo creo que lo más importante es que se abre una puerta para todas la mujeres y una puerta importante", cuenta la galardonada unos días después de que se conociera la noticia y aún emocionada. "Nunca en mi vida me he visto tan reconocida y he recibido tantas alabanzas. Estoy muy contenta", señalaba sin dudas de que es un premio también para todas.

Y es que "se abre un espacio del Carnaval (la Asamblea Honoraria de los Antifaces de Oro) donde la mujer no ha tenido cabida durante muchísimos años y la va a tener, aportando su perspectiva". "Eso es importantísimo para las mujeres y para los hombres, que hay muchísimos que están de acuerdo. Y como dice el refrán: nunca es tarde si la dicha es buena, y las circunstancias también han hecho que eso no fuera posible hasta ahora", apunta Adela, refiriéndose a los requisitos que había que cumplir para recibir la máxima distinción del Carnaval y que tenía como principal criterio haber participado 25 años  en el Concurso de Agrupaciones.

Con el reglamento actualizado, la asamblea además propone su concesión atendiendo a razones justificadas relacionadas con la relevancia de la persona en el Carnaval y su aportación a la fiesta. Para Adela del Moral, "la asamblea ha tomado en cuenta por encima de la cantidad de sus obras la relevancia de su aportación al carnaval con la integración de las mujeres en tiempos en que no era usual su participación en el concurso", apuntaban en el comunicado donde se anunciaba su concesión junto a las de  Eduardo Bablé, Antonio Oliva Correro, José Antonio Pérez Vargas y, a título póstumo, José Antonio Valdivia Bosh y Luis Vega Antolín 'Purri'.

Esta maestra de Educación Musical nunca había pensado en salir en Carnaval, tenía una guitarra y escribía sus canciones -"que no se dónde estarán"- pero tras salir a cantar en la calle unos carnavales antes, vencer su timidez y atreverse con su primer tango, cambió todo. Como otras pioneras en otros ámbitos de la sociedad, los principios no fueron fáciles. "La gente nos miraba rara. Nosotros nos subimos al escenario y la gente empezaron a abuchearnos, es verdad que lo pasamos mal, la final de 'La viudita naviera' (primero premio en 1986) fue dura, y algunas teníamos ese peluseo de decir: qué nos vamos a encontrar en la calle", recuerda Adela.

Pero, pronto al coro mixto lo empezaron a mirar de otra manera. "Con el paso de esos años se consolidó y compitió con los demás coros", señala. "No dejaron de reconocer que estábamos ahí por méritos propios, así que lo único que pasó es que hay gente a la que no le gustaba y no le sigue gustando la voz de la mujer en el Carnaval", manifiesta. "El Carnaval es un reflejo de la sociedad como en otros aspectos de la vida, hay personas que se anclan, pero no yo no puedo decir que se nos despreciara. Al contrario, tras unos años la gente salía encantada con nosotros, nos buscaban en la plaza y hemos sentido el apoyo de la gente. Yo tenía un grupo que me apoyaba y con las mismas ideas. Si nos gustaba, ¿por qué no lo íbamos a hacer?", rememora con cariño.

Eso también le pide a la generación actual, "que se atrevan". "¿Cuántos hombres dicen: vamos a sacar chirigotas aunque no sea la mejor del mundo? Pues igual nosotras, tener esa mentalidad. Estoy segura que hay un montón de mujeres capaces, como ya se está viendo con directoras, afinando coros y componiendo en la cantera. Hace falta que sus nombres aparezcan, que sean autoras, y que den su visión", en una fiesta en la que, aún creciendo, la presencia de mujeres es todavía minoritaria.

La ya antifaz de oro desvela que tiene un tango medio hecho, que nunca se propuso terminar "por si le picaba el gusanillo". "Pero a un coro le tienes que dedicar mucho tiempo, mucha presión, y yo soy una persona inquieta que me gusta hacer de todo, hasta en danza africana estaba antes de la pandemia", bromea. A todos los tangos los recuerda con cariño, "soy muy sentimental", pero cuando se le pregunta por uno especial nombra al de 'Oh Cádiz', su penúltima participación, y la letra dedicada a los hijos de los componentes que salían ya ese año con la anterior generación del coro. Fueron 15 años de coro mixto, con dos primeros premios seguidos ('La viudita naviera' y 'Watussi'), diez finales y una pionera y gran referente femenina de la fiesta que ahora recibe su gran reconocimiento.

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