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El San Fernando cae ante el Alcorcón (0-2) y se mete en un lío gordo

Gabri Martínez intenta arrebatar el balón a Babin.

Gabri Martínez intenta arrebatar el balón a Babin. / San Fernando CD

Cabía esa posibilidad y se cumplió. El San Fernando CD quería, a toda costa, no jugarse la temporada en Linares, pero las últimas actuaciones del equipo de La Isla le condenan a jugarse la campaña, la permanencia, en el desplazamiento que hará a tierras jienenses el próximo sábado.

Es cierto que los isleños dependen de sí mismo, es cierto que cuentan con un punto más que los equipos que están ahora en descenso y es cierto que tendría que producirse una carambola espectacular de resultados para que un grupo importante de conjuntos lleguen a la misma puntuación. Habrá tiempo de sobra para los diagnósticos, pero el único que se puede hacer en este momento es que el equipo isleño no ha hecho los deberes con tiempo, no ha estado a la altura de las circunstancias en, al menos, los tres últimos partidos y eso pesa como una loza en el futuro inmediato de los de La Isla.

Ante el Alcorcón, frente al que perdió 0-2, fue más de lo mismo de lo que ofreció en casa ante el Rayo Majadahonda o en Fuenlabrada, con la diferencia de que el rival que tenía enfrente tenía una pegada tan importante que, en cualquier acción se veía que se llevaría el partido a su zurrón.

Lo visto indica que hay jugadores en el equipo azulino que están llegando al final de temporada con la gasolina al límite y no ofrecen, ni de lejos, lo que habían ofrecido hace apenas un mes en la competición. Ante el Alcorcón se puso corazón, fe, garra y ganas, pero con eso no basta para derrocar un equipo tan curtido, tan experimentado, tan contundente, como es el madrileño, que se encuentra a un pasito de volver a la Segunda A, bien por la vía rápida, terminando primero, que por la secundaria, jugando los play offs.

Con esto cabe señalar que el partido entre San Fernando y Alcorcón tuvo poca historia, casi ninguna. Lo mejor del encuentro, sin duda, fue la presencia de cinco mil aficionados en las gradas, lo que demuestra que la entidad sigue enganchando adeptos. Lo peor fue, sin duda alguna, la impotencia del San Fernando por conseguir la victoria, la falta de ocasiones, la ausencia de profundidad, sobre todo por banda donde hace muy pocos partidos el equipo creaba la mayoría de sus ocasiones.

El Alcorcón, por su parte, tuvo la paciencia necesaria para que la fruta se pusiese madura y, cuando le interesó, zarandeó el árbol para que cayese y para recogerla. Tal fue el partido en su primera mitad que apenas se produjeron ocasiones de gol. Hasta el 23’ no llegó el primer acercamiento, lógicamente foráneo, en un disparo de Álex López desde lejos que se fue fuera. En el 31’ fue Javi Lara desde 40 metros el que probó a Perales en el lanzamiento de una falta y en el 34 llegó la primera ocasión azulina en un taconazo de Biabiany a la salida de un saque de esquina. El francés tuvo otra tímida ocasión en el 43 en un remate de cabeza al saque de una falta lateral que atajó Jesús Ruiz. Ese fue el bagaje de la primera mitad.

En la segunda, los isleños salieron con bríos, con ganas de agitar el árbol madrileño, pero la fruta parecía más madura en el isleño que en el del Alcorcón. Aún así, en el 56, Gabri Martínez tuvo, en un disparo desde la frontal del área, la ocasión más clara para los azulinos, pero Jesús Ruiz respondió a semejante disparo con una descarada parada.

Babín avisó en el 62’ de que en los saques de esquina imponía su criterio. En la primera Perales sacó su remate, pero en la segunda ocasión su violento testarazo en el 69 dictó sentencia. Por

aquellos entonces, el Alcorcón ya era dueño y señor del partido, ya terminaba de zarandear su presa y ya atacaba con una asiduidad que asustaba a la grada. Álvaro Bustos, en el 63’ y Dalmau en el 68’ ya contaron con sus ocasiones para marcar antes de que lo hiciese el corpulento y veterano central.

A partir de ahí tocaba remar y lo cierto es que fuerzas, lo que se llama fuerzas, no había mucha. El equipo azulino no reaccionaba con seguridad a lo que fue un jarro de agua fría en el tanto madrileño y las ideas no andaban muy claras, aunque en liza se puso el corazón. A raíz de eso, en una falta lateral, en el tiempo de descuento, que se antojaba la última oportunidad de igualar la contienda, llegó una contra del Alcorcón, el penalti de Perales y la sentencia de un choque que ya hacía muchos minutos que tenía poca historia.

La derrota deja a los isleños en un lío, un lío gordo y tendrá que jugarse la temporada en un campo complicado, ante un equipo que se juega sus opciones de jugar los play offs y ya no se mirará de reojo a los rivales implicados, sino de frente y a pensar que todos los que están por debajo antes de llegar al descenso, no pueden, ni deben ganar. Pero lo principal es que dependes de ti mismo y por ello habrá que ir a Linares y darlo absolutamente todo.

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