El Colegio San Felipe Neri completó una excelente participación en la edición número 42 de la Olimpiada Marianista, celebrada en Zaragoza entre el 27 y el 30 de diciembre bajo la organización del Colegio Santa María del Pilar, ubicado en la capital aragonesa.

San Felipe Neri metió en el equipaje de vuelta nada menos que 27 medallas (diez por equipos y 17 individuales), una elevada producción que reflejó el excelente nivel deportivo que ofrece el centro escolar gaditano. Las horas de entrenamiento y el trabajo del alumnado, entrenadores y responsables dieron sus frutos.

Diez oros, 13 platas y cuatro bronces conforman el balance de galardones obtenidos por San Felipe Neri, que se desplazó a la ciudad maña con una expedición compuesta por 236 deportistas de diferentes edades y categorías.

Los representantes gaditanos quedaron campeones en voleibol infantil femenino, fútbol sala juvenil femenino y atletismo juvenil femenino, y además ganaron siete preseas de oro en distintas modalidades de atletismo.

Las 13 platas las obtuvieron los equipos masculinos de balonmano alevín, infantil y cadete; fútbol alevín masculino, voleibol cadete femenino y baloncesto infantil femenino, además de siete individuales en atletismo.

El equipo de baloncesto cadete femenino se hizo con la medalla de bronce, el mismo metal que atraparon tres competidores en atletismo.

La expedición 'sanfelipeña' emprendió el viaje de regreso el mismo día 30 con la satisfacción de abundante cosecha de medallas conseguida y algo todavía más importante: la felicidad de haber disfrutado de cuatro intensos días de convivencia que pasan a formar parte de los recuerdos que perduran toda la vida. Fue, además, una oportunidad inmejorable para conocer Zaragoza.

La amplia familia marianista reunió en la capital maña a miles de alumnos llegados desde diversos puntos de la geografía española, entre ellos los de San Felipe Neri. No faltaron a la cita muchos padres que acudieron a ver in situ e hijos, una costumbre que gana peso en los últimos años. La Olimpiada también la disfrutan los progenitores.