La maldición de los holandeses

La suerte no acompaña a los ciclistas holandeses en las grandes vueltas, pues la 103ª edición del Tour es la tercera ronda consecutiva en la que un corredor del país de los tulipanes queda fuera del podio en la penúltima o antepenúltima jornada de la competición.

Le ocurrió a Bauke Mollema (Trek) el pasado viernes en la decimonovena etapa. Una caída y la falta de respuesta del ciclista de Groningen en el ascenso a Bettex lo bajó del segundo al décimo puesto en la general.

Algo similar le ocurrió a Tom Dumoulin en la Vuelta a España 2015, donde empezó la penúltima etapa con el maillot rojo de líder y terminó finalmente sexto. La mariposa de Maastricht, además, tuvo que retirarse del presente Tour por una caída que le produjo una fractura de muñeca.

El ciclista del Giant, ganador de dos etapas durante la actual edición de la prueba francesa, regresó a su país y se sometió allí a nuevos estudios para determinar si es necesaria una operación. Según informó su equipo alemán en la noche del viernes, la muñeca no se vio afectada por la lesión.

El holandés de 25 años cayó a 60 kilómetros de la meta en la decimonovena etapa, después de finalizar segundo en la cronoescalada por detrás de Chris Froome, el líder de la prueba. "Es una enorme decepción. Supe inmediatamente tras el accidente que eran malas noticias", señaló en un comunicado de su equipo poco después del accidente. "Fue una fractura limpia. Espero llegar a tiempo para los Juegos Olímpicos. Es mi mayor objetivo esta temporada", indicó Dumoulin, favorito al oro en la contrarreloj individual de Río junto a Froome.

Dumoulin hizo historia para su país con sus dos victorias parciales en esta ronda gala. Ningún holandés había conseguido el triunfo en las tres grandes vueltas. El ciclista del Giant además se llevó el bronce en el Campeonato Mundial de Ruta de 2014 y una etapa en el Giro de Italia de este año.

La trilogía de infortunios la cierra Steven Kruijswijk, quien lideraba el pasado Giro en la decimonovena etapa cuando sufrió una caída en el descenso del Agnello que le hizo perder la maglia rosa.

Cuando ya saboreaba el éxito, tuvo que conformarse con la cuarta plaza final.