Ver para creer. El Cádiz fue, es y será diferente a los demás. Ayer quedó de manifiesto una vez más provocando el asombro de los que parecía que ya no se asustan de nada relacionado con la afición. El entrenamiento a puertas abiertas celebrado por la tarde en el Ramón de Carranza resultó todo un éxito porque congregó a algo más de 2.000 espectadores. La locura del amarillo y azul es una enfermedad muy contagiosa, cada vez más, y que sigue transformando a una ciudad que continúa demostrando que cuando se trata del Cádiz, todo es diferente.

Aunque lo de menos es el autor de la convocatoria de ayer, lo cierto es que Carlos Medina, el ex apoderado de Locos por el Balón, sigue demostrando que su vara de medir hacia la afición es casi infalible. Siente como ella, vive como ella, sufre como ella y participa como ella. Así es y así permaneció ayer el también periodista gaditano y director de Línea 6 Comunicación, atento a los suyos, a los cadistas.

Su convocatoria, una vez más, fue la Biblia. Propuso, convenció y la palabra, la suya, fue un hecho. Manuel Vizcaíno y Antonio Calderón no podían negarse sabedores de que el cariño nunca está de más en una relación que dura ya tantos años y que tiene al estadio Carranza como la particular fuente de los enamorados. El Cádiz tiene corazón propio en cada uno de sus miles de fieles seguidores.

Desde antes de las ocho de la tarde la entrada de aficionados era palpable por la puerta de acceso de la esquina de Tribuna con Fondo Norte. Todos al Carranza, como una tarde de fútbol, como esos añorados partidillos de los jueves donde las penas habituales del gaditano se escondían bajo la pasión futbolera. Así era y así debería volver... Quien sabe. La grada baja de Tribuna se llenó rápidamente con cadistas de todas las edades ataviados con sus camisetas, bufandas, banderas... Como una gran tarde de domingo, como en cualquiera de los 19 partidos de Liga que esperan como local a partir del 24 de agosto.

La aparición de los primeros jugadores sobre el césped fue el no va más. Aplausos, muchos aplausos y gritos de ánimos para todos, llevándose la palma un Airam que ha sido capaz de conquistar el corazón del cadismo. Ganas de fútbol en el posterior partidillo, ganas de celebrar goles, de ver algo de magia tras años de abundancia gracias al gran Jorge Alberto González Barillas, el irrepetible Mágico. Muchas de las personas que ayer aplaudían a los Jona, Villar, Airam o Garrido, también se dejaron la palma de la mano por el salvadoreño. También ayer los canteranos fueron ovacionados.

Cuando en la grada inferior de Tribuna empezó a resultar un problema tener un sitio desde donde ver un entrenamiento distinto, los seguidores fueron ocupando la grada alta aunque ya en menor número. El presidente en funciones, Luis Sánchez Grimaldi, Martín García Marichal y, cómo no, Carlos Medina, fueron testigos de uno de esos días únicos. "Creo que todo lo que se haga para animar a la afición y que ésta ofrezca una gran respuesta, siempre es positivo", advertía Medina, el hombre de las mil ideas, el cadista por encima de periodista, director e incluso apoderado. "Habría que intentar que volvieran los partidillos de los jueves al Carranza porque estas iniciativas siempre son favorables. Si hasta se ha notado un aumento en las colas ante las taquillas", apostillaba.

El ex apoderado de Locos por el Balón mantiene su discurso en favor de la masa social del club. "Una vez más se demuestra que hay que apostar por esta afición. Da igual quién convoque a los seguidores cuando lo importante es mantenerlos vivos e ilusionados día a día, ya que han sufrido bastante", finalizaba Carlos Medina, quiera o no, dentro o fuera del club, el hombre de moda en el cadismo y la persona que marcó un antes y un después en un momento crucial en la historia de la entidad.