Como buenos vecinos (0-0)
CÁDIZ-san fernando cd
Amarillos y azulinos firman un empate insuficiente para los locales y satisfactorio para los visitantes en un derbi con una clara preponderancia de las defensas sobre los ataques
Un punto para cada equipo, a todas luces insuficiente para el Cádiz y satisfactorio para el San Fernando. El derbi de la Bahía dejó un encuentro de enorme despliegue físico y escaso fútbol que al menos desplegó toneladas de emoción por la incertidumbre en el marcador. El cerocerismo final es el fiel reflejo de la ley seca impuesta por las defensas sobre los ataques en un duelo con pocas ocasiones claras y nula efectividad de ambos en las numerosas acciones a balón parado.
El Cádiz dio señales de mejora pero no expuso todo lo necesario para capturar tres puntos que hubieran sido de oro. Las precauciones defensivas cercenaron sus posibilidades de cara a puerta. Eso sí, puso más empeño por hacerse con la victoria -sobre todo tras el descanso- acuciado por su delicada situación en la tabla, aunque se enredó contra el orden defensivo del rival y careció de chispa en los metros finales cuando tuvo la ocasión de marcar. El San Fernando, pese las bajas sensibles, atesora la virtud de funcionar como un bloque. Da igual si Iván Guerrero ocupa el lateral derecho o si Ñoño tiene que pedir el cambio. La maquinaria azulina no se resintió lo más mínimo, pescó el punto por el que trabajó durante los 90 minutos e incluso contó con opciones de sumar los tres.
Raúl Agné apostó por Domingo en el eje de la zaga y alineó a Fall en la medular junto a Granell. Juan Villar se unió a Peragón como hombre más adelantado y Pablo Sánchez se ubicó en la banda derecha. Pepe Masegosa, por su parte, dejó en el banquillo a Eder, recién recuperado de una lesión, y colocó de nuevo a Iván Guerrero en lateral derecho y a Eric en el izquierdo, con Cristian en el costado derecho del ataque y Ñoño como acompañante de Pallarés en la zona más cercana a la portería contraria.
Los compases iniciales fueron un puro contraste entre un equipo local adormecido y un cuadro visitante envalentonado, sin el más mínimo complejo, que arrinconó a un conjunto amarillo al que le costó calentar motores. Fueron los inquilinos del Carranza, sin embargo, los que a la contra dieron el primer aviso a los ocho minutos con un pase de la muerte de Roberto Peragón que no encontró aliado tras recorrer el esférico la frontal del área pequeña del San Fernando.
Los anfitriones se sacudieron pronto el dominio visitante, se hicieron con el mando de las operaciones y obligaron a los pupilos de Pepe Masegosa a dar un paso atrás. El nuevo Cádiz dibujaba cualidades hasta ahora desconocidas esta temporada. Los hombres de ataque se asociaban, se buscaban entre sí, acudían a tres cuartos para apoyar el juego, improvisar una pared... otra cuestión es que después salga o no y ayer no salió.
La escuadra local apretaba más pero sin acierto ante un adversario bien plantado, sin lagunas, que reflejaba las razones de su tercer puesto con un orden inmaculado.
Ninguno de los dos equipos era capaz de llegar con claridad a puerta. Juan Villar no alcanzaba por un pelo un buen servicio en profundidad de Viyuela al filo del cuarto de hora, poco antes de que un defensor isleño sacara a córner un duro disparo de Pablo Sánchez dentro del área. Pocas ocasiones más vio el público en una primera parte sin un solo lanzamiento entre los palos. Una brillante internada de Juan Villar abortada por la zaga visitante en boca de gol, un peligroso misil de Carlitos que no vio puerta porque el balón rebotó en un defensa amarillo, un centro defectuoso de Viyuela en una contra mal aprovechada y un saque de esquina cerrado que Domingo a punto estuvo de cabecear al fondo de la meta visitante.
Un disparo alto de Carlitos prologó una segunda parte en la que la balanza del dominio de decantó con claridad del lazo de los amarillos. Eric protagonizó el primer disparo del partido en la dirección correcta (minuto 49') que obligó a Aulestia a emplearse a fondo para desviar a córner y evitar el 0-1.
La ocasión de los isleños era un espejismo. Masegosa movía pronto el banquillo al dar entrada a Verdú por Cristian y Agné hacía lo propio con minutos a Calderón en lugar de Viyuela. Los amarillos, más necesitados de puntos que su rival, daba una vuelta de tuerca más en busca de una victoria que se le resistía. Metieron al San Fernando en su área y vieron el gol de cerca. Primero Peragón (minuto 57), cuyo disparo tropezó en un defensa antes de escaparse por encima del larguero. Pero sobre todo Juan Villar, que en el 61 desperdició la oportunidad más clara al plantarse solo delante de Valle, tras un gran pase de Granell, y mandar el esférico fuera junto a un poste cuando lo tenía todo a su favor para poner a su equipo por delante en el marcador.
Lejos de arredrarse, Masegosa ponía más dinamita sobre el césped con Antoñito y Carrión. Aun así, los azulinos apenas rebasaban la línea central a media que aumentaba el asedio de los locales. Tomás (en el 74) cabeceaba alto justo antes de que Belencoso entrara por Peragón en un intento de Agné de aportar más frescura en ataque. De nuevo rozaba el gol el Cádiz en un remate de Pablo Sánchez que lamía el palo (81).
El Cádiz merecía el gol, pero eran los azulinos soltaban amarras en la recta final y disponían de alguna opción para llevarse los tres puntos, como el remate a bocajarro de Carrión dentro del área que rebotaba en Domingo a seis minutos del 90.
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