El San Fernando va para arriba como un cohete. Los de La Isla le han cogido el pulso a la categoría y suman sus partidos por victorias. Desde la derrota ante el colista tras el parón navideño, los de Stankovic han enlazado tres victorias consecutivas que, unidas a las tres con las que despidieron el año pasado, hace que la suma sea de seis victorias en siete partidos, bagaje que les ha servido para estar acomodados en los puestos de privilegio de la tabla. Es más, tras el derbi los isleño se afianzan en la segunda plaza y ven al Algeciras a solo tres puntos, situación impensable en el inicio de competición liguera.

Y es que el San Fernando de Stankovic ha aprendido a sufrir, a mantener su portería lo más resguardada posible y lograr desesperar al rival a través del orden y el concierto, situación contraria a la que ofrecía a principios de temporada.

Por ese motivo, los resultados positivos van cayendo del lado azulino y ante el Sanluqueño se lograron tres puntos de oro ya que no solamente alejan a un rival directo en cuatro puntos, cuando restan seis jornadas de liga regular, sino que estos puntos se convierten en uno más al lograrle arrebatarle el goal-average en caso de empate.

Lo que mostró el equipo de La Isla no es otra cosa que lo que dejó claro en su partido ante el Tamaraceite o el pasado domingo ante el Cádiz B en el Rosal. Los isleños se mantienen firmes atrás, no les importa darle el balón al contrario y muestran una indolencia en la zona de ataque donde ante los verdiblancos fueron dos goles pero bien pudieron ser otro par de ellos.

En defensa, Amelibia y Juan Rodríguez parecen infranqueables y Gabi Ramos y Varela, en los laterales, le han dado la seguridad necesaria al equipo. Después de muchos partidos el tándem Lolo González-Raúl Palma parece haber encontrado el acople necesario y ya no se estorban tanto el uno y el otro para generar seguridad en la zona ancha. El resto es creación pura. Gran trabajo de Pepe Bernal y las bandas, donde Biabiany y Omar Perdomo, que sustituyó a Hugo Rodríguez por motivos personales, solamente tienen la misión de surtir balones al delantero. Francis Ferrón se encarga del resto. Estos son los argumentos que ofrece un equipo que sigue escalando posiciones, que cada vez se encuentra más a gusto en el campo y a los que le sale absolutamente todo.

Con ello cabe decir que el partido en su primera mitad careció de ocasiones de gol. El respeto era lo suficientemente grande para que se ocasionaran despistes que podían ser letales. Por eso los de La Isla anotaron prácticamente en la primera llegada que tuvieron al portal contrario y había pasado media hora. Pero es que, quitando un disparo de Diego Cervero con toda la intención del mundo en el 32’, los de La Isla sentenciaron el choque en su segunda aproximación al marco contrario, cuando la primera parte expiraba.

Tocaba, tras la reanudación, nadar y guardar la ropa. El Sanluqueño tenía que arriesgar para meterse en el choque, y los isleños, con toda la paciencia del mundo, esperaban en su campo, para salir a la contra, para terminar de apuntillar a un equipo que ya hincaba la rodilla en el Iberoamericano de Bahía Sur.

Sí es cierto que la segunda mitad tuvo, por este motivo, mucho más dinamismo e intensidad y que hubo ocasiones sobradas para cambiar el curso del encuentro, pero éste ya estaba escrito. Marc Caballé disparó fuera en el 51’ y Biabiany de cabeza dejó un balón de oro a Francis Ferrón para anotar su tercer tanto en el 58’, al igual que el ex azulino Theo disparó en franca posición alto en el 61’. Pero es que Arasa estrelló el cuero en el travesaño en el 71’ al rematar una falta lanzada por Güiza.

Por su parte, Dopi, en los instantes finales, contó con dos claras oportunidades: en la primera cruzó en demasía el esférico, en el 89’, y en la segunda estrelló su remate, a pase de Manu Moreno, en la base del poste, en el 93’. Pero ya estaba todo escrito y los dos tantos de Francis Ferrón habían sentenciado un derbi donde se dejó a las claras que el San Fernando va para arriba, como un cohete.