Cuando un rival es mejor solamente queda darle la mano, apretar los dientes y olvidar lo antes posible el partido. El San Fernando no estuvo al nivel del Real Madrid  Castilla en ningún momento y cayó derrotado por dos goles a cero gracias, sobre todo, al trabajo de Perales, que evitó hasta en nueve ocasiones goles cantados de los delanteros merengues. Cuando has perdido dos a cero y el mejor de tu equipo ha sido el portero, poco análisis tiene el partido.

Salva Ballesta puso en liza prácticamente el mismo equipo que venció al Fuenlabrada, con el cambio obligado de Sergio Ayala, que se lesionó durante la semana, por Rafa Páez. Las cosas no le salieron del todo bien al técnico porque a los 15 minutos de juego el central tuvo que abandonar el terreno de juego entrando en su lugar Luis Ruiz. Posiblemente esto varió mucho lo planteado inicialmente por el cuadro azulino.

Cabe destacar que el primer acto tuvo color blanco con claridad. Es bien cierto que el equipo azulino sí mostró su mejor cara en los primeros 10 minutos, pero a raíz de ahí solamente hubo un equipo en el campo y una figura inconmensurable, Sergio Arriba.

Con esto, en el minuto 2 un fallo de Caballero permitió al pequeño gran delantero del equipo madridista gozar de su primera oportunidad, pero su intento de vaselina se fue alto. La respuesta azulina llegó dos minutos después con un disparo de Bicho que atajó sin muchos problemas De Luis.

El partido era tremendamente dinámico y fue Biabiany, en el 7', el que probó fortuna pero su disparo se fue alejado, mientras que en una jugada de estrategia a la salida de un córner, en el 11', Bicho asistió al corazón del área chica donde no pudieron llegar ni Biabiany, ni Gabri, ni Farrando en la tercera instancia.

Ahí se acabó lo que se daba para los azulinos, porque los de Raúl González Blanco cogieron el mando y ya no lo soltaron hasta el final de la primera mitad y del partido. En el 12', Álvaro Martín puso a prueba a Perales con un disparo abajo que obligó al cancerbero azulino y en el 16' fue José Carlos el que salvó bajo palos el segundo intento de vaselina de un Sergio Arribas que traía en jaque, él solito, a toda la defensa del equipo isleño.

Las ocasiones seguían cayendo del lado local y en el 21' volvió a ser Arribas el que puso en peligro el resultado de igualada con un remate que blocó un defensa azulino para mandar el cuero a córner. Cinco minutos después fue Álvaro el que remató de manera acrobática una asistencia de Peter. En el 27’ volvió a emplearse a fondo Perales en un disparo ajustado al poste de Álvaro y en el 41' tanto fue el cántaro a la fuente que terminó por partirse.

Arribas puso el primero de manera magistral y, antes de terminar la primera parte, puso el segundo en un golazo desde la frontal del área que clavó en la escuadra. El jugador del Real Madrid había dictado sentencia.

Lejos de encerrarse en su campo, el equipo de Raúl tras la reanudación insistió en seguir aumentado su ventaja. Tal fue así que la segunda parte se le hizo al conjunto isleño un mundo porque no conseguía salir de su campo, hilvanar jugada alguna o crear ocasiones que le metiesen en el partido.

Perales fue protagonista en el 47’ ante Alvaro Martín, en el 55’ ante el otro Álvaro, en el 56’ ante Marvel, en el 65’ ante Peter, en el 67’ ante Álvaro Rodríguez, en el 72’ ante el mismo delantero madrileño y en el 77’ ante Arribas. Todas estas ocasiones llevaban claros síntomas de gol y podrían haber aumentado la ventaja local si no hubiese sido por las intervenciones del cancerbero azulino.

Por su parte, el equipo de Salva Ballesta gozó con su ocasión de meterse en el partido. Fue en el 77’ en un disparo de José Carlos al que respondió, para colmo de males, De Luis con una enorme intervención. Hubiese sido meterse en el partido, tener opciones, pero el equipo azulino fue netamente inferior a su rival y solamente quedaba claudicar, olvidar lo antes posible lo ocurrido y pensar únicamente en el Celta B, nueva botella de oxígeno para los de La Isla ante sus aficionados.