El madridista Isco fue el único jugador de la selección española sub'21 que ayer pasó por la zona mixta del Carranza. Daba igual la infraestructura preparada para la ocasión y la elevada cantidad de medios de comunicación presentes en la sala de prensa. Isco y sólo Isco.

El jugador más activo de la Rojita en el duelo de ayer estaba bastante afectado por la eliminación, sobre todo cuando la expectación era grande pensando en poder tumbar a Serbia para poner rumbo a la Eurocopa, paso previo a los Juegos Olímpicos. Al final ni una cosa ni otra, pero siempre quedará Isco. "Esto forma parte del fútbol, pero esta vez ha sido injusto con nosotros. Hemos dominado y se han tenido ocasiones, aunque nuestro juego no ha sido suficiente para ganar", expuso en primer lugar ante las primeras preguntas de los medios.

No dio lugar al debate sobre si la forma de juego del combinado es el adecuado. "El estilo de la selección debe ser innegociable. Tenemos una forma de jugar que nos ha dado muchos éxitos". Y trataba de reflejar lo que se estaba viviendo en el vestuario tras perder ante Serbia. "Estamos jodidos por la generación que se acaba aquí después de tantos años juntos. Es una pena que acabe así, pero el fútbol en muchas ocasiones da estos palos".

Recordando y analizando lo sucedido sobre el césped del Carranza, Isco explicaba que "en la primera parte tuvimos la pelota pero no el control". "Luego sí hemos llevado el peso, si bien la suerte se ha cebado con nosotros". Palabras que apuntaban el gol en propia portería que, de alguna manera, empezó a romper el encuentro. "Es un día triste para la selección sub'21 -proseguía- por la enorme ilusión con la que veníamos después del empate en la ida. Teníamos en mente estar en el Europeo y en los Juegos, pero al final no ha podido ser".

Dentro de la mala experiencia de la eliminación, el futbolista del Real Madrid destacaba el recibimiento que le había dispensado la afición en el Ramón de Carranza. "Donde voy, la gente siempre me tiene mucho cariño. Ha sido increíble hoy (por ayer) en Carranza porque su apoyo se ha sentido como sucede también en Madrid".