Injusta derrota del San Fernando en Pontevedra (2-1)

Fútbol | Primera Federación

El equipo de Salva Ballesta es superior y no aprovecha sus ocasiones de gol, además de que se encuentra con un portero local que lo detiene casi todo

Imagen del tanto anotado por Martín Diz en la portería de Perales.
Imagen del tanto anotado por Martín Diz en la portería de Perales. / Pontevedra Cf
Jordi Agabo

30 de octubre 2022 - 21:30

El fútbol fue ingrato con el San Fernando. El equipo isleño no se mereció, ni de lejos, venirse de vacío de su compromiso ante el Pontevedra (2-1). Pero la mala suerte y el cancerbero Cachcarón, en varias ocasiones, impidieron a los de La Isla traerse un resultado positivo en su desplazamiento que, para ser justos, hubiese sido los tres puntos en juego.

En la primera mitad todo fue de lo más extraño del mundo. Posiblemente en un periodo donde los de Salva Ballesta tuvieron más opciones de ponerse por delante en el marcador desde la llegada del técnico maño al banquillo, se marcharon al vestuario tras los primeros cuarenta y cinco minutos de juego con un abultado dos a cero en su contra.

Ballesta realizó una revolución tras la derrota ante el Mérida y cambió el sistema que habitualmente había dispuesto desde su aterrizaje en La Isla. Prescindió de los tres centrales habituales y los dos carrileros largos para montar el más que clásico cuatro-cuatro-dos. Dio entrada en defensa a dos nuevos efectivos, Sergio Ayala, como central izquierdo y a Antonio Marín como lateral derecho. En el centro del campo le dio continuidad a Bicho junto a Caballero y dio entrada tras dos jornadas en el banquillo al capitán Biabiany.

Con ello, el Pontevedra salió a morder y presionó en campo entero para complicar, y de que manera, la salida de balón del cuadro isleño que jugaba con fuego cuando el cuero salía de atrás. Ya en el minuto 2 una internada de Martín Fiz dejó a las claras las intenciones locales, aunque en el 4’ Gabri Martínez tuvo la más clara para su equipo. El extremó se marchó en velocidad y se plantó en solitario ante Cacharón aunque su disparo por bajo salió rozado la base del poste.

El fútbol tiene mucho de sensaciones y del claro uno a cero, en la jugada de continuidad, el balón llegó en profundidad a Martín Fiz que en un centro chut asistió a Charles para que el carismático y veterano delantero, en un más que posible fuera de juego pusiese el uno a cero en el electrónico.

Reaccionaron, y bien, los isleños que no se amilanaron tras el tanto cosechado y buscaron con ahínco el empate. Este pudo llegar en una doble ocasión en dos saques de esquina consecutivos que tuvieron los de San Fernando. Era el minuto 17 y, en el primero de ellos, un remate de cabeza de Biabiany, con claros síntomas de gol fue repelido por Cacharón, en una de sus múltiples intervenciones, a córner. En el segundo fue ilyas Chaira el que contó con otra clara oportunidad para igualar la contienda.

Pero el fútbol es así de ingrato y del uno a uno se pasó, inmediatamente, al dos a cero de la manera más injusta. Martín Fiz se deshizo en la frontal del área de Lanchi y su disparo bajo sentenció el partido.

Era el 19 y, hasta el final de la primera mitad solo existió un equipo, y un portero, que evitaron que los de La Isla acortasen, al menos, distancias en el marcador. En el 25’ fue Sergio Ayala el que la tuvo y en el 33 Gabri Martínez volvió a quedarse en un mano a mano, la respuesta a estas dos claras acciones tuvieron un nombre, Cacharón.

El Pontevedra, por su parte sólo contó con una nueva oportunidad de ampliar el marcador en el 37, en un disparo que salió lamiendo el poste. Con la esperanza de marcar lo antes posible en la segunda, terminó la primera mitad.

Los de Ballesta, tras el obligado parón, salieron a comerse el partido y dominaban con claridad. En el minuto 50 un centro de Biabiany solamente tenía como resolución el gol de Rubén del Campo en su remate, pero de nuevo volvió a aparecer el cancerbero local y en el 58’ Bicho se plantó dentro del área y se encontró con el muro infranqueable. Tanto fue el cántaro a la fuente que terminó por romperse. Ballesta puso a toda su artillería sobre el campo cuando al partido le restaban 20 minutos y uno de sus guerreros, Marcelo consiguió, a duras penas terminar por fin de romper la muralla. Era el 82’ con tiempo de sobra para remontar porque el empuje del equipo isleño era asombrador.

Fue increíble la que le sacó el portero a Marcelo en el 83’ a centro de Biabiany y fue increíble como no entró el tercer remate del brasileño en el 87’. No había manera de encontrar recompensa, no había manera de encontrar la igualada y finalmente el partido se decantó del lado de un Pontevedra que respira aliviado y que ahoga a un San Fernando que cosechó su segunda derrota consecutiva.

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