Lanzado, casi eufórico, se presentó en sala de prensa Iñaki Alonso, técnico del Real Unión. Pese a la derrota, el preparador de los vascos se mostró muy confiado en las posibilidades de los suyos de cara al partido de vuelta y lanzó un "estamos vivos" como aviso a los cadistas para el encuentro del próximo domingo en el Stadium Gal de Irún.

Alonso, que lamentó el hecho de que hubieran designado para el partido a un colegiado que en 14 partidos arbitrados en Segunda B sólo presenció una victoria visitante, aseguró encontrarse "orgulloso de mi equipo, que sigue vivo, nos han expulsado a un jugador y seguíamos teniendo el balón, nos han expulsado a otro y hemos sabido sufrir; hay un partido en Irún en la vuelta, hay un partido muy bonito".

El técnico irundarra vio al Cádiz "muy incómodo e inseguro, yo esperaba que fuera mucho más superior a nosotros". Por ello, está "contento porque nos llevamos la medida del Cádiz, del Real Unión no se ha visto todo, pero lo que sí se ha visto es que este equipo no va a bajar los brazos hasta el último segundo".

Tal como dijera durante la semana, Iñaki Alonso reiteró que el Cádiz "tiene un problema". Y ese problema no es otro que "que tiene que ir a Irún y juega con el Real Unión, y el Real Unión va a ascender a Segunda A". Como él mismo reconoció, en sus palabras se desprendía un tono "animoso, valiente, incluso hasta chulo" pero es que, para el míster de los vascos, "el Cádiz hoy ha podido matar la eliminatoria y estamos vivos".