Qué inquietud. Por Fernando Santiago

26 de junio 2016 - 07:32

Ando estos días muy preocupado. Vivo sin vivir en mí y tan alta vida espero que muero porque no muero. No me desazona el Brexit, mejor para Europa que podrá avanzar más rápido. Tampoco me preocupan las elecciones siempre y cuando se vayan los corruptos, al fin y al cabo la política económica será la que diga Berlín. Lo que me preocupa es que llevamos cinco días de verano y todavía no hemos visto ninguna fiesta de blanco en Vistahermosa y ningún torneo de croquet. Algo está ocurriendo y no nos hemos dado cuenta. Lo primero que hago cuando cojo el periódico es buscar la página de Ignacio Casas para ver si por fin doy con estas amables cuchipandas portuenses en las que jerezanos, exgaditanos y madrileños se dan a la holganza, todos morenos y todos con cara de felicidad. O todavía no han llegado las huestes de madrileños o puede, incluso, que todavía estén trabajando. Es como si me faltara algo. Llega el verano y ni la playa ni las terrazas ni el calor ni el levante, lo que echo en falta son las fiestas de blanco y los torneos de croquet ¿Para cuándo un torneo de croquet con los participantes vestidos de blanco? Sería lo más de lo más , el gran orgasmo veraniego, el éxtasis portuense. ¿Por qué no se le ha ocurrido a nadie? En realidad comprendo la regla básica de las fiestas de blanco pero no entiendo nada del corquet aunque me malicio que no es un deporte muy exigente, no necesita de una extraordinaria preparación física, dicho con todo el respeto a los practicantes, que yo ya estoy en la edad provecta aunque todavía no me haya pasado ni al pádel ni al golf. El fútbol es lo único donde podemos reunirnos un grupo de hombres solos sin ser imputados o investigados por los más graves delitos contra la igualdad entre los sexos. Pero la cima del verano en la provincia de Cádiz está en los campeonatos de polo de Sotogrande. Ahí hay que morir. Gente con dinero de verdad, con grandes bufetes, empresas con sede en Londres, con inversiones en bolsa, con varios apellidos ilustres. De esos que durante el año viven en La Finca o en la almendra de la M-30, con hijas y mujeres siempre rubias de aspecto turgente y recién salidas de la peluquería. Ahí es donde está la máxima categoría. Vistahermosa, Novo Sancti Petri, Costa Ballena, esos son lugares del quiero y no puedo comparados con Sotogrande. Por no hablar de la diferencia entre el polo y el croquet, los dos con un palito pero uno a lomos de un brioso corcel, si se me permite la cursilería, y otro a ras de césped. No hay color. Fernando Santiago

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