Elefante y Castillo. Por Julio Malo.
He vivido largas temporadas en Londres. Me acogía mi abuela irlandesa que regresó a su lugar de nacimiento poco después de enviudar en Madrid. Católica piadosa y republicana apasionada, dominaba el gaélico y despreciaba los acentos y los símbolos de sus enemigos anglosajones y protestantes, pero adoraba Londres. ¿Cómo no amar ese dilatado lugar donde palpita el bullicioso mestizaje de la imponente metrópoli y a su vez la acogedora atmósfera del paisaje británico? Hace ya mucho que nos dejó esa anciana enjuta y austera de trasparentes pupilas cuyo pelo parecía nieve, pero no ha transcurrido un solo año de mi vida sin que haya disfrutado algún tiempo de Londres. Pese a ello o precisamente por eso nunca he visitado muchos de esos sitios que las guías al uso recomiendan, como la Torre de los Tudor, las Casas del Parlamento o más recientemente esa desmesurada noria al pie del Támesis desde cuya altura se diluyen unas vistas que se perciben mejor en vuelo rasante, como desde el coqueto restaurante de la National Portrait Gallery, donde se contemplan las techumbres de cinc cual océano de aguas grises.. Ninguna de esas guías citan un establecimiento que contiene a todos los lugares de la tierra: Stanfords, cerca del Covent Garden, ese antiguo huerto devenido en mercado como sucedió años después con nuestro Convento de los Descalzos. En Stanfords puede solicitar mapas o guías de cualquier lugar real o imaginario seguro de obtener las herramientas precisas para conocerlo. Desde la Isla del Hierro a La Comarca de los hobbits. Si pregunta por Cádiz desplegarán grandes mesas para exponer abundante información. Nuestra fortaleza marina es bien conocida y la British Library conserva con celo los archivos que se llevó el almirante Charles Howard en 1596. Los vinos y otras delicias canarias, como las cita Shakespeare, procedían realmente de nuestra bahía donde fondeaban las goletas inglesas que portaban sus golosas mercancías al Canary Warf. Tan conocido fue un establecimiento de mercaderes gaditanos situado en un cruce de caminos al sur de Londres llamado “La Infanta de Castilla” que ahora todo ese distrito de la capital imperial se conoce mediante la forma en que la fonética inglesa nombraba al comercio: Elephant and Castle.
También te puede interesar
Contenido ofrecido por Ciudad autónoma de Ceuta
Contenido ofrecido por Consorcio de Bomberos de Cádiz
Contenido ofrecido por Restalia