Crónicas asociales. La guerra. FSM

Enemigo de la guerra Y su reverso, la medalla, No propuse otra batalla Que librar al corazón De ponerse cuerpo a tierra Bajo el peso de una historia Que iba a alzar hasta la gloria El poder de la razón.

Así , con La Belleza de Aute, resumiría mi opinión sobre las guerras. Dicho lo cual, agradecimiento infinito a la labor de las Fuerzas Armadas en esta crisis. Quería escribir sobre el tono belicoso con el que habla todo el mundo de la pandemia: la guerra, venceremos, la lucha y toda suerte de sustantivos y adjetivos para referirse al trabajo para erradicar el virus y sus efectos. No es que me parezca mal, puede haber cierta similitud aunque el enemigo no esté a la vista. Pero como dijo Juan Ramón: el primero que lo dijo fue un genio y el último un idiota. No hay que abusar de la metáforas, las sinécdoques, las alegorías, los oxímoron y el resto de figuras estilísticas. Sobre todo de aquellos que no saben escribir pero nadie se lo ha dicho. Una vez escribió Santiago Segurola de un lateral izquierdo primero del Atleti y luego del Barça: alguien debe decirle a Julio Alberto que no es Cruyff. Pues eso, hay veces que es mejor sujeto , verbo y predicado, con sencillez , para explicar un asunto. Lo mismo diría de los políticos y de todos los mensajes de ánimo que se trasladan por el mundo virtual y por los balcones.

Sugerencia del día: el primer libro que leí sobre la relación entre fútbol y política fue de Duncan Shaw, sobre todo del franquismo con el fútbol, el pasado de Bernabeu en el ejército franquista, el madridismo de Franco,de Juan Carlos de Borbón y de Camilo Alonso Vega, las tareas diplomáticas ecomendadas a Raimundo Saporta, etc. Desde ahí me empezó a interesar el tema y pasé a observar a los comentaristas del fútbol con otros ojos. Me ayudó mucho "El fútbol a sol y a sombra" de Eduardo Galeano, sobre todo una confesión del autor:" como todos los niños uruguayos, quise ser jugador de fútbol. Yo jugaba muy bien, era una maravilla, pero solo de noche, mientras dormía: durante el día era el peor pata de palo que han visto los campitos de mi país". Me identifiqué con esa cita como con ninguna otra. Recomendable también "Dios es redondo" de Juan Villoro.