Vicky Larraz en Concert Music Festival: "Me fascina el flamenco, es un universo propio e hipnótico"
La ex vocalista de Olé Olé llega este viernes al poblado de Sancti Petri celebrando la "energía" del público gaditano
"Siento que la era digital ha traído consigo un consumo más superficial. Ya no se profundiza en el artista. Se escucha música como a granel", reflexiona
Pregunta.¿Cómo afronta su cita en Concert Music Festival? ¿Es la primera vez que visita Cádiz?
Respuesta.La verdad es que lo vivo con una ilusión inmensa. Estos festivales no son sólo conciertos… ¡son auténticos movimientos musicales! Espacios donde se mezclan generaciones a través de la música, y formar parte de ello me parece simplemente mágico. Poder cantar mis grandes éxitos junto a un público tan entregado es como volver a sentir esa primera vez, una y otra vez. Llevo décadas recorriendo España, y Cádiz… ¡qué te voy a contar! Siempre que he ido, me he llevado un recuerdo precioso. Su gente tiene una energía que te envuelve, que te hace sentir en casa. Y eso nunca se olvida.
P.En 1983, debutó como vocalista del grupo Olé Olé, una de las bandas más influyentes del momento. ¿Cómo vivió aquella época?
R.Es una época que me marcó profundamente en mi carrera. Viví la era dorada de los 80 desde dentro y fue algo totalmente único. La música de entonces sigue marcándonos e inspirándonos hoy, y haber sido parte de ella como voz femenina al frente de un grupo tan exitoso es algo que aún me emociona. Por supuesto, ser apadrinada por Nacho Cano con No Controles —una canción que hoy es un himno mundial— fue como tocar un sueño con las manos. Todo lo que viví en aquella época, cada escenario, cada emoción, cada experiencia, siguen muy vivos en mi memoria…
P.Dos años después, en 1985, decidió abandonar la banda para iniciar su carrera en solitario. ¿Buscaba una mayor libertad artística? ¿Se arrepintió en algún momento de dejar de ser Olé Olé?
R.Sí, no puedo describirlo de mejor forma, “libertad artística” es lo que como artista me debía a mí misma. Dentro del grupo no era una posibilidad y punto, lo tomas o lo dejas… y después de una andadura de dos grandes discos, era el momento de seguir explorando mi esencia, mis inquietudes, y aunque el lanzarte al abismo siempre da miedo, el quedarme, al parecer, me daba aun más miedo. No, nunca me puedo arrepentir de algo que me ha traído tantas alegrías, de haber podido expresarme como quería y necesitaba, de haber compuesto canciones de las que estoy muy satisfecha. Como mi querido Bravo Samurai, que aún me acompaña en los escenarios y es una canción con la que representé a mi país en la OTI, ganando un tercer puesto; sin esa decisión, nunca habría sido una realidad.
"Conocer a Paco de Lucía en persona fue un privilegio inmenso"
P. ¿Cuáles han sido sus grandes referentes musicales? ¿Con quién le gustaría hacer una colaboración musical?
R.Tengo un sinfín de referentes, desde una Donna Summer, que me influenció tanto en su estilo cuando soñaba a ser cantante, hasta grandes artistas con los que he llegado a compartir escenario. Tino Casal fue un artista al que admiré profundamente por su valentía y ser un hombre adelantado a su época, me identifico mucho con su esencia. En los 80 y 90 grandes cantantes como Annie Lennox, Alison Moyet o Tina Turner, mujeres que, cada una en su estilo absolutamente único, han sido grandes referentes para mí. Hoy por hoy me encantaría hacer una colaboración con Lady Gaga, me parece una mujer fascinante, que nunca deja de sorprenderme y que se reta a ella misma una y mil veces… Por pedir…
P.¿Le gusta el flamenco? ¿Hay artistas gaditanos o andaluces en su lista de favoritos?
R.Me fascina el flamenco. Es mucho más que música: es un universo propio, hipnótico, mágico… una manera de sentir, de vivir la vida. Como madrileña, lo contemplo con una profunda admiración, porque aunque no lo haya vivido desde dentro, lo respeto profundamente por su fuerza, su verdad, su alma. Cuando te pones frente a esa energía… no puedes escapar, te arrastra con ella. Recuerdo ver a Sara Baras en el Starlite Festival y no encontrar palabras suficientes para describir lo que sentí. Su arte es de otro mundo. Y tuve también el honor de compartir programa en Holanda con el gran Paco de Lucía, cuando aún estaba con Olé Olé. Ya era fan rendida de su música, pero conocerle en persona fue un privilegio inmenso. Detrás del genio, había un ser humano aún más grande. Y qué decir de Diana Navarro, esa mezcla de copla y flamenco, su voz única que acaricia y estremece a la vez... ¡Es pura belleza! También la he conocido en persona y es una mujer de bandera. Cercana, auténtica y con un arte que te llega directo al corazón.
P.¿Qué diferencia aprecia con la música de los 80 y la actual? ¿Se ha empobrecido?
R.La verdad es que hoy en día se puede sentir la influencia de los 80 en muchos artistas. Nombres como Coldplay, The Weeknd o Teddy Swims recuperan esa esencia en sus canciones, y eso me encanta. Pero lo que echo en falta es la forma en que se vive la música hoy. Siento que la era digital ha traído consigo un consumo más superficial. Ya no se profundiza en el artista, en la historia que hay detrás de una canción. Se escucha música como a granel, sin saber muchas veces ni quién la canta. Y luego está esa sensación de que, como ya no hay filtros, cualquiera desde su casa puede subir una canción a una plataforma, y parece que todo vale… pero no todo vale. Creo que deberíamos ser un poco más exigentes, más conscientes de lo que hacemos y de lo que consumimos. Pero bueno, también entiendo que es el ciclo que estamos viviendo, aunque personalmente no me siento muy identificada con él. Tampoco los medios ayudan. La televisión ya no apoya la música como antes; han desaparecido aquellos programas que impulsaban a los artistas y ahora parece que todo depende de las redes sociales. Y, sinceramente, no creo que esa sea la alternativa real para hacer llegar el arte. Está todo demasiado diluido y confuso.
P. Si tuviera que elegir ‘la canción de su vida’ (propia o ajena), ¿cuál sería?, ¿se atrevería a interpretarla?
R.Si tuviera que ser fiel a mis comienzos, cantaría Last Dance de Donna Summer. No sé si diría que es la canción de mi vida, porque la verdad es que he tenido muchas bandas sonoras a lo largo del camino, cada una marcando un momento distinto y único. Sería injusto elegir sólo una. Pero elijo esa porque me conecta con algo muy profundo y bonito. Me recuerdo tantas veces, siendo apenas una adolescente, con un cepillo en la mano frente al espejo, imaginándome que era Donna Summer en mitad de una discoteca, cantando a pleno pulmón, ¡dejándolo todo!. Y sí, claro que la volvería a cantar, la cantaría con la misma ilusión de entonces, como si el tiempo no hubiera pasado, porque a veces en ciertos momentos, se detiene.
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