El pasado cinco de febrero falleció el misionero, Pedro Manuel Salado de Alba, tras salvar de morir ahogados a siete niños en una playa de Ecuador. Su heroicidad ha dejado una profunda huella en la sociedad chiclanera que le ha recompenasdo con su máximo reconocimiento: La Medalla de Oro de la ciudad. Esta distición le fue entregada ayer a títuto póstumo en un acto que se celebró en el Teatro Moderno y al que acudió la madre, Pilar de Alba, familiares y amistades de Pedro Manuel Salado, así como autoridades municipales; el cónsul de Ecuador en Andalucía Occidental, Héctor Salgado, y multitud de miembros o personas vinculadas a la congregación del Hogar de Nazaret, a la que pertenecía el malogrado mi sionero chiclanero.

La madre de Pedro Manuel Salado recibió de manos del alcalde, Ernesto Marín, la Medalla de Oro de la ciudad en un emotivo acto y ante la presencia de un auditorio que no dejó una silla vacía en el Teatro Moderno. La entrega de esta distinción se llevó a cabo junto a la conmemoración del 34º aniversario de la Constitución de 1978.

Marín, en su discurso, mostró su agradecimiento a Pedro Manuel Salado, "una persona ejemplar que dedicó su vida a servir a los demás, comprometido con los que menos tienen, y cuya gesta servirá seguramente de estímulo a otras muchas personas".

Por su parte, Nicolás Aragón, designado juez instructor del expediente para la concesión de esta medalla, expresó que "todos aquellos que conocieron a Pedro Manuel Salado coinciden en describirlo con palabras como humilde, honesto, sencillo, bondadoso, generoso o solidario. Asimismo, Pepi Salado, hermana del homenajeado, señaló que Pedro Manuel "era una gran persona, un hombre de pocas palabras y muchas obras, sencillo, trabajador y que, como misionero del Señor, hizo lo que su corazón le dictaba". Del mismo modo el cónsul de Ecuador destacó el trabajo que desarrolla el Hogar de Nazaret en favor de los niños ecuatorianos, "que ha llevado a este chiclanero ejemplar a dar su propia vida por ellos".

Además de estas intervenciones, los alumnos de la Escuela Municipal de Teatro han escenificado una dramatización de la vida del misionero, bajo la dirección del actor y director teatral chiclanero, Antonio Estrada. El punto final lo puso el grupo de Voces Blancas del Conservatorio de Chiclana, que, bajo la dirección de Jesús Gaudín, han interpretado el himno del Hogar de Nazaret, así como una composición en homenaje al misionero fallecido.