Chiclana

Duelo y sobriedad en el Viernes Santo chiclanero

  • Vera Cruz acorta su itinerario habitual para ajustar los horarios de la estación de penitencia

  • El paso del Santo Entierro de Cristo estrena estructuras y trabajaderas en su camino al centro

El Cristo de la Vera Cruz, saliendo del tempo el Viernes Santo.

El Cristo de la Vera Cruz, saliendo del tempo el Viernes Santo. / Manuel Aragón Pina

Viernes Santo de duelo y sobriedad en Chiclana. Dos de las cofradías más importantes de la Semana Santa local, la Vera Cruz y la Soledad, pusieron sus tres pasos en la calle en una jornada soleada en la que el viento de levante volvió a estar muy presente.

A las siete de la tarde se abrían las puertas de la Capilla del Santo Cristo para que la cofradía más antigua de la ciudad, con orígenes en el siglo XV, iniciase su estación de penitencia. Un cortejo de 120 nazarenos acompañó los pasos del Santísimo Cristo de la Vera Cruz, de María Santísima del Mayor Dolor y de San Juan Evangelista. No faltó a la cita la tradicional sección de mujeres ataviadas con el traje de mantilla, en esta ocasión una veintena aproximadamente. Se trata de un elemento más de la seriedad y el duelo que representan los integrantes de esta hermandad en cada detalle que procesiona junto a sus titulares.

La Vera Cruz recortó su itinerario este año para ajustar los horarios a los de la Soledad. A la altura de calle Botica, avanzaron directamente hacia San José para conectar con Padre Añeto. En años anteriores, el cortejo recorría la calle Gravina, Ramón y Cajal o la plaza Jesús Nazareno, siguiendo por calle Larga. En esta ocasión, la imagen más antigua de la ciudad acortó levemente su procesión por el centro.

Fue la principal novedad de la salida procesional, ya que la Cofradía afronta un año de transición a la espera de estrenar el próximo año una nueva túnica para todos los nazarenos. La Banda de Cornetas y Tambores Vera Cruz de Los Palacios (Sevilla) volvió a aportar los sones durante la salida procesional.

El Santo Entierro de Cristo, en su salida de la ermita de La Soledad. El Santo Entierro de Cristo, en su salida de la ermita de La Soledad.

El Santo Entierro de Cristo, en su salida de la ermita de La Soledad. / Manuel Aragón Pina

Por su parte, a las ocho y media de la tarde se abrían las puertas de la ermita de Nuestra Señora de la Soledad, de donde saldrían unos 150 nazarenos, una veintena más que el año anterior. El primer paso en salir sería el Santo Entierro de Cristo, con el acompañamiento musical de corte fúnebre que aportó en esta ocasión la Capilla musical Carmelitana de San Fernando. El paso había remodelado las estructuras y trabajaderas en este año, siendo una de las principales novedades de este año.

La Virgen de la Soledad, una de las imágenes más populares de la Semana Santa chiclanera. La Virgen de la Soledad, una de las imágenes más populares de la Semana Santa chiclanera.

La Virgen de la Soledad, una de las imágenes más populares de la Semana Santa chiclanera. / Manuel Aragón Pina

Más tarde sería la Virgen de la Soledad, una de las imágenes más veneradas, la que iniciaría su salida procesional por las calles de la ciudad. El sobrio cortejo inició su largo recorrido hacia el centro y la carrera oficial acompañado de numerosos vecinos de la barriada.

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