Quienes hayan tenido la oportunidad de visitar algunos de los pueblos de la Sierra de Cádiz como San José del Valle, Arcos de la Frontera y Algar, habrán podido comprobar la belleza del paisaje que mezcla el entorno de estas localidades con las aguas del embalse de Guadalcacín.  

La provincia gaditana cuenta con un total de diez pantanos y, de entre ellos, el embalse de Guadalcacín es el más grande Cádiz. Se terminó de construir en 1995, ocupa una superficie de 3760 ha., y tiene una capacidad de unos 800 Hm3. Pertenece a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y actualmente se encuentra en el 27% de su capacidad.

Embalse de Guadalcacín el pasado mes de diciembre

En cuanto a su construcción, la presa se realizó con materiales sueltos y núcleo de arcilla. El río que viere sus aguas en el embalse es el Majaceite. Las mismas aguas donde muchos, en temporada de verano, se desplazan hasta la playa del embalse de Guadalcacín para disfrutar de esta zona recreativa. Un lugar donde, además, se puede practicar el piragüismo, el remo, la pesca deportiva y la vela, como en cualquier otra playa. 

Senderos del entorno

Si hablamos del embalse de Guadalcacín, tenemos que hablar de algunos senderos que nos conducirá hasta su orilla y que parte desde el pueblo de Algar. Como dijimos anteriormente, este pantano abarca las localidades de San José del Valle, Arcos de la Frontera y Algar. Por esta razón, elegimos a este último para destacar las rutas que bordean el pantano y que incluye miradores y un embarcadero. 

Una de ellas es la de la Vereda del Tempul, de fácil acceso y que finaliza a orillas del embalse. Desde este punto se pueden apreciar unas maravillosas vistas con la Sierra de las Cabras y la Sierra de la Sal como telón de fondo. Este tramo discurre por la vía pecuaria, en la campiña del Guadalete, donde podremos ver junto al embalse una vegetación de acebuches y una zona donde se favorece la existencia de ganado. 

El entorno del embalse de Guadalcacín ofrece una belleza única

Otro punto emblemático de Algar es el Mirador del Tajo del Águila. Un lugar privilegiado desde el cual podremos observar el Picacho, la Sierra de las Cabras, la Sierra de la Sal y la Sierra de dos Hermanas. Además de sus vistas, disfrutaremos de especies características de la zona como los algarrobos, acebuches, esparragueras o lentiscos, entre otra vegetación. Además, desde este punto podremos observar buitres leonados, águilas y ciervos. 

Por último, otra de las opciones es la ruta de la Vereda de la Venta del Silletero. Es de tipo lineal y tiene una dificultad baja. Está situada en el entorno del embalse de Guadalcacín y tiene una distancia de 1,3 kilómetros. Al ser una zona que no tiene grandes pendientes favorece la existencia de ganado. En cuanto a la vegetación, los acebuches están muy presentes en esta Campiña del Guadalete.