Considerado uno de los pueblos más bonitos de España, Setenil de las Bodegas resalta entre los Pueblos Blancos de Cádiz gracias a su característica imagen de casas enclavadas en la roca. Será por esa y, por muchas otras razones, por las que se ha incluido en el listado de los lugares más fascinantes tallados en roca junto a otras maravillas de España como Aldea Cívica (Guadalajara), Ruta de las Caras (Cuenca) y Ojo Guareña (Burgos).

Como curiosidad, a lo largo de los siglos intentaron conquistar esta localidad hasta siete veces y de ahí su nombre en latín: septem nihil. O lo que es lo mismo, siete veces nada. De bodegas solo conserva su nombre y desde 1985 está considerado Conjunto Histórico y Bien de Interés Cultural.

Obviamente lo más fascinante es observar cómo el pueblo está enclavado en el corazón de la gran roca gracias a la erosión del río Guadalporcún; pero Setenil de las Bodegas va mucho allá de todo eso. Una localidad como esta, no puede defraudar con sus miradores, iglesias, plazoletas, historia y gastronomía. La localidad se encuentra a una altitud de 640 metros sobre el nivel del mar y tiene origen medieval. Tanto es así, que actualmente se conserva vestigios de su pasado almohade, aunque desde la Asociación los Pueblos más bonitos de España (en la que se incluye) aseguran que la zona data del neolítico.

Es obligatorio subir hasta la parte alta de Setenil de las Bodegas para disfrutar de sus casas bajo las rocas y la plaza Andalucía. Era de esperar que el pueblo contara con miradores para poder disfrutar de las mejores vistas de Setenil desde distintos ángulos. En este sentido, destacamos el mirador el Lizón, situado bajo la Torre del Homenaje y la casa de la Damita de Setenil. El mirador del Carmen y el mirador de Evelyn, que se encuentran al lado de la iglesia Nuestra Señora del Carmen.