En un paraje natural único y rodeada de intensa vegetación se encuentra la Ermita de los Santos Mártires. Levantada sobre una construcción romana se encuentra esta Ermita de época visigoda, situada a las afueras de Medina Sidonia. Se trata de la más antigua de Andalucía ya que está fechada en el año 403 y esto la hace especialmente interesante para el visitante.

Desde su origen romano ha sido reformada durante muchos años, incluso la parte superior del edificio es de época árabe. Según diversas informaciones, en el año 630 fue reedificada y bendecida por el obispo de Assido Pimenio; como puede verse en la lápida de la puerta de la sacristía. Un siglo más tarde acogió los oficios divinos con la conquista musulmana hasta que llegaron los reyes de Castilla y la sometieron a una ampliación en la que formaron tres naves y convirtiendo el antiguo altar en la actual sacristía.

Aunque la conozcamos como una Ermita, en sus inicios no se construyó con fines eclesiásticos, de hecho sus cimientos corresponden a una casa romana de un patricio llamado Lepero para congratularse con Dios. De hecho, se puede leer en la inscripción tallada "Lepero re vonit sed sacrv" (Lepero la renovó y se la ofreció a Dios). La casa original, antes de convertirse en Ermita, tenía varias habitaciones y una de ellas comunicaba con la torre.

La Ermita se encuentra rodeada de vegetación en un paraje muy especial

Podemos considerar que esta iglesia asidonense representa un lugar mágico gracias a las diferentes culturas que han pasado por ella a lo largo de todos estos años. Épocas como la romana, visigoda y musulmana han dejado vestigios de su patrimonio tanto en sus columnas como en sus artesonados. Aunque ha sido restaurada en varias ocasiones, ha conservado la esencia que la mantiene viva.

Cabe destacar que este tesoro que conserva Medina Sidonia está considerado como Bien de Interés Cultural. En cuanto a su interior resalta la Virgen del Loreto, patrona de la hermandad de los labradores y ganaderos de la comarca tallada en el siglo XVII y traída desde Italia en 1666 por Juan de Viera, Hermano Mayor de los ermitaños, según informa Guía de Cádiz.