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Vuelve al pasado y activa tus cinco sentidos haciendo una ruta por los bares con más solera de la capital gaditana
El Ventorrillo el Chato, datado en 1780, se trata de uno de los establecimientos con más solera de Cádiz. Según Cosas de Comé, lo puso en marcha Chano García, “al que apodaron «El Chato» pero porque tenía una peazo nariz que era como la proa del Americo Vespucci”. Son muchas las leyendas e historias que envuelven este histórico establecimiento que durante el siglo XVIII fue una casa de postas. Incluso se cuenta que este lugar era un punto habitual de desfogue del rey Fernando VII durante su cautiverio en Cádiz en 1823 y que venía acompañado por Fray Manzanilla, por su afición a este vino. Actualmente está regentado por José Manuel Córdoba y es un restaurante imprescindible si estás en Cádiz, ya que está a pie de playa entre la capital gaditana y San Fernando.
Otro de los bares más antiguos de Cádiz está datado en 1791 cuando en sus inicios era un despacho de vinos. Actualmente se le conoce como el bar de ‘las niñas’ en el barrio del Mentidero, regentado por las hermanas Bernárdez, Natalia y Cristina. Es uno de los lugares con más solera en Cádiz y estuvo regentado por el padre las niñas, José Bernárdez, un gallego que vino a la capital gaditana para trabajar.
Abrió sus puertas en 1929 pero hasta hace poco era el típico local gaditano que diferenciaba el bar con el ultramarinos. Se encuentra en pleno barrio El Mentidero, en la confluencia de las calles Hércules y Navas. Por esta taberna parece que el tiempo no hubiera pasado, gracias a la decoración que puede apreciarse en su interior. Además, podrás hacer un viaje al pasado mientras degustas los productos estrella de Cádiz y las mejores recetas típicas gaditanas.
En el barrio de La Viña, en Corralón de los Carros 66, se encuentra la Taberna Casa Manteca desde 1953. Es un lugar donde se respira vivencias y recuerdos gracias a la decoración en sus paredes con cuadros de visitantes, recortes de prensa o carteles de toros. Es un punto de encuentro durante el Carnaval de Cádiz y su esencia flamenca invita a los visitantes a hacer una parada en este lugar mágico para degustar una copa de vino y chicharrones.
Con datos desde 1892, fecha en la que comenzó siendo un ultramarinos de Cádiz, la Cepa Gallega es otro de los locales más antiguos de la capital gaditana. Según Cosas de Comé, en 1920 se dedicaba a la provisión de buques y, aunque mantiene el apoyo logísticos a los barcos, ha impulsado su condición de tienda de productos gourmet. La Cepa Gallega no pierde esa esencia del ambiente de ultramarinos de la ciudad y actualmente suele estar muy concurrido gracias a su amplia colección de vinos acompañados de chacinas ibéricas y conservas de pescado, entre otros productos.
Su origen se remonta a 1932 cuando un bodeguero de Sanlúcar decide abrir un despacho de vinos en Cádiz, de ahí su nombre. Está situado en la calle Feduchy 19 y al entrar podremos observar que se lleva el título de museo del vino, gracias a la amplia variedad de la exquisita colección que dispone desde hace años. Tal y como se remonta en sus inicios y manteniendo la tradición, en este lugar solo se sirven vinos; y sin duda, los mejores.
Un lugar con clase y estilo burgués que se inauguró en 1912. Durante muchos años estuvo cerrado hasta que en 2008 la familia Serna Martín lo adquiere y decide conservar la esencia de aquella época dorada de los cafés burgueses de Cádiz. Según sus propietarios, se trata del único gran café romántico histórico conservado en Andalucía y podremos encontrarlo en la Plaza de la Candelaria esquina Obispo Urquinaona; en el centro histórico de Cádiz.
Situado en la Plaza de Candelaria, encontramos este bar fundado en 1905. En 1959 se fundó la peña carnavalesca por el cántabro Dionisio Llaca, en el mismo bar heredado de su madre. Este rincón gastronómico de Cádiz es un sitio con personalidad propia, parada obligatoria para tapear durante tu visita a la capital gaditana.
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