La jornada 23ª ha cambiado mucho la decoración en la parte baja de la clasificación. La renta de la que vivió el Cádiz CF durante muchas jornadas se agotó cuando cayó a la zona de descenso, y como la reacción en forma de victorias no llega pues está sucediendo lo esperado, que se empiezan a escapar los rivales directos.

El Celta y el Sevilla han dado un golpe en la mesa con el triunfo en Pamplona y Madrid, respectivamente; un golpe certero que le ha llevado hasta los 20 puntos quedando el Cádiz CF con 17 gracias a su empate en Villarreal. Pero ya empieza a ser una distancia de un partido, una victoria para volver a conectar con esos conjuntos.

El reto de Mauricio Pellegrino es ahora mayor porque la clasificación se empina y la reacción de vigueses e hispalenses era uno de los temores ante la nula capacidad de reacción de los gaditanos, que no ganan en Liga desde el 1 de septiembre del año pasado.

La necesidad apunta a tener que vencer al Real Betis este próximo viernes, día 9 de febrero, a las nueve de la noche. Y, además, a estar pendiente de lo que suceda en el Mallorca-Rayo Vallecano. Sevilla-Atlético de Madrid y Getafe-Celta, que se juegan el domingo por la tarde. Además de sumar de tres en tres, a los amarillos les vendría de perlas una derrota de todos y de algunos de los equipos implicados en problemas con el descenso.

A la presión que ya sostiene el Cádiz CF se une ahora la que provoca la tabla clasificatoria y esos tes puntos que se han abierto entre el descenso y la permanencia. Un escenario que se calienta mirando los encuentros que vienen después de la cita contra el Real Betis. Después del derbi andaluz, el conjunto cadista acudirá al campo de Osasuna para posteriormente recibir al Celta, ese trío de encuentros claves se cerrá en Vallecas frente al Rayo.

Aunque después de ese trío de partidos quedarán aún 33 puntos en juego, no cabe duda que de cómo salga el Cádiz CF de ese casi mes de competición dependerá el estado de ánimo que presente para los dos meses y medio últimos de competición.