Un respiro antes de la gran batalla

Nada se va a hablar del partido que el Cádiz perdió ayer en Melilla. El foco de atención estaba fijado -y está- sobre la primera eliminatoria de la fase de ascenso y lo que se esperaba eran los tres posibles rivales que hoy compartirán sorteo con los gaditanos. El encuentro, encaminado hacia el empate sin goles, se decantó a favor de los melillenses gracias a un riguroso penalti en la recta final. El Cádiz lo intentó pero sin apretar el acelerador, ni en el campo ni el banquillo. Había que guardar energías para lo que se avecina, que no es poco. Sólo hay que mirar los potenciales adversarios de gaditanos y norteafricanos para comprobar que era casi mejor quedar cuarto que tercero, ya que la segunda plaza quedó imposible por la victoria del Sevilla Atlético.

Jose González trazó el habitual dibujo 4-2-3-1 con López Silva en la media punta en lugar de Carlos Caballero, en el banquillo. Los cambios en el once inicial no variaron la manera de jugar de los amarillos, basada en el orden defensivo y la búsqueda del contragolpe.

El Melilla pudo aldelantarse a los cinco minutos en una cantada de Álvaro Campos, que se tragó la falta lejana sacada por David Vázquez y el balón se estrelló contra el poste cuando ya había superado al guardameta. El Cádiz no tardó en avisar con un disparo de José Miguel Caballero que un defensa desvió a córner, el mismo destino que encontró un misil de Pachón rechazado por Munir. Poco más ofrecieron los visitantes en ataque durante unos primeros 45 minutos más aburridos que el Festival de Eurovisión.

El paso del tiempo se enemistó con un choque que fue perdiendo la poca intensidad que aparentaba en los compases iniciales. Sólo algunos chispazos de los melillenses -más obligados buscar puerta al comparecer delante de su parroquia- animaron sólo un poco el cotarro. Sobre el césped se notaba que los dos equipos habían terminado los deberes la semana anterior. Al contrario que en la primera vuelta, no hubo ni un solo pique entre los jugadores, las entradas más duras se saldaron con un cordial saludo entre los protagonistas, como si de un duelo amistoso de tratara.

Enrique se quedó en la caseta en el descanso y en su lugar salió Juanse, que reapareció una vez recuperado de una lesión en el tobillo. El delantero local Nacho Aznar se hizo notar en un alocado arranque de la segunda parte que nació con oportunidades en cadena para que el personal despertara del letargo. Vio una cartulina amarilla y tuvo el primer en gol en sus botas antes de que un defensor gaditano se cruzara en su camino en el área pequeña. Pachón respondió con un flojo disparo a las manos de Munir cuando tenía una cómoda posición en la frontal del área.

De una portería a otra. Una indecisión de Diego Reyes puso en bandeja el gol de nuevo a Aznar, que esta vez se topó con el meta visitante. En la acción posterior, López Silva se escapó por velocidad y cuando estaba solo frente a Munir, mandó fuera una vaselina cruzada. Sin solución de continuidad, el omnipresente Aznar vio puerta con una chilena que Cifuentes sacó bajo el palo cuando se colaba sin remedio.

Los equipos se dieron una tregua hasta mediado el segundo acto, cuando Llamas rozó el larguero de su portería con un cabezazo a una falta sacada por López Silva.

Los amarillos fueron a menos y en el minuto 70 llegó la jugada que decidió el partido a favor de los norteafricanos. El árbitro, a instancias del auxiliar de banda, decretó penalti por mano de Aarón Bueno, que fue expulado al ver la segunda tarjeta amarilla. El esférico rebotó en el brazo del catalán y el castigo disciplinario pareció excesivo. Álvaro Campos desvió la pena máxima ejecutada por Andrés Ramos, pero los locales anduvieron más despiertos en el rechace. El meta repelió otro remate pero no pudo hacer nada en posterior zapatazo de Víctor Bravo, el revulsivo melillense.

Con el marcador a favor y un jugador más, el Melilla se gustó y el Cádiz intentó mantener el tipo con la vista puesta en el cronómetro. Juanse inquietó con una internada por la derecha y poco más. Jose premió a Ricardo con unos minutos al final, pero el joven canterano tuvo la mala suerte de tener enfrente a un inspirado Víctor Bravo, que redondeó una gran tarde con un golazo de falta por la escuadra.

ÁRBITRO: Herrero Arenas (aragonés).

TARJETAS: Amarillas Por parte del Cádiz: Diego Reyes (76') y Aarón Bueno (68' y 70', por lo que fue expulsado tras ver la cartulina de color rojo). Por parte del Melilla: Nacho Aznar (46').

GOLES 1-0 (72') Víctor Bravo. Penalti lanzado por Andrés Ramos que repele Álvaro Campos, el meta rechaza de nuevo el tiro de Sergio Rodríguez, pero en la tercera tentativa de la escuadra melillense Víctor Bravo introduce el balón en la portería del Cádiz. 2-0 (89') Víctor Bravo. Falta directa que el centroampista del Melilla ejecuta con maestría para alojar el esférico por la escuadra de la portería.

Incidencias: Partido correspondiente a la trigésimo octava y última jornada de la competición liguera en el grupo IV de Segunda División B disputado en el estadio municipal Álvarez Claro de Melilla ante unos 2.200 espectadores en las gradas, entre ellos una treintena de aficionados del conjunto visitante. Se guardó un minuto de silencio antes del encuentro en memoria de las víctimas mortales del terremoto que ha sacudido a la localidad murciana de Lorca.