El resultado del Ponferradina-Cádiz

Un punto para empezar el año (0-0)

  • El equipo amarillo araña un empate ante el muro leonés y acaba de nuevo con un jugador menos por expulsión de Quezada

Alberto Perea, con el balón perseguido por un jugador del Fuenlabrada.

Alberto Perea, con el balón perseguido por un jugador del Fuenlabrada.

El Cádiz CF empezó el año y la segunda vuelta con un empate sin goles en el campo de la Ponferradina. Un punto más que hizo justicia. El líder despertó en la segunda parte pero no pudo derriba el muro leonés y al final sufrió tras la expulsión de Luismi Quezada. Alberto Cifuentes ejerció de rey mago con un paradón cerca del final.

Los amarillos buscaron la victoria, que resultó esquiva, y a punto estuvieron de regresar de vacío. El punto sólo será bueno si después suma los tres en casa. No dio para más en el frío El Toralín un Cádiz que quiso pero no pudo pero al menos avanzó con un pequeño paso y alcanza los 44 puntos.

Dominio absoluto de los locales en los compases iniciales. Nada que no formarse parte del guión. El típico empuje del equipo de casa para presentar sus credenciales. Lo que no esperaban los visitantes era que Alberto Cifuentes tuviese que intervenir tan pronto. En el minuto 3, el arquero desvió el balón con su mano derecha en respuesta a un derechazo de Kaxe desde la frontal del área. Fue lo más cerca que estuvo del gol la Ponferradina en la primera parte. El Cádiz nunca llegó a ese extremo.

La prioridad absoluta pasaba por cerrar espacios, y más después de ese madrugador intento delos leoneses. La defensa como paso previo al ataque, con sus ventajas e inconvenientes. Le costaba un mundo al equipo de Álvaro Cervera traspasar su parcela. Un par de internadas a la contra de Iván Alejo con centros inocentes y poco más.

Los amarillos no existían arriba pese a que poco a poco fueron entrando en materia cuando Álex Fernández y Alberto Perea conectaron con el cuero.

La buena noticia era que el paso de los minutos asentó al Cádiz. Sin llegar hacer nada del otro mundo, al menos atenazó el entusiasmo de los bercianos a la espera de un golpe de efecto que resistía. El primer y único disparo dirigido a puerta de los amarillos en el la primera mitad lo protagonizó Choco Lozano en el 19 con un tiro flojo y lejano que no hizo daño a Caro. Demasiado generoso considerarlo una ocasión.

El balón dejó de tener un dueño claro. Por momentos pasó a ser propiedad del líder, aunque sin la profundidad necesaria para poder inquietar de verdad. Los de Jon Pérez 'Bolo' se metieron atrás, sin conceder un contragolpe, y no había manera de penetrar entre un enjambre de camisetas blanquiazules. Ante una defensa cerrada sufre cualquier rival, y más el Cádiz, que se siente más cómodos con espacios que no halló ni por asomo.

Unos y otros jugaron a anularse y lo consiguieron. Dejar la puerta a cero parecía ser la consigna compartida. Hasta se repartieron la tarta de la posesión como buenos hermanos. Imperó el espíritu navideño en un duelo frío como la sobremesa.

De poco le sirvió la pelota en su poder a un Cádiz atascado aunque sin sufrir atrás. Un tiro de Saúl Crespo, una vez más desde fuera del área, no puso en apuros a Cifuentes, seguro con el esférico acunado entre sus brazos.

Apretaron los anfitriones antes del intermedio y de nuevo el cancerbero cadista intervino sin dificultades para repeler el disparo de Yuri. Todo quedó pendiente para el segundo acto en un partido cocinado a fuego lento, con pinta de cerocerismo.

El esférico perteneció a los amarillos en la reanudación. No por querencia, sino por el empeño del oponente en entregárselo y esperar en su terreno. El líder dio un paso al frente. Tuvo mucha más presencia en ataque, hasta se asoció cerca del área y las apariciones creativas de Perea se espaciaron menos en el tiempo.

Pese a la insistencia, faltaba el acierto preciso en el último pase y a balón parado. El gol seguía muy lejos de ser una realidad para los visitantes pero los de casa, que parecían dormidos, fueron los que tuvieron el 1-0 a tiro de piedra (minuto 67) tras un remate a bocajarro de Kaxe tras jugada de Yuri.

El reloj volaba sin tregua y Cervera agitó el banquillo con la apuesta por Javi Navarro poco antes de que llegaran las ocasiones de verdad. En el 67, Caro atrapó el cuero tras un testarazo de Garrido a la salida de un córner. Clarísima fue la la que tuvo Perea en el 74 con un derechazo que se perdió muy cerca de un poste. En el 81, un obús de Álex acabó con el esférico en pode de Caro. Un arreón de varios minutos que no dio frutos.

El partido llegó a la recta final en medio de un todo o nada, con Jurado sobre el césped y los locales respondones. Yuri, en el 83, puso a prueba a Cifuentes con una volea que el portero despejó con algún apuro.

Las opciones de triunfo se difuminaron en el minuto 84 cuando Quezada vio la segunda tarjeta amarilla por protestar al auxiliar de banda y dejó al equipo en inferioridad numérica.

Le tocó sufrir al Cádiz en los últimos coletazos y fue entonces cuando emergió la figura de Alberto Cifuentes. El capitán sostuvo con vida al equipo con paradón tras un disparo colocado de Yuri a la escuadra. 

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