"Hemos tenido una pájara, pero vamos a llegar a la meta"

"Vamos a lograr el objetivo, estoy convencido de ello". El corazón y la experiencia le dicen a Richard Moar que el Cádiz, aunque sea más tarde de lo soñado en un principio, se va a convertir esta temporada en nuevo equipo de Segunda División A. El gallego, mano derecha y ojos de Quique Pina en el día a día del equipo amarillo, se levantaba ayer con la mente fría tras asimilar "la decepción" sufrida el pasado domingo en el duelo de ida disputado contra el Real Madrid Castilla. Moar no ponía excusas al mal resultado y a la mala imagen ofrecidos por los pupilos de Jose González, "al mal partido, vaya", pero resaltaba su "gran confianza en la plantilla" y explicaba que "teníamos en la cabeza el plan B". "¿Qué quieres que diga? Nos pasaron por encima, pero vamos a salir fortalecidos de este varapalo. Y el próximo domingo se volverá a ver ya al verdadero Cádiz", adelantaba el director deportivo pensando en dar la de cal este domingo en Valdebebas y confiando en que se firme finalmente el ascenso el próximo 24 de junio.

"El Castilla es un equipo muy fuerte. Yo no quería decir después del sorteo que no le quería ni en pintura, pero se han cumplido todos mis temores. No hay que darle mayor trascendencia porque contemplábamos la opción de caer eliminados. Y peor ya no lo podemos hacer. Los jugadores sabían que esto podía ocurrir y no hay que darle más vueltas a la derrota. El equipo no es tan malo como pareció el domingo, pero es que tanto cariño de la gente, tanto ánimo, se nos acabó volviendo en contra. Yo mismo quedé impactado de la respuesta de la afición. Y Gino Pozzo estaba sorprendido con la manera con la que se recibió al equipo. Creo que pesó el ambiente, las ganas de agradar, es algo humano. El Cádiz hizo lo que pudo, pero no tuvimos el día. Y al Real Madrid Castilla, en cambio, le salió todo lo que le podía salir... hasta un golazo de tacón de los que no suelen entrar", recordaba Richard Moar, más partidario de mirar al frente que hacia atrás. "Creo que estuvimos al sesenta por ciento del nivel que podemos ofrecer", aseguraba construyendo un futuro de ilusión.

Ilusión... ¿Se han roto las ilusiones de la afición" "Eso es imposible, esta afición es impresionante, de las mejores que he visto. Es lógico que esté enfadada, muy enfadada, pero de verdad le digo que volveremos a ser nosotros mismos. El objetivo lo vamos a lograr, que no haya ninguna duda al respecto", respondía el gallego insuflando optimismo a diestro y siniestro. "El domingo en Madrid vamos a lavar la mala imagen que hemos dado en la ida. Y si caemos, lograremos un buen resultado en el primer partido de la próxima eliminatoria para que el Carranza vuelva a estar hasta la bandera una semana después", decía Richard Moar dando "prácticamente por perdida" la eliminatoria frente al filial blanco. "A Madrid hay que ir a dar la cara, a dar una imagen real del equipo que somos y con la tranquilidad de saber que ya nadie da un duro por nuestras posibilidades de remontar", matizaba pensando en la vuelta en la Ciudad Deportiva de Valdebebas.

"Cuando un partido está de cruz, ya puedes presionar más arriba o más abajo que no tienes nada que hacer. Insisto en que lo del domingo hay que dejarlo atrás. Hemos tenido una pájara, y daba igual que te empujaran miles de gargantas, pero vamos a llegar a la meta", titulaba una de las cabezas visible del proyecto de Pina en el Cádiz. "No es una disculpa, es una realidad", apuntaba.

"En la segunda parte se tuvo otra actitud. Y ese es el camino a seguir. La constancia en el juego y la actitud no se han perdido. Hubo mucha tensión y la volverá a haber este domingo. Los chavales del filial saben que estará allí el entrenador del primer equipo y querrán agradar. Están todos locos por volar, por cumplir su sueño de jugar en Primera. Estuvieron prevenidos del ambiente en Cádiz y a nosotros tanto afecto, el querer dar una gran alegría, se nos volvió en contra", volvía a lamentar Moar.

"Vamos a poder con lo que queda de campeonato, este equipo no se rinde fácilmente", concluía.