Álvaro Cervera sigue corriendo serio peligro de encontrarse el próximo día 11 con una elevadísima cantidad de jugadores en el regreso al trabajo en las instalaciones de El Rosal. Y lo que sería peor, con la presencia entre ellos de varios elementos con los que el cuerpo técnico no quiere contar por nada del mundo de cara a la temporada entrante a pesar de que harán acto de presencia en la primera sesión de entrenamiento debido a que tienen contrato en vigor con la entidad amarilla.

La cruda realidad es que la operación salida de aquellos elementos que según la planificación realizada deberían dejar libres sus huecos dentro de la plantilla parece andar algo atascada, por lo que, salvo monumental variación del panorama en los próximos días, el técnico verá las caras a algunos que no le sirven para el curso 2019/2020.

Independientemente de lo que ocurre con los laterales, ya que se continúa a estas alturas con tres de cada banda en nómina después de que Isaac Carcelén se convirtiera en uno de los refuerzos confirmados por ahora -las otras altas han sido Akapo y Caye Quintana-, la otra posición en la que nadie se atreve a negar que exista overbooking, y de considerables dimensiones, es la de delantero.

Uno de los condenados a marcharse a otros lares o, en caso contrario, a pasarse un año teóricamente en blanco es Mario Barco. El ariete que empezó como titular la pasada temporada para acabar prácticamente defenestrado con alguna reaparición muy puntual tiene claro lo que le esperaría de quedarse en el Cádiz, al que podría enfrentarse la campaña entrante porque su intención es firmar por otro de los integrantes de la categoría de plata.

Tiene ofertas encima de la mesa tanto del Almería como del Lugo, por lo que otras opciones de la categoría de bronce, como la del Ibiza, se hallan ahora en segundo plano. O quizá en un tercero pues también pretende hacerse con sus servicios un club que milita en la Primera División de Polonia.

El Cádiz estaría dispuesto a que se marchase gratis a cambio únicamente de incluir en el hipotético acuerdo derechos económicos relativos al futuro del jugador por si acaso se produjese un traspaso con cantidades importantes por medio en años venideros.